Por: Patricia Lee
Especial para El País .-Mientras los rebeldes libios continúan combatiendo bajo el paraguas de la Otan, que anuncia haber aniquilado un 30% de la capacidad de fuego de Muamar el Gadafi, la importante deserción del ministro de Relaciones Exteriores, Musa Kusa, que huyó a Londres, fue tomada en Occidente como una señal de que el régimen estaría muy debilitado.
A pesar de ello, las fuerzas del dictador continúan resistiendo y su familia afirma que hay Gadafi para rato. En los últimos días, el líder libio intentó algunas iniciativas diplomáticas y con la oposición, incluso ayer se conoció le envió una carta al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la que le solicitó suspender los bombardeos.
El viceministro de Relaciones Exteriores, Abdelati Obeidi, que reemplazó a Musa Kusa, viajó a Grecia y Turquía para buscar una salida negociada. Según el primer ministro griego, George Papandreu, se evaluó la posibilidad de un gobierno de transición con Saif, el hijo del dictador, a cargo de la parte occidental, pero esta propuesta fue terminantemente desechada.
El canciller italiano, Franco Frattini, declaró que cualquier solución en Libia tiene como precondición la salida de Gadafi y de su familia del país. La propuesta también fue rechazada por los rebeldes. A estas alturas, la situación está en una sin salida, como la describe un diplomático, “el régimen quiere buscar una salida, y la oposición se ha dado cuenta de que no va a tener una victoria fácil”.
Impasse militar
Tras 50 días de iniciada la revolución en Bengasi, Gadafi ha demostrado ser un hueso duro de roer. A pesar de los bombardeos de la Otan, hay un impasse militar, porque los rebeldes son un conjunto sin experiencia y sin armas, que no es capaz de oponer una resistencia decisiva, ni menos de asaltar las posiciones fuertemente armadas del régimen. Gadafi se sostiene gracias a las debilidades ajenas.
Entre las filas de la oposición, la conducción militar es un desorden. Esta semana, el Consejo Nacional tuvo que llamar a una reunión secreta a los tres líderes militares, que pelean entre ellos como niños, y que son responsables de los fracasos en el frente de combate. “En un país que siempre fue dominado por el Coronel, su familia y sus aliados, hay poca experiencia política, y la tarea de reconstruir un país, de poner a andar su economía, y de rehacer un ejército capaz de combatir, se ha revelado más dura de lo que en un comienzo se pensaba.
Los dirigentes opositores más experimentados vienen del exilio, donde han pasado largos años, pero conocen poco la realidad en el terreno, y, lo más importante, tienen poca autoridad”, señala el periódico inglés The Guardian. Ha habido algunos pequeños progresos, como el reinicio de las actividades petroleras y el primer embarque de crudo a Qatar, la aparición de policías en las calles de Bengasi con nuevos uniformes, y el entusiasmo de los jóvenes, que continúan viajando al frente a combatir a las fuerzas del régimen. Pero todavía es poco para terminar con el dictador.
Este empate militar sólo podría cambiar, si los rebeldes se convirtieran en una fuerza militar entrenada y bien armada, pero EE.UU. y Europa se resisten a dar el paso de entregarles armas. Algunos países, como Italia, Qatar y Francia, reconocieron al Consejo Nacional de Transición, el organismo opositor establecido en Bengasi, como el gobierno legítimo de Libia, y se espera que Kuwait haga lo mismo.
Gran Bretaña anunció que está enviando equipo no letal al CNT, incluyendo telecomunicaciones, pero no armas. Pero EE.UU. declaró que no reconocerá al gobierno rebelde, ni menos le enviará armas, por temor a que miembros de Al Qaeda se hayan infiltrado.
Críticas a la Otan
Aunque la Otan anunció que ha destruido 30% de la capacidad militar libia, Gadafi continúa manteniendo un importante poder de fuego, gracias a un cambio de táctica. Según el brigadier general Marc Van Uhm, de la Otan, “están usando vehículos ligeros y camiones”, ocultando los tanques y las armas pesadas. “Tratamos de identificar donde están porque han decidido esconderse en aéreas urbanas para evitar ser reconocidos, usando incluso escudos humanos”.
El otro problema fue el retiro de Estados Unidos, que había realizado la mayoría de los ataques, pero ahora la Otan tiene que llenar ese vacío y no cuenta con los aviones suficientes. Los rebeldes criticaron a la Otan por actuar de manera muy lenta y dijeron que pedirán al consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que suspenda su misión, si no puede “hacer su trabajo bien”. “La reacción de la Otan es muy lenta. Un funcionario llama a otro y a otro, lo cual lleva ocho horas. O la Otan hace su trabajo bien, o le pediremos al Consejo de Seguridad que suspenda su trabajo”, dijo Abdel Fatah Yunes en rueda de prensa.
Mientras tanto, Saif al-Islam, el segundo hijo de Gadafi, anunció que su padre está dispuesto a realizar reformas, incluyendo la elección de un presidente y cambios democráticos. “El papel de mi padre será similar, porque él no se va a ir”, dijo, ridiculizando la versión de que la familia podría viajar al exilio: “¿en dónde quieren que vivamos, en la Maldivas, o el Caribe? Somos libios”, agregó.
"Actos y no palabras"
La Casa Blanca reclamó ayer al régimen de Muamar el Gadafi “actos y no palabras”, especialmente cese el fuego contra la población civil, tras recibir una carta del líder libio en la que se pide el fin de los ataques de la Otan y la marcha de los aviones de combate de EE.UU. de Libia. Las declaraciones las hizo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, quien indicó que no es la primera comunicación que se recibe por parte del líder libio.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, también dijo que el líder libio debe “abandonar el poder y Libia” en respuesta a la carta que le envió al presidente Barack Obama.
En esa carta, Gadafi dice que su país ha sido afectado más moralmente que físicamente por la campaña militar de la Otan y que no podría construirse una sociedad democrática con ataques. Gadafi también le pide al Presidente de EE.UU. que detenga una “guerra injusta contra un pequeño pueblo de un país en desarrollo”, y le desea buena suerte en su intento de reelección en el 2012.
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