Irina Semibrátova, Mijaíl Yegorin, para RIA Novosti
La especial situación geopolítica de Rusia en el espacio postsoviético no puede menos que ejercer una fuerte influencia en la política interior y exterior de los países vecinos. Los cambios políticos reales e incluso hipotéticos en Rusia no tardan en atraer la atención de parte de los miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), los países Bálticos y Georgia.
Analistas y expertos de dichos Estados, a solicitud de la Agencia de Información de Rusia RIA Novosti, ofrecieron su opinión de cómo se enfocan en los países cercanos las disputas políticas ocurridas en vísperas de las elecciones presidenciales.
Kazajstán es uno de los países cuyas relaciones con Rusia nunca se han visto empañadas por ningún tipo de problema, guerras comerciales ni enfrentamientos verbales. Siendo un país rico en recursos naturales, sobre todo gas y petróleo, Kazajstán no representa, a diferencia de otros países centroasiáticos, un foco de migración ilegal a Rusia.
Los dos países comparten postura acerca de los procesos de integración, no habiendo en el espacio postsoviético unión económica o política en la que no participen Moscú y Astaná.
Rusia y Kazajstán crearon junto con Bielorrusia la Unión Aduanera y desde el 1 de enero de 2012 en el territorio de los tres países existe el Espacio Económico Único. Para 2015 está prevista la creación de la Unión Económica Euroasiática.
El intercambio económico entre Rusia y Kazajstán aumentó en 2011 en un 40%, llegando a alcanzar la cifra de 20.000 millones de dólares. De ahí el intenso interés de Kazajstán hacia las multitudinarias protestas a favor y en contra de las autoridades actuales del país.
La gran sorpresa de las protestas
“Las protestas contra el actual presidente del Gobierno de Rusia, Vladimir Putin, fueron una gran sorpresa tanto para las autoridades rusas como para las de los países vecinos”, opina el director del Grupo de Evaluación de Riesgos, el politólogo Dosym Satpáev. Una determinada parte de la elite política kazaja que representa al llamado “vector de la fuerza” siente cierta preocupación ante la posibilidad de que el ejemplo de Rusia provoque una reacción en cadena en Kazajstán.
De acuerdo con el experto, oficialmente las autoridades kazajas intentan poner a mal tiempo buena cara, declarando su nula preocupación por los acontecimientos en Rusia. Sin embargo, extraoficialmente se nota que no es así.
En Kazajstán, igual que en Rusia, existe actualmente un parlamento multipartidista y el partido oficialista y pro presidencial lleva la voz cantante en la vida política. No obstante, al mismo tiempo existe una serie de diferencias con respecto a Rusia.
“Las diferencias consisten en el anterior desarrollo político de los dos países”, precisa Dosym Satpáev. Rusia vivió durante el gobierno de Boris Yeltsin en los noventa un período del desarrollo democrático. El sistema político se encontraba en un estado de caos, pero la gente ya entonces probó el sabor de la libertad, incluso hasta cierto punto el de la libertad de expresión y de movimientos políticos. Kazajstán no lo ha vivido: atravesamos una etapa muy corta del llamado 'romanticismo democrático' que acabó de una manera muy rápida, más rápida que en Rusia.
Otro politólogo y ex parlamentario, Kamal Burjánov, considera que debido a una serie de particularidades nacionales, el desarrollo de acontecimientos en Rusia difícilmente podría reproducirse en Kazajstán. “Kazajstán es un Estado completamente diferente, tenemos una mentalidad distinta y unas tradiciones propias, además de otra situación política, económica y social. Hay demasiadas diferencias entre Rusia y Kazajstán, copiar o imitar ciegamente el caso ruso no conduce a nada. Al mismo tiempo, tampoco hay base social para ello”, asegura Burjánov.
De la misma opinión es también el presidente de la Asociación para la Cooperación Fronteriza de Kazajstán, Marat Shibútov. Según el experto, en el país sí que hay base social para el terrorismo islámico y los conflictos interétnicos, pero casi no la hay para acciones de protesta pacíficas, semejantes a las que están teniendo lugar en Rusia. Esa conciencia civil, aseguró, la tienen más desarrollada los habitantes de las megalópolis, dispuestos a protestar contra la limitación de sus derechos. “En Kazajstán, a mi juicio, este rasgo no está muy desarrollado”.
El politólogo señaló, sin embargo, que las autoridades kazajas se sienten seriamente preocupadas por la situación en Rusia.
Expectativas post electorales
Comentando la campaña electoral que está en marcha en Rusia, los expertos se muestran sumamente diplomáticos, coincidiendo en que, sean cuales sean los resultados de los comicios, la cooperación estratégica de los dos países no se verá alterada.
“Las autoridades kazajas apoyan a nivel oficial el tándem Medvédev-Putin, pero, por supuesto, aceptarán cualquier resultado electoral y seguirán observando las reglas de juego ya establecidas entre los dos países. Los líderes de nuestros Estados se prestan apoyo a nivel personal”, precisó Dosym Satpáev.
“Por parte de las actuales autoridades kazajas, que se atienen a la línea conservadora en política exterior, no habrá cambios significativos en lo relativo a la cooperación con Rusia. Creo que por parte de Rusia tampoco”, señaló el experto.
La política exterior aplicada por el presidente ruso, Dmitri Medvédev, fue continuación de la iniciada por su antecesor, Vladimir Putin. Por lo tanto, el posible regreso de Putin al Kremlin únicamente confirmará la postura de Rusia respecto a la integración euroasiática.
“Creo que las autoridades rusas sienten más preocupación por las perspectivas de desarrollo de Kazajstán después de que se retire Nursultán Nazarbáyev, pues la política actual del país la determina el presidente actual. Es menor la preocupación de las autoridades kazajas por los posibles cambios de la política exterior de Rusia que las inquietudes de las autoridades rusas por el futuro de las relaciones bilaterales una vez acabado el gobierno de Nazarbáyev. Los cambios en la política exterior de Astaná podrían afectar a los planes de Rusia”, explicó.
Precisando que se trata de una opinión personal y no oficial, el experto señaló que algunos representantes de la élite política de Kazajstán afirman que los resultados de las próximas elecciones presidenciales en Rusia ya se conocen: “La popularidad de Vladimir Putin es muy alta, independientemente de lo que diga la oposición. Soy kazajo, una persona imparcial, pero creo que Putin ganará en la primera vuelta. Y se seguirá aplicando la línea política de integración con Kazajstán y otros países vecinos”, opina el diputado y ex presidente de la Cámara Baja del Parlamento Nacional de Kazajstán, Ural Mejamedzhánov.
En cuanto a los riesgos potenciales que entraña para Kazajstán la victoria de Vladimir Putin en las elecciones presidenciales, Marat Shibútov nombra la posible intensificación de la presión por parte de Estados Unidos sobre los vecinos de Rusia para hacer disminuir la influencia de Moscú en la región.
“No me estoy refiriendo a la política real, sino a la percepción de Putin por la comunidad occidental. Los miembros del espacio postsoviético podrían acabar bajo fuerte presión de Estados Unidos. El objetivo sería, en primer lugar, la Unión Euroasiática”, opina el experto.
Según los datos que obran en poder del director del Centro de Análisis Económico Rakurs y consejero del presidente de la Cámara de Economía de Kazajstán, Oraz Dzhandósov, los círculos empresariales del país no se muestran demasiado preocupados por la situación actual en Rusia, dado que en la Unión Aduanera el Espacio Económico Único casi con total seguridad seguirán existiendo y desarrollándose. Teniendo en cuenta que Rusia es un país vecino y el socio económico más cercano de Kazajstán, el país está interesado en que la economía rusa se desarrolle de una manera más rápida y estable.
Cualquier político que asuma el puesto del presidente de Rusia, garantice el crecimiento económico del país y no abogue por la reconstrucción de la Unión Soviética, será bienvenido por Kazajstán, concluyó.
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