lunes, 15 de mayo de 2017

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL ESTADO DE ISRAEL

Por Juan González

El 14 de mayo de 1948 fue fundado el Estado de Israel, por David Bengurión, junto a un grupo de hombres y mujeres que decidieron retornar al territorio en el que habitaron sus ancestros alrededor de 2 mil años antes.

Cabe destacar que en la antigüedad este territorio fue llamado Canaán y los romanos luego de expulsar al pueblo judío entre los años 66 al 132 de la Era Cristiana por las constantes rebeliones comenzaron a llamarle Palestina.


En ese mismo orden, Palestina primero estuvo controlada por el Imperio Romano y al dividirse  este a partir del siglo IV quedó bajo dominio del Imperio Ramano de Oriente o Bizantino. Es oportuno indicar que en el año 638  los árabes conquistan Palestina tras derrotar al imperio Bizantino en la Batalla de Jerusalén. 

Los árabes introducen su propia religión, el Islam, creada por el Profeta Mahoma a principio del siglo VII. Según la tradición religiosa islámica, Mahoma ascendió al Cielo desde Jerusalén, lo que dio lugar que allí construyeran dos importantes templos islámicos: Domo de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa. 

De manera que Jerusalén se convirtió  en un importante centro religioso no solo de los judíos y  cristianos, también de los musulmanes. 

Se recuerda que los judíos por siglos deambularon por  diferentes países Europa, en muchos de los cuales fueron perseguidos, expulsados o linchados. Se destaca  las expulsiones de España y Portugal a final del siglo XV o las persecuciones en Rusia y Ucrania, conocida como progromos. 

A finales del siglo XIX, Teodoro Herzl, un periodista  húngaro de origen judío funda el “movimiento Sionista”  con el objetivo de retornar al pueblo de Israel  a Palestina por medio político, ya que habían perdido la esperanza ante la espera por siglos de la llegada de un mesías que como Moisés lo guiara a la tierra prometida.

Sin lugar a dudas, el sionismo comenzó a utilizar los medios a su alcance para influir en las potencias occidentales a fin de lograr el objetivo antes mencionado. Y esto queda evidenciado con la carta enviada al empresario de origen judío Walter Rothschild  en 1917 por el ministro de Relaciones Exteriores del Imperio Británico, Arthur Balfour, en la que declaraba su compromiso a favor de la creación del Estado de Israel en Palestina.

Con la llegada de Adolfo Hitler  y los nazis al poder en Alemania en 1933, la población judía europea fue perseguida y confinada en campos de exterminios en la que murieron más de cinco millones de personas. Este gran genocidio conmocionó a la comunidad internacional. Y surgieron voces a favor de que se dotara de un territorio al pueblo de Israel.  

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial las potencias occidentales apoyaron  la creación del Estado de Israel como forma de resarcir la tragedia por la que había pasado el pueblo judío en la Alemania nazi.

En 1947 se aprueba la Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU  con el fin de crear un Estado Judío y uno Árabe en Palestina. Los pueblos árabes, rechazaron la resolución, mientras que Israel la aceptó y proclamó su Estado, un año después. Una vez proclamado el Estado de Israel, siete países árabes decidieron impedir esa decisión lanzando un ataque combinado, pero fueron derrotados por el incipiente ejército israelí.

La victoria de Israel en la primera guerra con los árabes fue decisiva para la consolidación de su independencia.  La  Guerra de 1948 produjo una fragmentación política del futuro Estado palestino. La región de Franja de Gaza quedo bajo el dominio de Egipto, y Cisjordania bajo el control de Jordania.

En la Guerra de los Seis Días (1967), Israel logró ocupar Franja de Gaza y Cisjordania, además le ocupó a Egipto  la península del Sinaí y a Siria los altos del Golán, donde nacen los afluentes del rio Jordán. Posteriormente se produjo la Guerra del Yom Kipur en 1973, en la que tanto los árabes como Israel, se declararon victoriosos.

Después de la Guerra del Yom Kipur, EE.UU. se concentró en la región usando su influencia sobre los países árabes aliados y sobre Israel, para que llegaran a acuerdos de Paz que mantuviera estable la región, es así, como producen los Acuerdos de  Camp David en 1978, entre Egipto e Israel, en el que acordaron la devolución  la península del Sinaí, sin embargo, el Estado hebreo se negó a devolver los demás territorios ocupados en la Guerra de los Seis Días, aunque el Consejo de Seguridad de la  ONU ya le había  exigido  a Israel retirarse de los territorios ocupados   mediante la Resolución 242 del año 1967.

El 22 de noviembre de 1974, la Asamblea General de las Naciones Unidas aceptó mediante la Resolución 3237 como entidad observadora a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). 

En la década del 90s, el Primer Ministro de Israel  Yizthak (Isacc) Rabin y el líder de la OLP Yasser Arafat, bajo el auspicio del Presidente de EE.UU., Bill Clinton, inician los Acuerdos de Oslo de cara a la creación del Estado Palestino. Estos acuerdos fueron el mayor esfuerzo diplomático realizados por ambos bandos para buscar una solución pacífica a la cuestión palestina. 

Con el fallecimiento de Yasser Arafat, en el año 2004, las negociaciones entre palestinos e israelíes para el reconocimiento de la independencia del Estado Palestino entraron en un limbo, que se agudizo con la victoria electoral en el 2006 del grupo Hamás que no reconoce la existencia del Estado de Israel. 

La victoria de Hamás amplió la fragmentación política y administrativa de los territorios palestinos, ya que en el 2007 el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmous Abbas, sucesor de Arafat, expulsó a los miembros de  Hamás del gobierno, generando una cuasi guerra civil en la que se enfrentaron los brazos armados de Hamás y Al Fatah. Como resultado de este enfrentamiento Hamás se quedó con el control de Franja de Gaza y Al Fatah con  Cisjordania, hasta la fecha esta situación no ha cambiado.

En el plano internacional, los Territorios Palestinos han recibido el reconocimiento como Estado de alrededor de 130 países y en el año 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas lo reconoce como Estado Observador no miembro. Sin lugar  a dudas un paso de avance para que los palestinos tengan su propio Estado, sin embargo, antes deben poner la casa en orden ya que los problemas políticos internos generan dudas en cuanto a si tienen la capacidad para manejar una entidad política sujeto del derecho internacional, con derechos y responsabilidades, como lo es el Estado. 

Volviendo a Israel, es importante señalar que hoy más que nunca los peligros externos son una amenaza para su seguridad y existencia. 

La lucha geopolítica que existe entre Irán y Arabia Saudita por el control del Medio Oriente, a ubicado a Israel en medio del fuego cruzado entre estas dos potencias regionales que mueven sus fichas para ampliar su influencia política y religiosa,  por lo que muchas veces Israel no sabe cómo comportarse, ya que si bien conciben que el programa nuclear de Irán es una amenaza para su seguridad, lo es también el fundamentalismo sunita que exporta Arabia Saudita y que cada vez más se aproxima a sus fronteras.

Por tal razón, en Israel existe una división entre los funcionarios que manejan la defensa y la seguridad, ya que unos se inclinan por el derrocamiento del Régimen de Bashar Al Assad que gobierna Siria, por ser aliado de Irán y Hezbolá, mientras otros consideran que su derrocamiento daría entrada a grupos islámicos muy radicales como el Estado Islámico (ISIS)  lo que pondría seriamente en peligro la seguridad del pueblo judío. 


El autor es politólogo, analista de temas internacionales. 

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