Por Juan González
El avance del grupo Estado Islámico en Irak y Siria, así como la toma del poder en
Yemen por los hutíes, parecerían que son hechos aislados, pero no, tienen como punto conector la lucha geopolítica entre Irán y Arabia Saudita que buscan aumentar su influencia en
Medio Oriente ante la decadencia del poder hegemónico de Estados Unidos.
El
antecedente inmediato a esta lucha entre Irán y Arabia Saudita se remonta derrocamiento de Saddam Hussein del gobierno de Irak en el 2003 por las tropas norteamericanas y
británicas, así como el posterior ascenso al poder de la mayoría religiosa
chiita en este país.
Cabe destacar que antes del derrocamiento de Saddam, Irán ya tenía influencia en países como Siria y Líbano, y en menor medida en Yemen y
Bahréin.
Es
importante señalar que el Islam, tiene varias ramas, siendo las más
importantes, los sunitas (70 %) y los chiitas (15 %).
La
gran mayoría de países del mundo islámico adoptaron la variante sunita,
contrario a Irán e Irak donde la mayoría de la población profesa el chiismo.
Arabia
Saudita, un rico país petrolero, el principal exportador del planeta, se ha convertido en las últimas décadas en uno de los principales defensores
del sunismo conservador, por lo que auspician y financian movimientos y
organizaciones con el fin de aumentar su incidencia religiosa en el mundo islamico.
La
Primavera Árabe, fue utilizada por Arabia Saudita y sus aliados para promover
opositores radicales en Siria con el fin de derrocar a Bashar Al Assad,
dictador protegido por Irán.
Es
así, como se fortalece y se proyecta el grupo radical sunita Estado Islámico
que se expandido por amplias zonas de Irak y Siria, bajo el apoyo de Arabia
Saudita, las demás monarquías del Golfo, Pakistán e inclusive Israel.
¿Por
qué Israel coincide con los árabes, sus adversarios históricos?
Israel
al igual que Arabia Saudita teme a un Irán nuclear, ya que este país tiene
amplias ambiciones en Medio Oriente y cuenta con las condiciones geográficas,
demográficas, económicas, militares, históricas, culturales y geopolíticas para
alcanzarlo.
Israel
ha intentado detener el programa nuclear de Irán, planteando inclusive ataque a las instalaciones, para cual ha recibido el visto bueno de Arabia
Saudita, mientras que EEUU se opone por las implicaciones que tendría esta
operación.
¿Y
que pasa en Yemen?
En
Yemen se produjo una situación inversa a la
de Siria, el gobierno iraní aprovechó la Primavera Árabe para aumentar
el apoyo de los huties, combatientes chiitas que ya han logrado tomar el
control del Palacio Presidencial y de varias ciudades importantes.
Arabia
Saudita, está enviando apoyo a sus aliados que controlan el Gobierno desde hace
décadas para que resistan en el poder, mientras que Irán apoya a los rebeldes
en su lucha por derrocarlo.
En
conclusión, los movimientos bélicos que se producen en Medio Oriente obedecen
sencillamente a la lucha geopolítica entre Irán y Arabia Saudita. Como si fuese un juego de ajedrez, cada uno
mueve sus piezas con el fin de aumentar su poder y ganar el partido.
Al parecer, Estados Unidos, está cambiando la estrategia en Medio Oriente debido el aumento de la producción de petróleo y gas en su territorio, lo que podría convertirlo en un exportador en un futuro cercano pasando de cliente a competidor de países como Arabia Saudita por los mercados.
Por
esta realidad, EEUU, podría moverse al bando de Irán, su enemigo tradicional en
esa región, si logran ponerse de acuerdo respecto a su controversial programa
nuclear que desarrolla la nación chiita.
Irán sería un punto de equilibrio en una región mayoritariamente sunita. Y en la que potencias como China asumirán un papel más protagónico para garantizar su acceso al oro negro, abundante en esta región.
Irán sería un punto de equilibrio en una región mayoritariamente sunita. Y en la que potencias como China asumirán un papel más protagónico para garantizar su acceso al oro negro, abundante en esta región.
La
gran incógnita aquí es la relación con Israel, un Estado muy mimado por el
gigante del norte, pero que también están percibiendo un cambio de actitud de
Estados Unidos frente a temas clave como la creación del Estado palestino o el
programa nuclear iraní.
Cabe
resaltar la máxima de John Foster Dulles
que se desempeñó como secretario de Defensa: ¨Estados Unidos no tiene amigos,
solo tiene intereses¨.
Intereses
que cambiarán de acuerdo a sus necesidades, y ahora todo indica que están cambiando
en Medio Oriente.
El
autor, es politólogo, analista de temas internacionales.
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