Andrei Fediashin,
RIA Novosti
Las consecuencias del fuerte terremoto y tsunami ocurridos el pasado 11 de marzo en Japón han tenido serias repercusiones en Europa, ante todo, en la política, la conciencia de muchos de sus gobernantes y en el sector de energía nuclear.
La tragedia del Japón volvió a centrar la atención de la comunidad internacional en los riesgos que representa el uso de la energía nuclear, y no obstante, los países europeos continuarán utilizándola porque carecen de una alternativa viable para satisfacer su creciente demanda energética.
Las consecuencias del fuerte terremoto y tsunami ocurridos el pasado 11 de marzo en Japón han tenido serias repercusiones en Europa, ante todo, en la política, la conciencia de muchos de sus gobernantes y en el sector de energía nuclear.
La tragedia del Japón volvió a centrar la atención de la comunidad internacional en los riesgos que representa el uso de la energía nuclear, y no obstante, los países europeos continuarán utilizándola porque carecen de una alternativa viable para satisfacer su creciente demanda energética.
De todas maneras, a partir de hoy, el proceso para la construcción de nuevas plantas nucleares en Europa afrontará mucho más problemas que antes, tanto financieros como políticos.
Sombra de la catástrofe de Chernóbil
Los accidentes en cuatro reactores de los 55 que actualmente funcionan en Japón obligan a recordar la catástrofe de Chernóbil.
Las explosiones en la central nuclear Fukushima-1 se produjeron casi 25 años después de la explosión de un reactor en la central nuclear soviética de Chernóbil, el 26 de abril de 1986, el accidente más grave registrado hasta las fecha en las plantas de energía atómica, el que los ecólogos, partidos verdes, y partidarios de energía limpia de todo el mundo utilizan como el principal argumento contra la construción de las plantas nucleares.
El terremoto devastador sacudió los fundamentos de la estrategia energética europea. Hace poco, Europa empezó a incrementar su capacidad de generación de energía nuclear. De acuerdo con los planes de la Comisión Europea, la construcción de nuevas plantas nucleares en Europa debería reducir su dependencia del gas ruso.
Hoy en día, cada vez son más frecuentes las convocatorias de protestas contra la prolongación del funcionamiento de las plantas nucleares. Los organizadores de la manifestación antinuclear en el sur de Alemania convocada el pasado 12 de marzo cerca de la planta atómica Neckarwestheim, considera la más antigua e insegura del país, quedaron agradablemente sorprendidos al reunir a más de 50.000 manifestantes, unas dos veces mayor de lo esperado.
El pasado 14 de marzo, la cancillera alemana, Angela Merkel, convocó una reunión extraordinaria del gabinete de cara a las elecciones que se celebrarán en tres provincias este mes de marzo y en cinco provincias más en lo que resta de año.
La aceptación de la coalición de Merkel cayó a uno de sus niveles más bajos incluso antes del terremoto en Japón, y actualmente, los opositores a Merkel aprovechan los accidentes en las plantas nucleares de Japón para recordar al electorado que la cancillera se pronunció a favor de prologar el funcionamiento de las centrales atómicas en Alemania.
Los argumentos son convincentes. Si los accidentes nucleares pudieron ocurrir en Japón que estableció normas de seguridad muy estrictas en el ámbito de energía nuclear, ¿qué se puede esperar de Europa? Las manifestaciones antinucleares también se celebran en Gran Bretaña, con advertencias sobre hipotéticos riesgos sísmicos en las Islas Británicas.
Ante el contexto de un resurgimiento de los ánimos antinucleares, es difícil hacer carrera política apoyando el desarrollo de proyectos de energía nuclear.
"¿Cuántas advertencias más necesita la población para concluir que los reactores nucleares son intrínsecamente peligrosos?", preguntó Jan Beranek, jefe de campaña antinuclear de Greenpeace Internacional. "Nos dicen que este tipo de cosas no puede suceder con los reactores modernos, sin embargo, hoy en día Japón se encuentra en medio de una crisis nuclear con consecuencias potencialmente devastadoras," añadió.
Varios expertos nucleares no comparten la opinión de Beranek, pero la amenaza de catástrofe nuclear, a gran o pequeña escala, existe realmente. Según Beranek, “los gobiernos deben invertir en recursos energéticos renovables que no sólo sean inocuos al medio ambiente, sino también asequibles y fiables".
Aunque el reactor en la central Fukushima-1 es mucho más fiable que el de la planta de Chernóbil y los ingenieros japoneses hicieron todo lo posible para prevenir una fuga de radiación a gran escala, una pregunta muy simple sigue sin respuesta. ¿Por qué el sistema de refrigeración de emergencia de reactores de la central nuclear Fukushima-1 dejó de funcionar?
Según varias versiones, se registraron fallos en este sistema debido al tsunami. Pero, ¿cómo se ha podido hacer la vista gorda ante esta posibilidad en Japón, el país donde terremotos y tsunamis ocurren con frecuencia? Semejantes manifestaciones de negligencia pueden conllevar a consecuencias catastróficas.
Futuro incierto
Seguramente, Japón suspenderá los planes de expansión del sector de energía nuclear. En ese país, un 30% de su energía eléctrica se produjo en centrales nucleares antes del terremoto y Tokio ha planeado aumentar este indicador hasta un 50% para 2020.
El terremoto devastador sacudió los fundamentos de la estrategia energética europea. Hace poco, Europa empezó a incrementar su capacidad de generación de energía nuclear. De acuerdo con los planes de la Comisión Europea, la construcción de nuevas plantas nucleares en Europa debería reducir su dependencia del gas ruso.
Hoy en día, cada vez son más frecuentes las convocatorias de protestas contra la prolongación del funcionamiento de las plantas nucleares. Los organizadores de la manifestación antinuclear en el sur de Alemania convocada el pasado 12 de marzo cerca de la planta atómica Neckarwestheim, considera la más antigua e insegura del país, quedaron agradablemente sorprendidos al reunir a más de 50.000 manifestantes, unas dos veces mayor de lo esperado.
El pasado 14 de marzo, la cancillera alemana, Angela Merkel, convocó una reunión extraordinaria del gabinete de cara a las elecciones que se celebrarán en tres provincias este mes de marzo y en cinco provincias más en lo que resta de año.
La aceptación de la coalición de Merkel cayó a uno de sus niveles más bajos incluso antes del terremoto en Japón, y actualmente, los opositores a Merkel aprovechan los accidentes en las plantas nucleares de Japón para recordar al electorado que la cancillera se pronunció a favor de prologar el funcionamiento de las centrales atómicas en Alemania.
Los argumentos son convincentes. Si los accidentes nucleares pudieron ocurrir en Japón que estableció normas de seguridad muy estrictas en el ámbito de energía nuclear, ¿qué se puede esperar de Europa? Las manifestaciones antinucleares también se celebran en Gran Bretaña, con advertencias sobre hipotéticos riesgos sísmicos en las Islas Británicas.
Ante el contexto de un resurgimiento de los ánimos antinucleares, es difícil hacer carrera política apoyando el desarrollo de proyectos de energía nuclear.
"¿Cuántas advertencias más necesita la población para concluir que los reactores nucleares son intrínsecamente peligrosos?", preguntó Jan Beranek, jefe de campaña antinuclear de Greenpeace Internacional. "Nos dicen que este tipo de cosas no puede suceder con los reactores modernos, sin embargo, hoy en día Japón se encuentra en medio de una crisis nuclear con consecuencias potencialmente devastadoras," añadió.
Varios expertos nucleares no comparten la opinión de Beranek, pero la amenaza de catástrofe nuclear, a gran o pequeña escala, existe realmente. Según Beranek, “los gobiernos deben invertir en recursos energéticos renovables que no sólo sean inocuos al medio ambiente, sino también asequibles y fiables".
Aunque el reactor en la central Fukushima-1 es mucho más fiable que el de la planta de Chernóbil y los ingenieros japoneses hicieron todo lo posible para prevenir una fuga de radiación a gran escala, una pregunta muy simple sigue sin respuesta. ¿Por qué el sistema de refrigeración de emergencia de reactores de la central nuclear Fukushima-1 dejó de funcionar?
Según varias versiones, se registraron fallos en este sistema debido al tsunami. Pero, ¿cómo se ha podido hacer la vista gorda ante esta posibilidad en Japón, el país donde terremotos y tsunamis ocurren con frecuencia? Semejantes manifestaciones de negligencia pueden conllevar a consecuencias catastróficas.
Futuro incierto
Seguramente, Japón suspenderá los planes de expansión del sector de energía nuclear. En ese país, un 30% de su energía eléctrica se produjo en centrales nucleares antes del terremoto y Tokio ha planeado aumentar este indicador hasta un 50% para 2020.
En varios países europeos, la suspensión de planes de desarrollo del sector de energía nuclear puede conllevar a una escasez energética, lo que afectará el crecimiento económico de los respectivos países.
Gran Bretaña, por ejemplo, que hoy en día dispone de 19 centrales nucleares, ya aprobó el plan de construcción de las diez nuevas plantas en sitios determinados. Pero la tragedia en Japón seguramente ralentizará la implementación de estos planes porque los residentes en ciudades y poblados cercanos exigirán revisarlos.
Por su lado, los expertos afirman que si las plantas nucleares no empiezan a construirse en breve, Gran Bretaña sufrirá cortes de energía eléctrica ya en 2015 ó 2018.
Gran Bretaña se considera la potencia nuclear europea más antigua. El primer reactor comercial de 50 MW empezó a operar en Cumbria, en el Reino Unido, en 1956, y hace poco, con Francia inició un “renacimiento nuclear” al acordar con los franceses desarrollar conjuntamente nuevos tipos de reactores nucleares para exportarlos y dominar el respectivo mercado.
A finales del año pasado, la coalición de Angela Merkel decidió prolongar en al menos diez años la vida útil de todas las 17 centrales nucleares en Alemania.
Al carecer de centrales nucleares, Italia está en una situación peor. Recientemente, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, dijo que Italia experimenta el mayor déficit de energía eléctrica y tiene los precios más altos de electricidad en el mundo, algo que es verdad. El gabinete del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, tiene planes de construir 10 centrales nucleares, tras lo ocurrido en Japón será difícil lograr ese objetivo.
Hoy en día, Europa es el líder mundial en la producción de energía atómica. Sus centrales nucleares generan el 79% de electricidad en Francia, el 76% en Lituania, del 22% al 51% en Suecia, Bélgica, Suiza, Eslovaquia, la República Checa, Alemania, y Hungría.
Las centrales nucleares rusas generan la mayor parte de la energía eléctrica nuclear a nivel mundial, pero tan sólo el 17,8% de la electricidad total producida en Rusia. Índices similares se registran en España.
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