sábado, 10 de diciembre de 2011

Bélgica ya tiene gobierno un año y medio después

Elio di Rupo (Primer Ministro).

Redacción cambio16

El rey de los belgas, Alberto II, nombró el lunes por la noche como primer ministro al socialista francohablante Elio di Rupo, poniendo fin así a la más prolongada crisis política de Bélgica, convertido en el país del mundo que ha pasado más tiempo sin gobierno.

Di Rupo, de 60 años, es el primer francófono en dirigir un gobierno de Bélgica desde hace más de 30 años, y el primer socialista en este cargo desde 1974 en una Europa dominada por los líderes conservadores. Será también uno de los pocos jefes de gobierno en el mundo abiertamente homosexual.

Bélgica, tironeada por reivindicaciones autonomistas flamencas, estaba sin un gobierno de pleno ejercicio desde abril de 2010. Una carencia de duración récord en el mundo. Las negociaciones, que se llevaban a cabo desde las elecciones del 13 de junio de 2010, es decir, más de 18 meses, tropezaron durante mucho tiempo contra las divergencias entre los partidos flamencos, mayoritarios en Bélgica, y los francófonos, a tal punto que llegó a plantearse inclusive el desmembramiento del país.

Elio Di Rupo presentará su declaración de política general ante los diputados hoy miércoles, lo que le permitirá asistir jueves y viernes a la cumbre de la Unión Europea en Bruselas. La Cámara de diputados debe votar la confianza al nuevo gobierno el sábado.

A la división lingüística del reino se agregó una división política creciente entre el norte flamenco, resueltamente anclado en la derecha, y el sur francohablante en Valonia, que se sitúa en la izquierda. En el trasfondo de la crisis está el hecho de que los flamencos, 60% de la población, tienen la sensación de pagar por los francohablantes, más pobres y acusados de no hacer los esfuerzos necesarios para mejorar la situación económica.

Fue finalmente la crisis de la deuda en la zona euro la que obligó a las dos grandes comunidades a llegar a un acuerdo. La agencia de calificación financiera Standard & Poor's rebajó la nota crediticia de Bélgica obligando a los partidos, que se oponían sobre temas presupuestarios, a hallar un compromiso.

El principal obstáculo fue levantado con un acuerdo sobre el presupuesto federal para reducir el déficit de Bélgica a 2,8% del PIB en 2012 y alcanzar el equilibrio en 2015 y estar en conformidad con la Comisión Europea.

El principal será un traspaso de carteras entre el liberal francófono Didier Reynders, ministro de Finanzas desde 1999, nombrado ministro de Asuntos Exteriores y Europeos, y el actual jefe de la diplomacia, el democristiano flamenco Steven Vanackere, quien reasumirá el ministerio de Finanzas.

La única diferencia notable será que los socialistas flamencos, en la oposición hasta el presente, se sumarán en la mayoría a los socialistas francófonos y a los liberales y democristianos, tanto flamencos como francófonos.

Varios ministros claves del último ejecutivo conservarán sus funciones, como la socialista francófona Laurette Onkelinx, confirmada en los Asuntos sociales y en la Salud, o el democristiano flamenco Pieter De Crem, quien fue confirmado en Defensa.

La centrista francófona Joelle Milquet pasará del ministerio del Empleo al del Interior. Otro centrista francófono, Melchior Wathelet, obtiene un secretariado de Estado encargado de la Energía, del Medio Ambiente y de los Transportes.

Los liberales flamencos del Open VLD, el partido más a la derecha del futuro gobierno, tendrán a su cargo la Justicia (Annemie Turtelboom), las políticas del Asilo y la Inmigración (Maggie De Block), así como las Pensiones (Vincent Van Quickenborne).

El nuevo gobierno deberá lidiar con la vigilancia de los mercados financieros y la de los nacionalistas flamencos para evitar divisiones que resquebrajen su unidad.

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