El Pais
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ /Londres
Este artículo apareció en la edición impresa del martes, 25 de septiembre de 1984.
China
y el Reino Unido firman hoy un acuerdo por el que Hong Hong dejará de ser en
1997 una colonia y pasará a ser territorio soberano chino. Pekín garantizará
durante 50 años el actual sistema jurídico y económico que convierten a Hong
Kong en el tercer centro financiero del mundo.
El acuerdo, que será hecho
público por la tarde, supone el éxito de la fórmula ofrecida hace dos años por
Deng Xiaoping: un solo Estado y dos sociedades.El acto tendrá lugar en el Hall
del Pueblo de Pekín y estará presidido por el embajador británico sir Richard
Evans y por el vicerninistro de Asuntos Exteriores chino, Zhou Nan, que han
estado al frente de las negociaciones a lo largo de 15 meses. Ambos
diplornálicos se reunieron ayer en un banquete de despedida.
El
acuerdo significa el fin de 142 años de dominación inglesa y la desaparición de
la última pieza importante del antiguo imperio britámico. En 1839 el Reino
Unido envié una fuerza expedicionaria destinada a proteger a los traficantes
ingleses de opio. La derrota de China se tradujo en un tratado por el que cedía
a perpetuidad al Reino Unido la isla de Hong Kong y la zona de Kowloon, y un contrato
por el que cedía gratuitamente hasta 1997 los llamados Nuevos Territorios.
Negociaciones
La
proximidad de la fecha en que expiraba dicho contrato y el temor a que la
incertidumbre sobre el futuro de la colonia perjudicara la estabilidad
financiera de Hong Kong llevaron a la primera ministra británica, Margaret
Thatcher, a vijar a Pekín en 1982 y, solicitar la apertura de
negociaciones.Desde el primer momento se encontró con la exigencia de una
devolución completa de la colonia, y no sólo de los Nuevos Territorios. El
Gobierno británico sabía que la isla de Hong Kong es inviable sin la otra parte
de la colonia, en la que se encuentran, el aeropuerto, el agua potable,
centrales eléctricas y la mitad de los 5,3 millones de habitantes. Por ello,
aceptó iniciar negociaciones sobre ese sentido. La primera ronda de
conversaciones tuvo lugar en junio de 1983.
Durante
15 meses, ambas delegaciones han discutido y preparado el documento que será
firmado hoy. China impuso como plazo máximo para llegar a un acuerdo el 30 de
septiembre de este año y se negó a conceder al Reino Unido ningún papel en la
administración de la colonia después de 1997. Ambas condiciones han sido
cumplidas. A cambio, Pekín se comprometió a conceder a Hong Kong un estado de
región administrativa especial y a respetar su actual sistema económico,
jurídico y educativo durante 50 años.
El
compromiso parece ser satisfactorio para ambas partes. El mercado financiero de
Hong Kong ha reaccionado con solidez y no se espera que los habitantes de la
colonia protagonicen acciones de protesta. Uno de los puntos que más inquietan
a la población es la posibilidad de que China instale tropas en su territorio,
derecho que Pekín se ha reservado claramente.
En
cualquier caso, el Reino Unido tendrá que retirar en 1997 a sus 5.000
soldados gurkas, sus helicópteros, aviones y patrulleras. El
acuerdo, que Pekín se niega a calificar de tratado, no será definitivo hasta
que sea ratificado por el Parlamento británico y por el Congreso Nacional del
Pueblo Chino.
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