jueves, 10 de octubre de 2024

La política exterior de Estados Unidos en 2025

ProjectSyndicate

Joseph S. Nye, Jr.


Aunque hay mucho en juego en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de este año, habrá grandes áreas de continuidad en la política exterior estadounidense, independientemente de quién gane. Pero las diferencias entre las actitudes de los candidatos respecto de las alianzas y el multilateralismo son significativas, y eso podría marcar la diferencia. 

CAMBRIDGE – A medida que se acercan las elecciones presidenciales de Estados Unidos, muchos se preguntan qué significarán para la política exterior estadounidense. La respuesta está envuelta en incertidumbre.

En primer lugar, ¿quién ganará las elecciones?. A principios del verano, las encuestas mostraban que Donald Trump llevaba una gran ventaja sobre el presidente Joe Biden. Pero ahora que la vicepresidenta Kamala Harris se ha convertido en la candidata del Partido Demócrata, las encuestas la muestran con una ligera ventaja. El problema, por supuesto, es que si los sentimientos de los votantes pueden cambiar tan rápidamente, predecir dónde se ubicarán el 5 de noviembre es casi imposible. Si bien Harris ha demostrado una habilidad política impresionante, la política democrática está llena de sorpresas.

En segundo lugar, los líderes y actores extranjeros también tienen un “voto”, en el sentido de que su comportamiento puede cambiar de repente la agenda estadounidense y las probabilidades de diversos resultados. La modesta política exterior que George W. Bush esbozó durante su campaña de 2000 no se parecía en nada a la política que siguió después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Quién sabe qué tipo de sorpresa podrían tener guardada Vladimir Putin o Xi Jinping.

Las declaraciones de campaña, por supuesto, dan algunas pistas sobre la política que seguirán. Si Harris gana, se puede esperar que la política de Biden continúe, aunque con algunos ajustes. Parece poner menos énfasis en la promoción de la democracia (uno de los temas más importantes de Biden) y habla un poco más sobre los derechos palestinos. Sin embargo, en general, seguiría la misma política de reforzar las alianzas con Estados Unidos y promover el multilateralismo.

Trump es más impredecible. Si bien todos los políticos exageran la verdad, él es famoso en ese aspecto. Es difícil saber qué declaraciones podrían convertirse en políticas. Su retórica sobre el unilateralismo y la degradación de las alianzas y las instituciones multilaterales nos dice algo sobre el tenor de su política exterior, pero no responde a preguntas sobre cuestiones específicas.

Los observadores suelen intentar mejorar sus predicciones observando a los asesores de los candidatos. El principal asesor de política exterior de Harris es Philip Gordon, un centrista pragmático y muy respetado que se ocupó de los asuntos europeos y de Oriente Medio en administraciones demócratas anteriores antes de convertirse en el principal asesor de política exterior de la vicepresidenta.

Una de las mayores diferencias se refiere a las posiciones de los candidatos respecto de Europa. Trump y su compañero de fórmula, J. D. Vance, han dejado claro que tienen poco interés en apoyar a Ucrania y a la OTAN. Trump afirma que pondría fin a la guerra rápidamente mediante negociaciones, y es difícil imaginar cómo se podría hacer eso sin debilitar drásticamente a Ucrania.

En Oriente Medio, ambos candidatos se han comprometido a mantener la seguridad de Israel y su derecho a la autodefensa, aunque Harris también habla del derecho palestino a la autodeterminación. Ambos probablemente instarían a Arabia Saudita a normalizar las relaciones con Israel y ambos adoptarían una línea dura con Irán. Pero mientras que Trump asigna bajas prioridades a África y América Latina, cabría esperar que Harris prestara más atención a esas regiones.

La diferencia más dramática se refiere al poder blando estadounidense: la capacidad de lograr los resultados deseados mediante la persuasión en lugar de la coerción o el pago. Durante su presidencia, Trump optó por un unilateralismo de “Estados Unidos primero” que llevó a otros países a concluir que no se estaban teniendo en cuenta sus intereses. También rechazó abiertamente el multilateralismo, y lo hizo de manera más drástica al retirarse del acuerdo climático de París y de la Organización Mundial de la Salud. Biden revirtió esas medidas, pero Trump probablemente revertiría la reversión, mientras que Harris mantendría la participación estadounidense. También sería más probable que emitiera declaraciones que promovieran los derechos humanos y la democracia.

En resumen, habrá grandes áreas de continuidad en la política exterior estadounidense, independientemente de quién gane las elecciones, pero las diferencias entre las actitudes de los candidatos respecto de las alianzas y el multilateralismo son significativas, y eso podría marcar la diferencia.

 

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