Por Juan González
Desde 1998, la Iglesia
Católica, ha jugado un papel clave en las negociaciones diplomáticas para el
establecimiento de las relaciones entre Cuba y EEUU.
El primer viaje de un Papa a
la isla de Cuba luego de la Revolución, se produjo en enero de 1998, en aquel
momento Juan Pablo II, pronunció aquellas memorables palabras que dicen:
"Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba".
Luego de estas palabras los
avances han sido significativos, Cuba y EEUU, han restablecido relaciones
diplomáticas más de medio siglo después de la ruptura.
Es oportuno señalar que el
Papa Francisco, con una visión progresista y social, que adquirió con los
jesuitas, además de que es latinoamericano, se ha convertido en un gran
motorizador de este proceso de acercamiento y armonía entre estos dos países
americanos.
El 18 de septiembre del
pasado año 2015, víspera de la llegada de Francisco a la Habana, el presidente
de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció un conjunto de medidas destinadas
a flexibilizar las restricciones financieras y comerciales (embargo) impuestas
a la isla luego de la Revolución.
Entre los sectores que se
beneficiarán con estas medidas destacan los servicios empresariales, el
turismo, las telecomunicaciones, la banca y las remesas.
En ese mismo orden, el
presidente de EEUU, Barack Obama, viajó a Cuba en marzo del presente año 2016,
conviertiendose en el primer gobernante norteamericano en viajar a la isla
luego de la Revolución (1959).
Finalmente se debe recordar
que la Iglesia Católica jugó un papel trascendental en la caída del Muro de
Berlín (1989) y la reunificación de Alemania (1990).
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