jueves, 15 de marzo de 2012

Las opciones para una posible intervención militar en Siria


 

Desde el inicio de las revueltas en Siria en marzo de 2011, la comunidad internacional no ha mostrado mucho entusiasmo sobre una posible intervención militar.
Ello ha sido así por dos cuestiones. Primero, la situación que se vive sobre el terreno es muy diferente a la que se vivió en Libia, ya que la oposición siria está mucho más dividida, las fuerzas gubernamentales son mucho más fuertes y sus defensas aéreas son mucho más efectivas.

En segundo lugar, se ha extendido la opinión de que el derrocamiento del presidente Bashar al Asad podría desatar una ola aún mayor de inestabilidad en la región.
A diferencia de Libia, Siria -tanto políticamente como geográficamente- juega un rol central en el mundo árabe, y el sectarismo y la inestabilidad en el país podrían poner en peligro a Líbano e Irak.
"Funcionarios de EE.UU. están de acuerdo en que el régimen de Al Assad está condenado y solo podrá resistir durante un tiempo, con o sin el apoyo de EE.UU. a la oposición siria"
Joshua Landis, Universidad de Oklahoma
Después están las cuestiones legales. Con la negativa de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no hay posibilidad de que se obtenga una resolución que autorice el uso de la fuerza militar.
Eso no siempre fue un problema. Las tropas de la OTAN intervinieron en Kosovo para poner fin a las atrocidades de las fuerzas serbias.
Pero la ausencia de una autorización legal sumada a la falta de entusiasmo limita las posibilidades de una acción militar.
Ante este panorama, ¿cómo se han de interpretar los llamados de ciertos políticos republicanos en EE.UU., como el senador John McCain, para que se lleven a cabo bombardeos aéreos contra las fuerzas sirias?
Para Joshua Landis, director del Centro de Estudios sobre Medio Oriente de la Universidad de Oklahoma, pese al creciente número de políticos que piden que EE.UU. tenga un papel de liderazgo en Siria, el gobierno de Barack Obama cree firmemente que en esta crisis Washington no debe estar a la cabeza, sino seguir a los líderes regionales, como Arabia Saudita y Turquía.
Civiles sirios
Los civiles son los que más está sufriendo como resultado del conflicto en Siria.
Landis asegura que la cuestión clave es que la administración Obama no ve ninguna razón contundente para intervenir.
"Funcionarios de EE.UU. están de acuerdo en que el régimen de Al Asad está condenado y solo podrá resistir durante un tiempo, con o sin el apoyo de EE.UU. a la oposición siria", señala Landis.
"Creo que están en lo correcto", asegura.
"Ello significa que EE.UU. no tiene ningún argumento de peso relacionado con su seguridad nacional para meterse en la guerra civil que está emergiendo en Siria. Los días del régimen están contados", concluye Landis.
Sea como fuere, la mayoría de los argumentos en torno a una intervención militar externa son vagos. Confunden y hacen falsas distinciones entre las diferentes opciones y en muchos aspectos pasan por alto los problemas fundamentales que presentan cada una de ellas.

Cambiar la relación de fuerzas

Estas opciones buscarían acelerar el proceso que ya se ha iniciado en Siria, reforzando a las fuerzas de la oposición y aumentando la presión sobre las autoridades sirias.
El objetivo sería el cambio de régimen, aunque no se presentaría como tal. De nuevo, hay una variedad de estrategias disponibles.

Apoyo logístico para los grupos rebeldes armados

Esto ya está siendo discutido en las altas esferas en Washington. La idea sería proporcionar suministros médicos y equipos no letales, como radios, para hacer que la oposición sea más efectiva.
Para muchos eso sería el primer paso para armar a las fuerzas rebeldes. Eso es lo que sucedió en Libia.

Ataque en Homs

Bloqueo marítimo

El objetivo sería limitar la llegada de armamento al gobierno sirio.
En ausencia de una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, esta medida enfrentaría problemas legales.
Además, significaría estar dispuesto a detener cargamentos rusos, ya que Moscú es el primer proveedor de armas del régimen de Al Asad.

Armar a los rebeldes

Tanto Qatar como Arabia Saudita se han mostrado partidarios de armar a los rebeldes sirios. Algunos expertos creen que estos dos países ya podrían estar proporcionando pequeños suministros de armas a los opositores.
En cualquier caso, esta ayuda puede tan sólo marcar una pequeña diferencia, ya que los rebeldes sirios necesitan estar mejor organizados para hacer mejor uso de los suministros que se les están dando.

Presionar al Ejército sirio

Simon Henderson, del Instituto de Políticas para el Cercano Oriente de Washington, cree que quizás armar a la oposición siria no sea la mejor táctica y hacer que las fuerzas sirias cambien de bando sea una táctica más adecuada para deshacerse del presidente Bashar al Asad.
"La presión debe ponerse en los diferentes comandantes de división", señala Henderson.
"EE.UU. puede identificar a los comandantes y comunicarse con ellos. Eso es lo que hicieron durante la invasión de Irak", explica.
"Por supuesto, el riesgo es que ello haga subir al poder a un nuevo régimen militar", concluye.

Ataques aéreos

Cuando la ofensiva contra Homs estaba en su punto álgido, EE.UU. hizo públicas imágenes satelitales que mostraban a la artillería y a las lanzadoras de misiles sirias atacando la ciudad.
De ahí se sacaron dos lecciones: que el mundo estaba viendo y documentando lo que estaba pasando y que una amenaza potencial que puede verse desde el aire también puede ser atacada desde el aire.
Pero, de nuevo, nos encontramos con la falta de apetito de Washington por participar en otro conflicto militar en Medio Oriente.
Cualquier ataque militar contra el régimen Siria debería llevarse a cabo a una mayor escala que el de Libia.
De hecho, el análisis inicial del ejército de EE.UU. sugiere que una campaña contra las defensas antiaéreas sirias, debido a su localización, podría llevar a la pérdida de muchas vidas de civiles. Por el momento, una opción de este tipo no está en la agenda del presidente Barack Obama.

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