miércoles, 16 de marzo de 2011

Influencia de Irán crece en el mundo árabe


By M. SLACKMANH/ The New York Times
MANAMA, Bahrein

Las revueltas populares que sacuden al mundo árabe ya empezaron a alterar el balance del poder en la región, apuntalando la posición de Irán al tiempo que su rival, Arabia Saudita, se debilita e inquieta, dijeron expertos regionales.

Irán ya se ha beneficiado de la expulsión o socavamiento de dirigentes árabes que eran sus firmes adversarios, empezando ya a proyectar su creciente influencia, notaron los analistas. Esta semana, Irán envió dos acorazados a través del Canal de Suez por primera vez desde su revolución en 1979, y la dirigencia militar egipcia les permitió pasar.

Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos y nación sunita que lucha con Irán por la influencia regional, fue sacudida. El miércoles de esta semana, el Rey Abdulá indicó su inquietud al anunciar un aumento de $10,000 millones en un presupuesto de asistencia social para ayudarles a los jóvenes a contraer matrimonio, comprar viviendas y abrir negocios, gesto visto como un intento por parar de golpe el tipo de intranquilidad que impulsó las protestas en la región.

Después, Abdulá se reunió con el Rey de Bahrein, Hamad bin Isa al Jalifa, para discutir formas de contener la insurrección política por parte de la mayoría chiita allá. Los dirigentes sunitas en Arabia Saudita y Bahrein acusan a sus poblaciones chiitas de ser leales a Irán, lo que rechazan los chiitas, quienes dicen que eso va enfocado a atizar tensiones sectarias y justificar la oposición a la democracia.

Los levantamientos parten de inquietudes internas. Sin embargo, ya echaron por tierra un paradigma regional en el cual un trío de estados alineados con Occidente apoyó un acercamiento con Israel y la contención de los enemigos de Israel, incluidos Hamas y Hezbolá, comentaron expertos.

El grupo que favorece la búsqueda de conversaciones, integrado por Egipto, Jordania y Arabia Saudita, está hecho jirones actualmente. Hosni Mubarak fue obligado a renunciar en Egipto, el rey Abdulá de Jordania está teniendo dificultades para controlar la inconformidad en su reino y Arabia Saudita quedó sola para enfrentar un desafío creciente a su papel regional.

``Pienso que los sauditas están preocupados porque están rodeados: Irak, Siria, Líbano; Yemen es inestable; Bahrein es muy incierto, comentó Alireza Nader, experto en asuntos internacionales por la RAND Corp. Les preocupa que la región esté lista para la explotación iraní. Irán ha demostrado que es muy capaz de aprovecharse de la inestabilidad regional.

``Irán es el gran ganador aquí, dijo un asesor regional del gobierno de EEUU que pidió anonimato.

Las circunstancias de Irán podrían cambiar, advirtieron expertos, si exagera su influencia o si movimientos populares de árabes llegaran a resentir la interferencia iraní en la región. Y no está asegurado por ningún medio que grupos a favor de Irán dominarían la política en Egipto, Túnez u otras partes.

Por ahora, Irán y Siria se han envalentonado. Qatar y Omán se están inclinando hacia Irán, en tanto Egipto, Túnez, Bahrein y Yemen están en juego.

``Si estas órdenes políticas de árabes que están siendo desafiadas por considerables movimientos de protesta se vuelven siquiera un poco más representativas de sus poblaciones, seguro se volverán menos entusiastas con respecto a la cooperación estratégica con Estados Unidos'', escribieron en un mensaje de correo electrónico Flynt Leverett y Hillary Mann Leverett, ex integrantes del Consejo de Seguridad Nacional.

Agregaron que por el momento, la dirigencia iraní ve que ``el balance regional está cambiando, en formas potencialmente decisivas, en contra de su adversario estadounidense y a favor de la República Islámica''.

La posición de Irán es más fuerte a pesar de sus desafíos internos, con una economía en aprietos, alto desempleo y una decidida oposición política.

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