Redacción
BBC Mundo
Puede que la economía mundial siga sufriendo las consecuencias del estallido financiero del 2008, pero la lista de las personas más ricas del mundo que acaba de publicar la revista Forbes refleja un auge de las fortunas de más de mil millones de dólares.
La lista parece confirmar así una tendencia que empezó a insinuarse con la llegada del Thatcherismo en la década de los años 80 y se agudizó a raíz de la caída del muro de Berlín: los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez son más pobres.
Y es que mientras en el último año la fortuna del hombre más rico del planeta -Carlos Slim- creció un 38%, el mundo padece cifras récord de desempleo. Y mientras los trabajadores sufren programas de ajuste y despidos masivos, y la inflación empobrece a la mayoría poco a poco, una minoría vive en otra estratosfera. clic Lea también: Crece la cifra de multimillonarios
Fortunas de los 90
"Algunos podrán argumentar que hoy Asia tiene más multimillonarios que Europa, y que eso muestra que la riqueza refleja el desempeño económico", dijo el analista en temas económicos de BBC Mundo, Marcelo Justo.
"Pero lo cierto es que la mayoría de las fortunas de la nueva lista de Forbes se crearon en los 90, un período marcado por una creciente desregulación económica", recordó nuestro especialista.
Y, como apunta Justo, esta desregulación -que para muchos estuvo en la base de la crisis financiera de 2008- tuvo una importante excepción: el mercado laboral.
Y, como apunta Justo, esta desregulación -que para muchos estuvo en la base de la crisis financiera de 2008- tuvo una importante excepción: el mercado laboral.
"La producción y las finanzas se mueven casi sin restricciones por todo el planeta, pero a los trabajadores se les cierran continuamente las fronteras. Como se ve la libertad tiene límites", dijo Justo.
Opciones
A la hora de analizar la creciente brecha entre ricos y pobres, sin embargo, es importante tomar en cuenta que la pobreza no es una medida absoluta. "Gracias a la evolución tecnológica hoy tenemos acceso a cosas inimaginables hace 100 años", ilustró Justo.
"Pero si unos tienen acceso a todo y otros a nada, la tensión que se crea se puede volver insostenible, y se termina reflejando en una creciente violencia y mayo delincuencia", agregó. Y para revertir la tendencia hay varias propuestas sobre la mesa, que no requerirían de una revolución.
Un ejemplo es la "tasa Tobin" para las transacciones financieras, que ayudaría a recaudar suficiente dinero para varios planes Marshall. "Sin embargo, para funcionar, estas medidas deben ser globales y el problema es más político que otra cosa: no hay suficiente voluntad de los gobernantes para hacerlo", concluyó nuestro especialista.
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