por Armando Pérez
La actual situación en Libia con la ofensiva de la tropas leales al líder Maumar Gadafi y el repliege de las fuerzas de la oposición de las ciudades donde triunfó la revolución, agudizó la polémica en Rusia sobre las posibilidades de que Estados Unidos emprenda una invasión del territorio libio, escenario de una cruenta guerra civil que por lo visto, va para largo.
A pesar de las guerras en Iraq y Afganistán, los observadores rusos destacan que el presidente de Estados Unidos, Baeack Obama puede caer en la tentación de emprender una invasión a Libia incluso teniendo en cuenta los riesgos políticos que supone esta aventura.
En este caso, EEUU podría recuperar su condición de potencia mundial y sacar provecho de la crisis en Libia, y también en otros países árabes en donde pueden estallar nuevos brotes revolucionarios.
Además, la perspectiva de controlar los yacimientos de hidrocarburos de Libia, uno de los principales productores del mundo, es otro argumento a favor de una intervención directa.
Para la mayoría de los observadores, la invasión estadounidense a Libia es muy probable porque Obama tras expresar su solidaridad a las fuerzas revolucionarias, no puede permanecer con los brazos cruzados en momentos cuando Gadafi reprime con crueldad a los rebeldes, según denuncian los corresponsales de la mayoría de los medios de prensa internacional, desde el lugar de los hechos.
A juzgar por los reportajes de la prensa occidental, las perspectivas de triunfo de los revolucionarios libios son escasas debido que están muy mal armados y no cuentan con la experiencia de combate suficiente para resistir la contraofensiva emprendida por el ejército libio leal a Gadafi.
Y en las actuales circunstancias, EEUU reforzado por las tropas de la OTAN se perfilan como la única esperanza para evitar un espantoso derramamiento de sangre en el país norafricano en el caso de que no se neutralice el avance de las tropas leales a Gadafi reforzadas por mercenarios contratados en África y otros países.
Tanto en Rusia como en la mayoría de las capitales europeas predomina la opinión de que tanto Gadafi como las fuerzas de la oposición se encuentran en un callejón sin salida y la solución de este conflicto depende de la ONU, las organizaciones regionales y países influyentes.
Según expertos militares rusos, el Pentágo con sus dos buques cerca a la costa líba desarrollará contra las tropas de Gadafi una estrategia similar a la utilizada durante la guerra en Yugoslavia y las primeras fase en las campañas contra Iraq y Afganistán.
Es decir con ayuda de su fuerza aérea tomará el control absoluto sobre el espacio aéreo libio para destruir con cazas bombarderos toda la aviación de combate, aeródromos, estaciones de radar, comunicaciones y centros operativos de mando del ejercito líbio.
Una vez neutralizada la infraestructura de la aviación de guerra Libia, los cazas estadounidenses con misiles de alta precisión y largo alcance, sin mucho riesgo podrán atacar y aniquilar sistemáticamente los arsenales, bases de tanques, y artillería pesada de Gadafi.
Y no obstante, los expertos rusos consideran que esta primera ofensiva no determinará el curso de la guerra que a su juicio de desarrollará en la forma de combates de guerra de guerrillas, con muchos frentes y focos de tensión dispersos en todo el país.
En este caso, la ayuda de EEUU se limitará al empleo de aviones sin piloto o "drones" tanto para labores de reconocimiento y de ataques a posiciones del ejército libio.
Este tipo de ayuda supone el riesgo de “errores” deplorables como los que frecuentemente cometen los drones estadounidense en el norte de Pakistán al confundir el “adversario” y ocasionar la muerte de civiles inocentes.
En condiciones de la guerra en Libia este tipo de errores tendrían consecuencias políticas deplorables para EEUU y su imagen de país libertador del “yugo de Gadafi”.
Militares rusos citados por la prensa moscovita resaltan el riesgo de armar a los revolucionarios con armamento para combate entre tropas sin una instrucción sobre su empleo y los conocimientos básicos relacionados con la práctica militar y de combate.
Sobre todo porque con esto, EEUU y Europa puede armar enemigos potenciales, ya que en el territorio libio también pueden llegar otros instructores voluntarios de organizaciones islamistas para entrenar a los revolucionarios en el arte de la guerra y orientaciones políticas para la construcción del futuro de Libia con recetas diferentes a las de EEUU.
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