Redacción
Este domingo Guinea-Bissau, uno de los países más pobres del mundo y puerta para Europa de los narcotraficantes latinoamericanos, celebra elecciones presidenciales con el rótulo de ser acusado de ser el primer narcoestado del mundo. ¿Cómo llega un país a ese punto?
El pequeño país africano (un millón y medio de habitantes) concurre a las urnas después de que su presidente, Malam Bacai Sanhá, muriera el pasado enero en París mientras se sometía a un tratamiento contra la diabetes.
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Nueve candidatos se presentan, incluido el primer ministro Carlos Gomes Junior, que parte como favorito.
Esta sería la ficha típica de unas elecciones presidenciales, de no ser porque muchos analistas se refieren al país como un narcoestado donde campa la impunidad y donde sus dirigentes supuestamente protegen y ayudan a los carteles.
El gobierno estadounidense califica a parte de su cúpula militar de "capos de la droga" y asegura que el país se convirtió en un refugio y lugar de tránsito de la cocaína procedente de América Latina hacia Europa.
Según la oficina contra el tráfico de drogas de Naciones Unidas (ONUDD), más de dos toneladas de cocaína pasan a través de África occidental y central al año.
Y mientras, surgen mansiones lujosas al estilo de los capos latinoamericanos, los niveles de pobreza se han acentuado y la tasa de homicidios se ha incrementado un 25%, casi tres veces el promedio mundial, detalla el Centro Africano para Estudios Estratégicos de la National Defense University de Washington.
¿Cómo llegó Guinea-Bissau a esta situación?
Suma de conflictos y corrupción
Su historia reciente es una suma de guerras, golpes de estado, desmoronamiento de sus instituciones y la llegada de los narcotraficantes latinoamericanos.
Después de 13 años de conflicto guerrillero, Guinea-Bissau se independizó de Portugal en 1974. Luego fue gobernada durante casi dos décadas por João Bernardo Vieira, muerto en un golpe militar en 2009.
Para entonces Estados Unidos ya calificaba a varios militares de alto rango como "capos de la droga".
Los carteles de la droga latinoamericanos aprovecharon la debilidad de sus instituciones y su geografía dispersa.
El país cuenta con 88 islas, de las cuales sólo 21 están habitadas, principalmente por pescadores y agricultores. No hay servicio de guardacostas, y aviones pequeños cargados de cocaína procedente de países como Venezuela y Colombia aterrizan con regularidad.
A ello hay que sumarle que el ejército está compuesto en gran parte por veteranos de la guerra de independencia mal pagados, conocidos por proteger a los distribuidores de la droga, detalla la corresponsal de la BBC, Rose Skelton.
"El presupuesto ilimitado de los narcotraficantes hace que sea muy fácil corromper a la gente. Además es fácil no estar en la cárcel en un país sin cárceles", detalló a la BBC Manuel Pereira, del ONUDD en Guinea-Bissau.
"Después de 13 años de conflicto guerrillero, Guinea-Bissau se independizó de Portugal en 1974. Luego fue gobernada durante casi dos décadas por João Bernardo Vieira, muerto en un golpe militar en 2009. Para entonces EE.UU. ya calificaba a varios militares de alto rango como 'capos de la droga'"
El gobierno estadounidense afirma además que miembros del Parlamento, la policía y ministros están implicados en el contrabando de drogas.
Uno de los casos más significativos es el de Jose Americo Bubo Na Tchuto, calificado por EE.UU. como "el rey de la droga en Guinea-Bissau".
En 2008 Na Tchuto, al mando de la marina del país, protagonizó un golpe de estado que no pudo materializar. Después de un breve exilio, regresó a Bissau, donde fue recibido con honores y ratificado nuevamente como jefe de la marina.
Efecto contagio en el continente
En los últimos años el tráfico de heroína, anfetaminas y cocaína se ha expandido en toda África, convirtiéndose en una industria de aproximadamente US$6.000 millones, según informes de la ONUDD.
Y al igual que en Guinea-Bissau, las ganancias de la droga se están filtrando a las altas esferas del poder en otros países como Ghana, Kenia y Sudáfrica.
"La narco corrupción está poniendo en peligro al continente. El 60% de los países africanos se encuentra ahora en un camino democrático, una tendencia que podría ser fácilmente revertida por la inestabilidad provocada por las redes del narcotráfico", detalló el experto en asuntos africanos, Davin O'Regan, en el New York Times.
O'Regan advierte que todavía son modestos los esfuerzos para detener el crecimiento de las redes de narcotráfico en el continente. EE.UU., por ejemplo, congeló los activos de presuntos narcotraficantes africanos de países como Mozambique y Kenia.
"África está ofreciendo a los carteles latinoamericanos una alternativa de bajo riesgo", subraya el experto.
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