Elisabeth Bumiller (The New York
Times)
Si Israel decidiera lanzar un ataque contra Irán, sus pilotos tendrían que
volar más de 1.600 kilómetros a través de un espacio aéreo hostil, repostar
durante el vuelo, neutralizar las defensas antiaéreas iraníes, atacar simultáneamente varios lugares subterráneos, y utilizar al
menos 100 aviones.
Esta es la valoración de funcionarios de la Secretaría de Defensa y analistas
militares próximos al Pentágono, que aseguran que un ataque dirigido a retrasar
el programa nuclear iraní sería una operación enorme y altamente compleja. A su
juicio, esta operación sería muy distinta a los ataques “quirúrgicos” contra el
reactor nuclear en Siria en 2007, y contra el reactor de Osirak en 1981.
“A todos los expertos que dicen ‘Oh, sí, bombardeemos Irán’: no sería tan
fácil”, advierte el teniente general David A. Deptula, que se retiró el año
pasado como máximo oficial de la inteligencia de la Fuerza Aérea y que organizó
las campañas aéreas en 2011 en Afganistán y en la guerra del Golfo en 1991.
En los últimos meses ha aumentado la especulación sobre un ataque
de Israel a Irán mientras crece la tensión entre ambos países. Tom Donilon,
consejero de Seguridad Nacional, se encontró el domingo en Jerusalén con el
primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el jefe de la Junta de Jefes de
Estado Mayor, Martin E. Dempsey, advirtió a la CNN que un ataque israelí contra
Irán en estos momentos sería “desestabilizador”, lo que demuestra la
preocupación de Washington. Igualmente, el ministro de Exteriores británico,
William Hague, dijo a la BBC que atacar Irán no sería “sensato” para Israel “en
este momento”.
Pero mientras el portavoz israelí en Washington, Lior Weintraub, aseguró que
su país continuaba presionando para que se apliquen sanciones más duras contra
Irán, también reiteró que Israel, como Estados Unidos, “mantiene abiertas todas
las opciones”.
En Washington se debaten las características de un ataque iraní y algunos
analistas cuestionan incluso si Israel tiene la capacidad militar para llevarlo
a cabo. Un temor es que EE UU se vea obligado a finalizar la ofensiva, una tarea
que, incluso con su mayor arsenal de aviones y munición, podría durar varias
semanas, según analistas de defensa. Otro tema es la represalia iraní.
“No creo que nadie diga: ‘Así es como debe hacerse: un puñado de aviones,
saliendo y entrando durante una tarde”, señaló Andrew R. Hoehn, un exfuncionario
del Pentágono que ahora es director del Proyecto Fuerza Aérea de Rand
Corporation, que realiza amplios estudios para la Fuerza Aérea de Estados
Unidos.
Michael V. Hayden, que fue director de la CIA entre 2006 y 2009, advirtió el
mes pasado de que los ataques aéreos capaces de entorpecer seriamente el
programa nuclear iraní estaban “más allá de la capacidad” de Israel, en parte
por la distancia que tendrían que cubrir los aviones y por la magnitud de la
misión.
Sin embargo, un alto funcionario advirtió en una entrevista la semana pasada
que EE UU no dispone de “un total conocimiento” del arsenal israelí, y menos aún
de sus cálculos militares. De sus opiniones se hizo eco Anthony H Cordesman, un
influyente analista militar del Centro de Estudios Internacionales y
Estratégicos de Washington. “Hay muchas incógnitas y riesgos potenciales, pero
puede que Israel sepa que esos riesgos no son tan graves”, dijo.
Dado que Israel querría atacar las cuatro grandes plantas nucleares de Irán
–las instalaciones de enriquecimiento de uranio de Natanz y Fordo, el reactor de
agua pesada de Arak y la planta de conversión de óxido de uranio [pasta
amarilla] en Isfahán-, los analistas militares dicen que el primer problema
sería llegar hasta ellas. Hay tres rutas potenciales: por el norte pasando por
Turquía, por el sur a través de Arabia Saudí, y por el centro a través de
Jordania e Irak.
La ruta que pasa por Irak sería la más directa y probable, según los
analistas, porque Bagdad carece de defensas aéreas y EE UU, después de su
retirada en diciembre, no tiene ya la obligación de defender el espacio aéreo
iraquí. “Hace un año a los israelíes les preocupaba que nosotros podríamos
interceptar sus aviones si elegían la ruta de Irak”, explicó un exfuncionario de
defensa que pidió el anonimato para discutir asuntos secretos de
inteligencia.
Si Jordania tolera los vuelos israelíes, el siguiente problema sería la
distancia. Israel dispone de aviones de combate F-15I y F-161 de fabricación
estadounidense que pueden cargar bombas hacia los objetivos, pero su radio de
alcance -dependiendo de la altitud, velocidad y carga- se queda corto para
recorrer los más de 3.200 kilómetros del vuelo de ida y vuelta. Eso sin contar
el tiempo que se necesita para sobrevolar el objetivo ni la posibilidad de que
haya que repeler ataques de aviones iraníes o sus misiles.
En todo caso, Israel tendría que utilizar aviones cisterna, aunque se cree
que no dispone de los suficientes. Scott Johnson, analista de la empresa
consultora de defensa IHS Jane’s y jefe de un equipo que prepara un seminario en
la red sobre las posibilidades de un ataque contra Irán, aseguró que Israel
cuenta con ocho aviones cisterna KC-707 de fabricación estadounidense, aunque no
está claro que todos estén operativos. Es posible, añadió, que Israel haya
convertido aviones existentes en depósitos de combustible para utilizar en el
ataque.
Incluso así, los aviones cisterna necesitarían ser protegidos por aún más
aviones de combate. “Por lo tanto el número que se necesita se dispara”, explicó
Johnson. Israel tiene unos 125 F-15I y F-16Is. Una posibilidad, según Johnson,
sería que los aviones cisterna volaran a 50.000 pies de altitud (unos 16-17
kilómetros), lo que dificulta el ataque aéreo israelí, para que luego
descendieran a altitudes más bajas para reunirse con los aviones de combate para
que tengan que repostar.
De todos modos, Israel tendría que utilizar sus aviones de guerra electrónica
para atravesar las defensas aéreas de Irán y causar interferencias en sus
radares que permitan la creación de un pasillo para el ataque. Aunque las defensas antiaéreas iraníes sean de la generación
pasada –en 2010 Rusia se negó a vender a Irán su más avanzado sistema de
misiles S-300-, no son nada desdeñables, sostienen analistas militares.
Los misiles iraníes podrían forzar a los aviones de guerra israelíes a
maniobrar y a lanzar su munición incluso antes de haber alcanzado sus objetivos.
Irán también podría devolver el ataque con misiles que podrían alcanzar Israel,
lo que desataría una nueva guerra en Oriente Próximo, aunque algunos altos
funcionarios sostienen que las consecuencias serían peores si Irán lograra el
arma atómica.
Otro gran obstáculo es el número bombas israelíes capaces de alcanzar las
instalaciones de Natanz, que se cree que está enterrada bajo diez metros de
bloques de hormigón reforzado, y las de Fordo, que está construida dentro de una
montaña.
Suponiendo que no utiliza un dispositivo nuclear, Israel posee bombas
antibúnker GBU-28 de fabricación estadounidense y de más de dos toneladas que
podrían dañar instalaciones así de reforzadas aunque no está claro qué
profundidad pueden alcanzar.
Un informe de este mes del Centro de Política Bipartidista, elaborado por el
exsenador demócrata de Virginia Charles s. Robb, y Charles F. Wald, un exgeneral
de la fuerza aérea, recomendaba que el Gobierno de Obama vendiera a Israel 200
(bombas) GBU-31 mejoradas además de tres aviones cisterna avanzados.
Ambos aseguran que no defienden un ataque israelí, pero que la munición y los
aviones son necesarios para mejorar la credibilidad de Israel mientras amenaza
con un ataque.
Si Estados Unidos se implicara –o decidiera atacar por su cuenta-, los
analistas militares dicen que el Pentágono tendría la capacidad de lanzar
grandes ataques con bombarderos, aviones invisibles y misiles de crucero,
seguidos por drones que podrían evaluar los daños para ayudar a dirigir
los siguientes ataques. A diferencia de Israel, Estados Unidos posee una gran
capacidad de reabastecerse de combustible. Los bombarderos podrían volar desde
la base de Al Udeid, en Catar, Diego García en el océano Índico o bases en Reino
Unido o Estados Unidos.
No obstante, altos cargos de Defensa aseguran que seguiría siendo difícil
alcanzar las instalaciones más profundas iraníes con las bombas estadounidenses
existentes, por lo que están mejorando su “artillería penetrante masiva”
[Massive ordnance penetrator] que fue específicamente diseñada para Irán y Corea
del Norte.
“Existe una sola superpotencia en el mundo que puede llevar esto a cabo”,
declaró el general Deptula. “Israel es muy bueno en ataques selectivos aquí y
allá”.
Elisabeth Bumiller es periodista del New York
Times
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