"China es para
la UE un socio negociador, un competidor económico y un rival sistémico. Estas tres dimensiones muestran
que la relación no es fácil, pero estamos trabajando
en ello", ha confesado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en rueda de prensa al término de
la cumbre virtual celebrada este lunes con el presidente chino, Xi Jinping, y con su primer ministro, Li Keqiang. Una reunión en la que han participado
también el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el
jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell.
Al mismo tiempo, la
UE descarta cualquier medida que pueda llevar a la ruptura total con Pekín
(como las sanciones) y se desmarca de la política de tierra quemada y guerras
comerciales de Donald Trump. "Es imposible configurar el mundo de mañana sin una fuerte alianza
entre la UE y China", explica Von der Leyen para justificar
esta esquizofrenia.
El gran cambio tras
la cumbre de este lunes ha sido por tanto meramente retórico. Los dirigentes de la UE han optado por enfatizar sus diferencias
con China, en lugar de poner el foco como hasta ahora en los puntos
de convergencia, como el apoyo conjunto al acuerdo de París de lucha contra el
cambio climático o al pacto nuclear con Irán. En contraste, Li Keqiang ha sostenido que la cooperación entre China y la UE
supera a la rivalidad y que hay más consensos que diferencias
entre ambos, según han informado los medios públicos chinos.
Al término de la
reunión, no ha habido rueda de prensa virtual conjunta, ni siquiera
comunicado pactado. Von der Leyen y Michel sí han publicado su
propia declaración donde se evidencia este endurecimiento del tono de la UE
hacia China. "Dialogar y cooperar con China es a la vez una oportunidad y
una necesidad. Pero debemos reconocer que no compartimos los mismos
valores, sistemas políticos o visión del multilateralismo",
sostiene el presidente del Consejo Europeo.
Una
relación desequilibrada
La UE reprocha a
Pekín que haya incumplido su compromiso de eliminar las trabas a las empresas e
inversores comunitarios que quieren operar en China. "Continuamos teniendo una relación comercial y de inversión
desequilibrada", ha denunciado la presidenta de la Comisión.
Von der Leyen reclama un nuevo impulso para poder cerrar
este año el acuerdo de inversión que Bruselas y Pekín llevan
negociando desde 2013, sin resultados concretos.
"Para
ello, necesitaríamos compromisos importantes por parte de China sobre
el comportamiento de las empresas de propiedad estatal, transparencia en los
subsidios y transparencia sobre el tema de la transferencia forzada de tecnología",
ha insistido. El Ejecutivo comunitario reclama además acometer el problema del
exceso de capacidad china en sectores como el acero y el metal y también en
alta tecnología.
Para la UE, China
es el segundo mayor socio comercial por detrás de Estados Unidos. Para China,
la UE ocupa la primera posición. Los dos bloques intercambian
una media de más de 1.000 millones de euros al día.
Sobre la nueva ley
de seguridad para Hong Kong, la UE denuncia que vulnera los compromisos
internacionales asumidos por China de garantizar la autonomía de la ex colonia
británica. "El 50% de las inversiones europeas en China transitan por Hong
Kong, donde hay 1.600 empresas comunitarias activas. No aceptamos las presiones para poner en cuestión la neutralidad
política de esas empresas europeas ancladas en Hong Kong", ha
dicho Michel.
"Para la UE, los derechos humanos y las libertades fundamentales no
son negociables", asegura Von der Leyen. También ha avisado de
que Bruselas no puede tolerar "ciberataques a hospitales y centros
informáticos" ni tampoco "el aumento de la desinformación en
internet".
Incluso en un tema
de aparente coincidencia como la lucha contra el cambio climático, se abre una
brecha entre la UE y Pekín. Von der Leyen ha pedido a China que cumpla la
reducción de emisiones anunciada en el acuerdo de París y que se comprometa a la neutralidad climática "lo antes posible
después de 2050", la fecha que los europeos se han autoimpuesto
a ellos mismos.
"Ha sido una reunión muy intensa, muy franca y muy abierta",
ha dicho la presidenta de la Comisión. De momento, Alemania, que asume la
presidencia de turno de la UE el 1 de julio, ha cancelado la cumbre prevista
para septiembre en Leipzig con Jinping y los jefes de Estado y de Gobierno de
los 27. El motivo oficial es el Covid-19. Pero en Bruselas se interpreta como
una medida de presión a Pekín para que al menos tenga en cuenta las
preocupaciones europeas.
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