Por Samir Bhattacharya
Desde que Irán fue incluido en el
BRICS, éste grupo se parece cada vez más a un bloque anti-estadounidense. Por
tal motivo, tanto la India como el Brasil querrán que las discusiones
relacionadas con Irán o introducidas por este país se limiten a la esfera
económica, evitando las agendas políticas.
En la cumbre de Kazán, el debate sobre la expansión
ocupa un lugar central en medio del creciente interés de los países en
desarrollo que buscan alternativas al sistema internacional dominado por
Occidente.
De todas las cumbres del BRICS celebradas hasta el
momento, la próxima reunión bajo la presidencia rusa es sin duda la más
importante, ya que las tensiones por la ampliación del número de miembros
podrían amenazar la cohesión del grupo y desmembrarlo. Será un desafío para
Rusia continuar con el trabajo, tomando el relevo de Sudáfrica y avanzando en
la agenda del Sur Global.
Del 22 al 24 de octubre, Rusia acogerá la 16ª Cumbre
anual de los BRICS en Kazán. Tras la mayor expansión de su historia en 2023,
los informes de los medios internacionales sugieren que un número cada vez
mayor de países en desarrollo están ansiosos por unirse al grupo , lo que
aumenta la posibilidad de una mayor expansión.
Algunos expertos sugieren que este aumento del interés
por unirse a los BRICS está impulsado por el miedo a perderse la oportunidad de
formar parte de un club importante y cada vez más visible. Esto es importante,
especialmente cuando las puertas de otros grupos liderados por Estados Unidos
están cerradas. Por ejemplo, varios gobiernos africanos que han sufrido golpes
de Estado y que Occidente considera inconstitucionales tienen prohibido el
acceso financiero al FMI y al Banco Mundial. Consideran a los BRICS y a su
banco de desarrollo como una alternativa viable de apoyo y cooperación.
Cuando los líderes de estos países se reúnan, la
agenda de la ampliación recibirá sin duda la máxima prioridad. Durante la
ampliación del año pasado, los Estados miembros tuvieron importantes
desacuerdos en cuanto a la elección de los miembros.
Cada país miembro del BRICS tiene un interés
particular en el bloque. En vista de que Estados Unidos y sus
aliados le imponen diversas sanciones, Rusia está ansiosa por invitar a más
países amigos. Un BRICS ampliado con más amigos dentro ayudará a
Rusia a volver a la normalidad en el comercio y la inversión internacionales,
que se han visto limitados por la presión estadounidense.
Mientras tanto, la relación de China con Estados
Unidos –si bien no se deterioró en los últimos cuatro años en la medida en que
lo hizo durante la administración anterior del presidente Donald Trump– se ha
mantenido relativamente estancada. No obstante, China reconoce la necesidad de
relacionarse con Occidente para sostener su crecimiento y sigue siendo parte
del sistema económico occidental.
Por lo tanto, al aumentar el número de miembros del
BRICS, China querría aumentar su influencia política. Según varios expertos,
China aspira a crear un orden mundial alternativo centrado en sí misma,
y el BRICS representa otro vehículo similar a la Organización de Cooperación de
Shanghái (OCS).
Sin embargo, tanto India como Brasil han fortalecido
recientemente sus vínculos con Estados Unidos y se cuidarán de que no se los
perciba como parte de un grupo antiestadounidense. Este sentimiento
también lo comparten en cierta medida los saudíes y los Emiratos Árabes Unidos.
Para Nueva Delhi, esto es más importante, ya que India
y China tienen varias disputas fronterizas y están luchando por la supremacía
regional de una forma u otra. Expertos indios creen que Pekín buscará
incorporar a más países aliados, especialmente aquellos con posiciones
anti-India, como Pakistán, con el fin de reducir la influencia de Nueva Delhi
en el grupo. Otros expertos indios también creen que Nueva Delhi podría considerar una
salida del BRICS en ese escenario. Como India ya tiene relaciones
bilaterales con esos países, no tiene mucho que perder.
Dependerá de Rusia romper el hielo entre estos dos
países y evitar que el grupo se desintegre.
En cualquier caso, para la India, ser miembro del BRICS
también ofrece beneficios, entre ellos tener una plataforma para llevar
adelante sus discusiones con Rusia y adoptar una postura más equilibrada, en el
marco del no alineamiento.
Sin embargo, desde que Irán fue incluido en el BRICS,
éste grupo se parece cada vez más a un bloque anti-estadounidense. Por tal
motivo, tanto la India como el Brasil querrán que las discusiones relacionadas
con Irán o introducidas por este país se limiten a la esfera económica,
evitando las agendas políticas.
Sudáfrica se encuentra en una posición relativamente
cómoda. Es el mayor beneficiario de la Ley de Crecimiento y Oportunidades para
África (AGOA), que otorga a sus miles de artículos acceso libre de impuestos al
mercado estadounidense. Mientras tanto, dada su extensa costa y las preocupaciones
por la seguridad naval, tiene acuerdos de seguridad con Rusia y China. Además,
Sudáfrica fue duramente criticada por sus ejercicios navales con Rusia y China
el año pasado. Aunque el país defiende sus acciones como una cuestión de
autonomía estratégica y elección de asociación, el momento, que coincide con el
aniversario del conflicto entre Rusia y Ucrania, ha afectado negativamente a su
reputación en Occidente.
Este creciente interés de los países en desarrollo por
sumarse al BRICS es un buen augurio para el grupo. Será interesante ver cómo la
India gestiona sus intereses en medio de la creciente asertividad de China, que
a menudo entra en conflicto con las prioridades indias. Sólo una India más
asertiva puede garantizar que el BRICS no se convierta en un club pro-China.
La próxima cumbre de Kazán se celebrará en un contexto
de varias crisis globales: el conflicto entre Rusia y Ucrania, la escalada de
la crisis en Oriente Medio y el cambio de gobierno en varios países africanos.
La incertidumbre que se cierne sobre las elecciones presidenciales
estadounidenses de este año complica aún más la situación. El evento de este
año también marcará la primera reunión del BRICS ampliado.
Para Rusia, la cumbre de este año es una oportunidad
de demostrar que no está tan acorralada como Occidente quiere proyectar. Por el
contrario, Rusia busca reafirmar su continua relevancia en el escenario global
invitando a líderes de India, China, Sudáfrica y Brasil.
A pesar de las predicciones más pesimistas, los BRICS
han logrado no solo sobrevivir, sino también prosperar. Sin embargo, ahora se
encuentran en un punto crítico, donde un error podría hacerlos colapsar como un
castillo de naipes. Su futuro dependerá en gran medida de cómo Rusia gestione
sus relaciones con los países del Sur Global.
Por Samir
Bhattacharya, miembro asociado de la Observer Research Foundation (ORF),
Nueva Delhi, India.
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