(EFE).- El comandante retirado del Ejército de Perú Ollanta Humala, que perdió las elecciones de 2006 con un mensaje antisistema, ha imprimido un giro moderado a su estilo que le ha hecho crecer en popularidad y situarse como una de las principales opciones para los comicios presidenciales del domingo.
Presidente del Partido Nacionalista Peruano (PNP) y candidato de la colación de centroizquierda Gana Perú, Humala se presenta con un cariz renovado, fomentando su imagen de padre de familia y dejándose fotografiar, rosario en mano, junto al ultraconservador Arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani.
Su proyecto es el que con más claridad apuesta por la inclusión social y la redistribución de la riqueza, aunque su campaña se ha basado en desmarcarse de su imagen de “nacionalizador” de empresas y aliado de los presidentes Evo Morales (Bolivia) y Hugo Chávez (Venezuela). Nacido el 27 de junio de 1962 en Lima en el seno de una familia en la que abundan los nacionalistas radicales, Humala cuenta con una carrera militar que le ha llevado a luchar contra el terrorismo y el narcotráfico y participar en la llamada Guerra del Cóndor contra Ecuador.
Su pase a la esfera pública comenzó, sin embargo, el 29 de octubre de 2000, cuando lideró junto a su hermano Antauro un levantamiento militar contra el presidente Alberto Fujimori, que finalizó con su encarcelamiento por rebelión seguido de una pronta amnistía.
Tras ser destinado como agregado militar a Francia y Corea del Sur, Humala regresó a Perú en 2005 para fundar el PNP e iniciar una fulgurante carrera política que le llevó a la segunda vuelta presidencial en 2006, que perdió con un 46 % de los votos frente a Alan García.
Convencido de que, como dijo el analista Julio Cotler, con una posición extrema nunca iba a ganar una elección, Humala ha trabajado en la presente campaña por remediar el temor que genera en ciertos sectores.
El candidato de Gana Perú ha elaborado una doble imagen: su polo rojo ha sido sustituido por el blanco, mientras que cada vez con más frecuencia aparece con el traje y la corbata para sus mensajes a empresarios, como en su reciente anuncio de un compromiso que incluye el respeto a los contratos y a la libertad de prensa.
A pesar de estos intentos por mostrar cómo, en sus propias palabras, ha “madurado” con respecto a 2006, algunos medios y el resto de candidatos han relacionado su subida en las encuestas con la caída de la Bolsa de valores de Lima o la subida de la tasa de cambio del dólar.
2.-Toledo aspira a un segundo mandato para completar agenda social en Perú
(EFE).- Alejandro Toledo fue el presidente que sentó las bases económicas de lo que es el Perú hoy -uno de los países que más crece en América Latina-, y aspira a un segundo mandato porque, según dice, tiene una “agenda social pendiente”.
Conocido como “el cholo” por sus orígenes serranos de los que se siente orgulloso, este antiguo limpiabotas que completó sus estudios en dos universidades de Estados Unidos encarna el prototipo del “hombre hecho a sí mismo”.
Nacido el 28 de marzo de 1946 en la localidad andina de Cabana, en el departamento de Ancash, Toledo, candidato por Perú Posible, es el cuarto de 16 hermanos de una familia humilde que en los años 50 emigró a Chimbote, en la costa norte de Perú.
Después de haber trabajado durante sus estudios primarios como limpiabotas y vendedor ambulante, Toledo logró en 1966 una beca para cursar estudios de Economía en Estados Unidos en la Universidad de San Francisco, a lo que sumó luego un doctorado en Economía de Recursos Humanos por la Universidad de Standford. Su carrera política inició en 1995 con una postulación a la Presidencia en la que sólo consiguió el 3,3 por ciento de los votos, tras lo que volvió a presentarse en las elecciones del año 2000, en las que fue el candidato más votado en la primera vuelta con un 40 por ciento de los votos.
Sin embargo, Toledo no se presentó a la segunda vuelta, aduciendo fraude por parte de Alberto Fujimori, y en los meses posteriores se convirtió en uno de los abanderados de la lucha en la calle que propició la caída de éste, encabezando la marcha de “los cuatro suyos”.
En 2001, y tras vencer en segunda vuelta al actual mandatario Alan García, Toledo asumió la Presidencia de Perú y protagonizó la reconstrucción política y económica del Estado. El primer mandato de Toledo, reconocido nacional e internacionalmente, acabó con bajas cuotas de popularidad, debido a razones personales y de estilo.
Su imagen de político más aficionado a la buena vida que a la gestión pública, la omnipresencia de su esposa Eliane Karpp, más la tardanza en reconocer a una hija nacida de otra relación extramarital, pesaron mucho en esa impopularidad. Su campaña para este segundo mandato comenzó con una máxima: “Por cada insulto, una propuesta”, que le funcionó muy bien, y contribuyó a alejar de él el sambenito de político frívolo.
Así, uno de los debates más recurrentes de esta campaña fue el “análisis capilar” para descartar todo rastro de sustancias toxicológicas, una prueba a la que varios de los candidatos se prestaron gustosos ante las cámaras de televisión mientras que Toledo inicialmente rechazó entrar en lo que llamó “circo mediático” pero al final lo aceptó.
Después, el diario Perú 21 publicó que el Palacio de Gobierno había destinado grandes sumas a bebidas alcohólicas durante el mandato de Toledo. Ahí fue donde Toledo “bajó a la cancha” y olvidó sus promesas de campaña, acusó al entorno del presidente de Alan García de filtrar falsas informaciones y comenzó a atribuir al propio García una voluntad de interferir en el proceso electoral.
Paralelamente, Toledo comenzó a polemizar con su exaliado y ahora candidato presidencial Pedro Pablo Kuczyinski sobre si había renunciado o no a su pasaporte estadounidense. Todo esto afectó la imagen de político serio, de estadista centrado en sus propuestas, y le restó popularidad en los sondeos, donde llegó a caer hasta un virtual empate técnico con otros candidatos.
El jefe de campaña de Toledo, Carlos Bruce, hizo el mea culpa y aseguró que había sido un error entrar en el cruce de acusaciones y que el candidato volvía a su primer tono más comedido. Pero los buenos propósitos parecen haber llegado tarde y Toledo encara la primera vuelta con la incertidumbre de si puede pasar a la segunda. Alejandro Toledo dice que ha renunciado a una vida relajada y a sus conferencias porque quiere sacrificarse por su país.
3.-Keiko Fujimori ha construido su carrera política a la sombra de su padre.
(EFE).- La candidata presidencial por Fuerza 2011, Keiko Fujimori Higuchi, ha construido su carrera política a la sombra de su padre, Alberto Fujimori, el primer gobernante peruano condenado y preso por violación a los derechos humanos.
La legisladora, de 35 años, nació en Lima y es la mayor de los cuatro hijos nacidos del matrimonio entre el catedrático Alberto Fujimori y la empresaria Susana Higuchi, pareja que se divorció en 1994. Al igual que sus hermanos, Fujimori estudió en el colegio privado Sagrados Corazones de la Recoleta de Lima y luego siguió su educación profesional en Estados Unidos en la carrera de Administración de Empresas.
En 2004, obtuvo la maestría en Administración de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y se casó con el estadounidense Mark Vitto Villanella, un antiguo compañero de estudios, con quien tuvo a sus hijas Kyara, de 3 años, y Kaori, de un año.
Keiko Fujimori era una inquieta adolescente cuando llegó a Palacio de Gobierno en 1990 convertida en la hija del presidente Alberto Fujimori, pero sus años de inocencia acabaron antes del final de ese Gobierno, cuando sus padres se separaron y ella asumió el papel de “primera dama”.
Sostiene que nunca estuvo de acuerdo ni con la reelección de su padre ni con la creciente influencia que adquiría el asesor Vladimiro Montesinos, cosa que sus rivales políticos dudan. En noviembre de 2000, cuando Alberto Fujimori huyó a Japón y anunció su dimisión desde allí, Keiko estaba en Estados Unidos, desde donde regresó a Perú, cuatro años después, para casarse y asumir, posteriormente, el liderazgo de diversos partidos políticos afines a su padre, que se crearon consecutivamente desde 1990.
Su mejor momento político llegó en las elecciones legislativas de 2006 cuando ganó su escaño en el Congreso unicameral con la más alta votación del país, y se convirtió en la portavoz de su partido Alianza por el Futuro (AF -siglas del partido e iniciales de su padre).
Para este domingo, Keiko Fujimori aparece como la segunda favorita, con un 20 por ciento de apoyo en los últimos sondeos, para pasar a la segunda vuelta electoral, donde se definirá muy probablemente quién gobernará durante el quinquenio 2011-2016, junto al nacionalista Ollanta Humala, de la alianza Gana Perú; o el expresidente Alejandro Toledo, de Perú Posible.
En 2009, Keiko vio cómo su padre era condenado a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad, pena que ahora cumple en una prisión instalada en un cartel de la Policía. Y, aunque actualmente hay una opinión extendida de que su agenda alberga la intención de conceder un indulto al expresidente (1990-2000), ella ha eludido ese espinoso asunto durante la campaña y ha afirmado que será la vía judicial la que devuelva la libertad a su progenitor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario