domingo, 20 de marzo de 2011

China invierte mucho dinero para el desarrollo en África


Por Klaas den Tek (InformaRN)

Desde hace años, China es un protagonista importante en el Continente africano. Investigaciones del Financial Times de Gran Bretaña indican que Pekín ha prestado en los dos últimos años más dinero a países en desarrollo que el Banco Mundial.

“Pedir préstamos cuesta dinero”, reza una ahorrativa advertencia holandesa. Países en desarrollo pueden acudir al Banco Mundial, institución que ayuda a combatir la pobreza en esos países. Pero todo está sujeto a condiciones. El Banco Mundial exige que los países adopten un sistema económico liberal. También rigen otras imposiciones como el respeto a los derechos humanos y una buena administración.

Prestamista del Tercer Mundo


Los últimos años, China aparece cada vez más como proveedor de dinero para países en desarrollo. De investigaciones se desprende que China, entretanto, ha adelantado al Banco Mundial en ese terreno. El Banco del Desarrollo chino y el Banco de Exportación e Importación de ese país, ambos en poder del Estado, han prestado alrededor de 110.000 millones de dólares entre 2009 y 2010. El Banco Mundial concedió préstamos entre 2008 y 2010 por 100.300 millones de dólares.

Por los créditos, China quiere algo a cambio. Pekín busca acceso a las materias primas en África: petróleo, madera y minerales. Según Arnoud Boot, profesor de mercados financieros en la Universidad de Ámsterdam, para muchos países africanos resulta atractivo obtener préstamos de China:

“China invierte en los países en la construcción de carreteras, vías ferroviarias y puertos. Por supuesto eso va en gran parte en provecho de la propia China. Pero África es desde hace décadas un continente pobre. Las inversiones otorgan perspectivas a los países para salir de la miseria.”

Créditos baratos

También Rusia, Brasil y Venezuela piden créditos baratos a Pekín a cambio de petróleo. Para países con un gran interés estratégico las condiciones son más favorables que para países de menor importancia.

Los países europeos y EE.UU. miran el desarrollo entre China y África con recelo. Se teme que China acabe “devorando” a los países africanos. También se sabe que China no respeta demasiado los derechos humanos. Regímenes dictatoriales como el del presidente sudanés Omar al-Bashir, pueden contar con China.

“Esto tiene una parte oscura: China como prestamista de gobiernos locales y corruptos que con ello pueden permanecer en el poder. Los poderosos se harán ricos y el pueblo seguirá pobre. China debe ser advertida de su responsabilidad.”

Arnoud Boot no cree que los países en desarrollo se han “vendido” totalmente a China. Si Pekín quiere alcanzar un poder total deberá enviar un ejército de ocupación a China. Y eso, según Boot, no tiene muchas posibilidades de ocurrir, aunque prevé un riesgo importante:

“Existe la posibilidad de que esos países africanos se concentren mucho en China. Que se tornen demasiado dependientes del éxito económico chino. Si Pekín, por razones políticas, se ve en demasiados problemas, esos países perderán el mercado que los apoya. Eso puede traer una gran inestabilidad.”

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