La norma,
que contempla severos castigos para los delitos de secesión, subversión,
terrorismo e injerencia extranjera, es vista por muchos como un recurso de
Beijing para acallar a los opositores en la excolonia británica.
Ignorando los llamados de
los países occidentales, el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular
(ANP) de China ratificó hoy la controvertida Ley de Seguridad Nacional de Hong
Kong. La medida, que contempla severos castigos para los delitos de secesión,
subversión, terrorismo e injerencia extranjera, es vista por muchos como un
recurso de Beijing para acallar a los críticos de esta región semiautónoma del
sur de China.
La temida medida, que ya
fue promulgada por el Presidente chino, Xi Jinping, introduce los mayores
cambios al marco legal y el modo de vida del centro financiero internacional
desde que la antigua colonia británica regresó a la soberanía china en 1997, y
sus críticos consideran que asesta un golpe mortal al régimen de libertades que
China se comprometió a garantizar hasta 2047 en Hong Kong.
Fecha simbólica
Hong Kong adoptó la nueva
Ley de Seguridad Nacional a las 23.00, horas después de que Xi Jinping
promulgara la legislación. La líder del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, se
mostró confiada en que, gracias a la norma, los disturbios sociales del año
pasado se aliviarán y se restablecerá la estabilidad para permitir que la ciudad
“empiece de nuevo”. “La aplicación de una Ley de Seguridad Nacional por parte
del Estado es necesaria y urgente”, enfatizó. En la misma línea, el diario
oficialista chino Global Times destacó que la Ley de Seguridad Nacional para
Hong Kong “definitivamente se convertirá en un nuevo punto de partida para la
ciudad”.
El momento elegido para
promulgar la legislación no podía ser más significativo. Este 1 de julio se
celebra el 23 aniversario de la vuelta de Hong Kong a la soberanía china bajo
el principio de “un país, dos sistemas”, que otorga a sus residentes mayores
derechos y libertades que al resto de ciudadanos chinos. Tradicionalmente, esta
es una jornada reivindicativa aprovechada por los grupos prodemocráticos de la
ciudad para ventilar sus demandas contra las autoridades locales y de Beijing.
Una encuesta encargada por Reuters este mes apuntó que más de la mitad de la
población (un 56%) se opone a la nueva Ley de Seguridad Nacional, que solo es
apoyada por el 34%.
Drásticas penas
La ANP incluirá la Ley de
Seguridad Nacional en el anexo III de la Ley Básica de Hong Kong, que sirve
desde 1997 de “mini-Constitución” en la excolonia británica. Fuentes citadas
por el diario hongkonés South China Morning Post aseguraron que la norma incluiría
penas de hasta cadena perpetua para “actos de secesión, subversión, terrorismo
y confabulación con fuerzas extranjeras para poner en peligro la seguridad
nacional”.
Lam reveló que presidirá un
Comité para la Protección de la Seguridad Nacional en Hong Kong, y que se
crearán "unidades" específicas en la Policía y en el Departamento de
Justicia para hacer cumplir la nueva ley. La norma no será retroactiva pero su
máxima pena será la cadena perpetua, aseguró el Global Times. "No habrá cláusulas
referidas a la retroactividad, a menos que el acto criminal sea de naturaleza
continuada", afirmó el periódico.
El desafío para Xi Jinping
“Para la pequeña minoría
que pone en riesgo la seguridad nacional, esta ley será una espada pendiendo
sobre sus cabezas”, dijo la Oficina de Asuntos para Hong Kong y Macao poco
después de su promulgación. “Para una vasta mayoría de los residentes de Hong
Kong (…) esta ley es un espíritu guardián de sus libertades”, agregó.
A propósito del primer
aniversario del inicio de las protestas en la excolonia británica, el pasado 9
de junio, Jean-Pierre Cabestan, académico de la Universidad
Bautista de Hong Kong, dijo a La Tercera que “Xi quiere
reforzar su control sobre Hong Kong para evitar que se convierta en una ‘base
para la subversión’ que pondría en peligro la estabilidad del régimen del
Partido Comunista en China”. Sin embargo, el experto cree que se trata de una
“misión imposible” para Beijing. “La gente de Hong Kong no va a cambiar su
mentalidad, por lo que veo más problemas por delante, más protestas, y tal vez
una intervención de Ejército Popular de Liberación (EPL) si es que no se puede
mantener el orden”, advirtió.
Golpe a la oposición
En mayo, después de que
China anunciara su intención de aprobar una nueva Ley de Seguridad Nacional en
la ANP, el político y activista estudiantil Joshua Wong tuiteó que la
iniciativa era un intento de Beijing de “silenciar las voces críticas de los
hongkoneses por medio de la fuerza y el miedo”. Ahora, tras la promulgación de
la norma, el dirigente hongkonés reiteró sus dichos: “Esto supone el fin de
Hong Kong tal como lo conocía todo el mundo. Con poderes ampliados y una ley
mal definida, la ciudad se convertirá en un #estadodepolicíasecreta”, escribió
en la misma red social.
Consultado por La
Tercera, Wong se abstuvo de dar declaraciones. “Perdón por no poder
realizar la entrevista. Creo que lo entenderá”, respondió a través de un correo
electrónico. Wong, que había asegurado que sería un “objetivo preferente” de la
nueva ley, anunció su salida de la formación que fundó, Demosisto, junto al
resto de sus jóvenes dirigentes. Poco más tarde, el partido declaró por redes
sociales su disolución. Otras dos formaciones, el Frente Nacional de Hong Kong
y Studentlocalism, de simpatías independentistas, dieron a conocer que cesarán
sus actividades en el territorio autónomo y solo operarán desde el extranjero.
Con todo, Wong dijo que se
mantendrá en la lucha. “Incluso bajo los malos vientos del mandato directo y
autoritario de China, los hongkoneses seguiremos luchando por nuestras
libertades y democracia para las próximas generaciones. Cuando la justicia fracasa,
nuestra lucha continúa”, tuiteó.
Según los expertos, con
esta ley Beijing busca impedir una repetición de las protestas, en ocasiones
violentas, que el año pasado paralizaron el enclave y que solo se detuvieron
debido a la alerta sanitaria contra la pandemia de coronavirus. La medida
también puede tener un impacto en las elecciones legislativas hongkonesas de
septiembre próximo, en las que por primera vez la oposición demócrata tenía
visos de lograr la mayoría en el Parlamento local. La nueva norma puede hacer
más fácil el inhabilitar como candidatos a algunos representantes de la
oposición.
En cuanto al apoyo de los
hongkoneses a las protestas, la encuesta de Reuters también reveló que este ha
caído siete puntos, aunque todavía la mitad de la población respalda estas
manifestaciones. Según el sondeo, el apoyo a las protestas bajó al 51% desde el
58% registrado en marzo, mientras que la oposición a ellas aumentó al 34% desde
el 28%. "Puede ser psicológico, porque la gente de Hong Kong ve que
Beijing se está volviendo más duro", dijo Ming Sing, profesor asociado de
ciencias sociales en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong.
Reacción internacional
La Unión Europea “lamentó”
el movimiento de Beijing para aprobar la Ley de Seguridad Nacional para Hong
Kong. Según Bruselas, la legislación “corre el riesgo de socavar seriamente el
alto grado de autonomía de la ciudad y tener un efecto perjudicial en la
independencia de la judicatura y el Estado de derecho'. “Deploramos esta
decisión”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. La
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, agregó: “Muchos en
toda Europa, incluso en el Parlamento Europeo, han hecho declaraciones
similares, por lo que nos mantenemos en contacto con nuestros socios
internacionales sobre este asunto, y prestaremos mucha atención sobre cómo
responder”.
A su vez, Japón describió
las acciones de China como "lamentables" y dijo que la ley dañará la
confianza internacional en el principio de "un país, dos sistemas".
El secretario en jefe del gabinete, Yoshihide Suga, señaló que era importante
para Hong Kong poder mantener su libertad y apertura para prosperar de una
"manera democrática y estable".
Corea del Sur también
expresó preocupación por el impacto de la ley en los intercambios económicos
entre Seúl y Hong Kong, así como por las incertidumbres sobre la futura
autonomía de ese territorio. “Hong Kong es una entidad importante que mantiene
estrechos intercambios humanos y económicos con nosotros. El gobierno observa de
cerca los acontecimientos… luego de la aprobación de la Ley de Seguridad
Nacional “, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Kim
In-chul.
Guerra fría con EE.UU.
Los temores de que China
utilice esta nueva ley para poner fin a la libertad de Hong Kong como un
territorio semiautónomo han generado altas expectativas sobre los planes que
podría tener el Presidente de EE.UU., Donald Trump, para devolver el golpe,
posiblemente señalando una mayor confrontación entre las dos superpotencias económicas.
Este nuevo punto de conflicto llega justo cuando el propio régimen de Xi
Jinping había advertido de una “nueva guerra fría” con EE.UU. por la pandemia.
Horas antes de que se
aprobara la ley, el Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, informó
que Estados Unidos dejaría de exportar equipos de defensa a Hong Kong debido a
preocupaciones de seguridad. "Ya no podemos distinguir entre la
exportación de artículos controlados a Hong Kong o China continental",
afirmó. Pompeo dijo que Washington se había visto "obligado a tomar esta
medida para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos".
En un anuncio por separado,
el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, señaló que Washington
había suspendido las regulaciones que permitían a Hong Kong importar tecnología
estadounidense debido a los riesgos de seguridad planteados por la legislación,
y advirtió que había otras medidas sobre la mesa para revocar su tratamiento
preferencial a Hong Kong. "Otras acciones para eliminar el tratamiento
diferencial también se están evaluando", dijo Ross. En esa línea, la
Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. designó hoy a las compañías chinas
Huawei y ZTE como amenazas a la seguridad nacional, informó Bloomberg.
Los anuncios provocaron la
inmediata reacción de Beijing, que prometió tomar represalias. El portavoz del
Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, dijo que la Ley de Seguridad
Nacional para Hong Kong era un asunto interno de China y que ningún país
extranjero tenía derecho a intervenir. “En respuesta a la acción equivocada de
Estados Unidos, China tomará las contramedidas necesarias para defender
firmemente nuestros propios intereses nacionales”, advirtió Zhao. “Intimidar a
China nunca funcionará”, concluyó.
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