sábado, 18 de abril de 2009

China expande su dominio en América Latina


CARACAS.-Mientras Washington trata de reconstruir sus tensas relaciones con América Latina, China está participando vigorosamente en los asuntos del continente al ofrecer grandes cantidades de dinero a los países que luchan con la debilidad de sus economías, la caída en el precio de las materias primas y la restricción del acceso al crédito.

En las últimas semanas China ha negociando acuerdos que duplicarían un fondo de desarrollo en Venezuela a $12,000 millones, le prestaría por lo menos $1,000 millones a Ecuador para construir una hidroeléctrica, daría acceso a Argentina a más de $10,000 millones y le prestaría $10,000 millones a la empresa nacional del petróleo en Brasil. Los acuerdos están centrados en garantizar el acceso a recursos naturales como el petróleo durante años.

El comercio de China con América Latina ha crecido rápidamente en esta década, convirtiéndola en el segundo socio comercial de la región después de Estados Unidos. Pero la envergadura de esos préstamos indican un compromiso más profundo con América Latina en momentos en que el gobierno de Obama trata de enfrentar la erosión de la influencia de EEUU en el continente americano.

"Es así que el equilibrio del poder cambia tranquilamente durante épocas de crisis'', dijo David Rothkopf, ex funcionario del Departamento de Comercio en el gobierno de Clinton. "Los préstamos son un ejemplo del poder del dinero''.

Obama se reunirá este fin de semana con varios líderes de la región durante la Cumbre de las Américas, donde discutirán la crisis económica, entre otras cosas un plan para fortalecer el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un puntal del poder de Washington que ha sufrido pérdidas con la crisis financiera. También se espera que los líderes de la cumbre presionen a Obama para que relaje más la política hacia Cuba.

Mientras tanto, China aumenta los préstamos a América Latina al tiempo que busca no sólo acceso a largo plazo a bienes básicos como hierro y frijoles de soya, sino también una alternativa para invertir en bonos del Departamento del Tesoro. El gobierno de Pekín recientemente expresó su preocupación sobre su gran exposición en la economía estadounidense.

Uno de los nuevos negocios de China en América Latina --el acuerdo por $10,000 millones con Argentina-- le daría a Buenos Aires acceso confiable al dinero chino para pagar las importaciones de ese país. También podría señalar la forma para que el dinero chino eventualmente se utilice como una moneda alternativa de reserva. El trato es similar a los que China ha llegado con otros países como Corea del Sur, Indonesia y Belarús.

Cuando la crisis financiera comenzó a afectar los mercados internacionales el año pasado, la Reserva Federal hizo sus propios negocios con bancos centrales de todo el mundo, asignando $30,000 millones en Brasil y México. Sin embargo, otras economías más pequeñas de la región, entre ellas la argentina, que ha tratado de despejar las dudas sobre su capacidad de cumplir con sus deudas internacionales, dejadas fuera de esos acuerdos.

Los detalles del acuerdo de China con Argentina todavía se discuten pero un funcionario de un Banco Central de Argentina dijo que permitiría al país sudamericano no tener que emplear los pocos dólares que tiene para sus transacciones internacionales. Las decisiones de nacionalizar la principal aerolínea del país y tomar el control de miles de millones en fondos privados de pensión provocaron que los argentinos sacaran casi $23,000 millones del país el año pasado.

Dante Sica, economista jefe de Abeceb, firma consultora de Buenos Aires, dijo que la apertura de China en la región fue posible debido a la "falta de atención que Estados Unidos sobre la región durante los dos términos del presidente Bush''.

"Y ahora, cuando el nuevo gobierno demócrata quiere prestarle atención a la región, llega en un momento en que las grandes preocupaciones son internas, no externas'', dijo Sica, refiriéndose a los propios problemas estadounidenses.

China está también en busca de oportunidades en América Latina cuando los prestamistas tradicionales sobre los que Estados Unidos mantiene alguna influencia, como el BID, están luchando con sus límites.

Este año el BID, en el que Estados Unidos tiene poder de veto de facto en algunos asuntos, trata de triplicar su capital y aumentar sus préstamos a $18,000 millones. Sin embargo, ese reabastecimiento implica negociaciones, lo que hace todo más difícil después que el banco perdió casi $1,000 millones en el 2008.

China tendrá igualmente un papel en estas negociaciones, habiéndose convertido este año en el tercer socio asiático del banco, después de Japón y Corea del Sur.

China ha ejercido presión también en países latinoamericanos en los que Estados Unidos tiene poca influencia, como Venezuela.

En febrero, el vicepresidente chino, Xi Jinping, viajó a Caracas para reunirse con el presidente Hugo Chávez. Ambos anunciaron que un fondo de desarrollo financiado por China con sede en Venezuela aumentaría de $6,000 millones a $12,000 millones, dando acceso a Venezuela a amplios fondos mientras acuerda aumentar sus envíos de petróleo a China a un millón de barriles diarios, en comparación con unos 380,000 barriles anteriormente.

El gobierno de Chávez sostiene que la ayuda de China difiere de otros préstamos multilaterales porque carece de condiciones especiales, como el escrutinio de sus finanzas internas. Pero el fondo chino ha provocado críticas entre los opositores de Chávez, que lo consideran una afrenta a la soberanía de Venezuela.

"Aquí China está jugando a largo plazo'', dijo Gregory Chin, politólogo de la Universidad York en Toronto. "Si esto se traduce a final de cuentas en influencia política, entonces así serán las cosas''.

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