Pese al recorte en el gasto militar anunciado hace dos semanas, por el propio presidente de los EEUU, Barack Obama, la zona no será desatendida, menos ahora, en el contexto de una puja creciente con la república islámica.
Aunque se estima que la potencia tiene no menos de 1 000 bases alrededor del mundo desde 2009, la atención se desvía a las apostadas alrededor de Oriente Medio, una denominación que para los EEUU incluye desde el norte del África a Israel, el Golfo y hasta Afganistán y donde se enumeran 6 000 militares, de los cuales 3 432 están en Qatar y 1 496 en Bahréin.
"Los EEUU mantendrán su presencia militar en Oriente Medio y el golfo Pérsico, sobre todo en las actuales circunstancias de inestabilidad, a consecuencia de las revoluciones en el mundo árabe, la creciente influencia del extremismo islámico y el terrorismo", anotó el periodista y analista colombiano Armando Pérez, para quien la nueva estrategia militar obliga a los EEUU a estar en todas partes con menos presupuesto.
Sin embargo, los enfrentamientos duros, cuerpo a cuerpo, a los que Occidente nos acostumbró en la guerra del Golfo en los noventa, no aparecen en un futuro próximo.
"La nueva estrategia prevé que, en caso de guerras, los EEUU utilizarán menos tropas y operaciones en tierra, al tiempo de que reforzarán la aviación de combate, los aviones sin piloto, el armamento automatizado moderno, guerra cibernética y espacial", añadió Pérez.
Lo acontecido en las últimas semanas le dan la razón. La primera controversia entre los EEUU e Irán empezó en diciembre pasado.
A las maniobras navales iraníes que se extendieron por 10 días, los EEUU respondieron enviando un portaaviones al estrecho de Ormuz, una franja de agua que separa a Irán de Omán y de Emiratos Árabes Unidos.
La acción tuvo una respuesta rápida del Gobierno islámico que no ha llegado a concretarse: el bloqueo del estrecho, por donde circula el 17% del total del comercio internacional de crudo.
No obstante, el golpe más fuerte lo recibió el país en la semana en que su presidente, Mahmud Ahmadinejad, cosechó respaldos en su gira por países latinoamericanos: la muerte en Teherán de Mostafa Ahmadi-Roshan, profesor universitario y supervisor jefe en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, a través de un atentado bomba.
"De acuerdo con las normas, los países deben entregar los nombres de sus científicos a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), y ellos deben guardar esa información, pero parece que pasó lo contrario", enfatizó el consejero de la Cancillería iraní, Iraj Milani, cuyo Gobierno responsabilizó a Israel y a los EEUU del atentado.
"Es posible imaginar que la muerte del especialista, la tercera en dos años, podría tener un impacto para retrasar el programa nuclear", apuntó Mark Fitzpatrick, un experto sobre proliferación nuclear, en el Instituto Internacional para los Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), en Londres.
"Hay unas cuantas áreas técnicas clave que Irán todavía no domina..., así que una estrategia de decapitación es una medida efectiva para retrasar el proceso. Pero puede ser que Irán esté más allá de ese punto", añadió.
Richard Dalton, el embajador de Reino Unido en Irán entre 2002 y 2006 y ahora miembro de la casa de estudios británica Chatham House, consideró que la campaña no declarada contra los científicos nucleares de Irán está entrando a una fase peligrosa. "Si un Estado está detrás de esto, entonces, es terrorismo internacional de Estado y está buscando una respuesta. Parece un nuevo giro que llevará a que se pague con la misma moneda", acotó.
Irán y los EEUU tienen un antecedente de choque: en 1988, barcos de guerra estadounidenses se enfrentaron con fuerzas iraníes en el Golfo. En aquella ocasión, las fuerzas navales convencionales de Irán no estaban a la altura del poder marítimo de los EEUU en un combate directo.
Sin embargo, la reserva en la que se ha manejado Irán impide saber cuán preparados están para hacer frente a un eventual conflicto. "Ellos han buscado un nuevo estilo de fuerza naval basado en un grupo de lanchas y barcos de patrulla rápidos y pequeños, apoyado por una variedad de embarcaciones capaces de instalar minas.
Los EEUU debarían estar preocupados", conluyó Michael Connell, del Centro para Análisis Navales. (PRN)
EEUU disminuyen su presencia en Europa
El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Leon Panetta, informó que retirará dos brigadas de combate, entre 6 000 y 8 000 soldados, de Europa, al tiempo que abogó por mantener su presencia en la región a través de unidades rotativas.
En el anuncio, transmitido al servicio de noticias del Ejército estadounidense, detalla que estas brigadas serán reemplazadas por unidades rotativas, aunque la presencia en Europa seguirá siendo de gran importancia para los EEUU.
Esta reducción de los alrededor de 81 mil militares estadounidenses desplegados en Europa se da una semana después de que el Pentágono anunciara una nueva estrategia para reducir el gasto de defensa y reorientar su estrategia hacia la región del Asia y el Pacífico.
Además, Panetta recordó que el Ejército contempla aumentar las rotaciones de unidades en zonas como Latinoamérica y el África.
"Desplegar el Ejército en áreas para realizar ejercicios proveyendo, sobre todo, una asociación con países en Latinoamérica, el África y otros en los que podemos enseñar nuestra bandera, (es importante)", indicó Panetta, según el servicio de prensa del Pentágono.
Según la nota, los funcionarios del Departamento de Defensa han hablado ya con los líderes europeos para indicarles de la retirada de las dos brigadas de combate y "entienden la razón por la que la retirada es buena para el Ejército estadounidense y los aliados de la OTAN".
Sin embargo, según el analista colombiano Armando Pérez, el futuro de la estrategia militar de los EEUU es incierto, porque está condicionado a la coyuntura política interna y a otros factores subjetivos, tomando en cuenta un año electoral. (EFE)
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