Por Juan González
El conflicto en la península
de Corea que surge como consecuencia de la Guerra Fría podría solucionarse
utilizando como modelo la reunificación de Alemania llevada a cabo en 1990 tras la caída del Muro de Berlín. Sin
embargo, la lucha geopolítica entre China y Estados Unidos impide que este modelo sea
viable, ya que China no acepta la unificación de la península bajo la
influencia de EEUU y Corea del Sur, mientras que EEUU se opone a que el proceso se produzca bajo el liderazgo de China y de Corea del Norte.
Cabe destacar que la
permanencia de este conflicto a quien más perjudica es a China, ya que Japón, a
pesar de tener una Constitución pacifista está aumentando su presupuesto
militar bajo el pretexto de la amenaza que representa Corea del Norte. Pero la
verdadera preocupación de Japón es el ascenso de China con la cual mantiene diferencias históricas y en la actualidad mantiene una disputa por la soberanía de las islas Senkaku/Diaoyu.
En ese mismo orden, Estados
Unidos moviliza armamentos y equipos dotados de la más avanzada tecnología bajo el argumento de proteger a Corea de Sur de un ataque de Corea del Norte. Sin embargo, también como propósito vigilar más de cerca a China y mantenerla disuadida.
Lo que se evidencia es que
el Sudeste Asiático se encamina a una carrera armamentista sin precedentes y
China quedará atrapada en ella. De manera, que tendrá que destinar un mayor
presupuesto cada año para desarrollar su complejo militar industrial a fin de
competir con Estados Unidos que gasta cada año en defensa alrededor del 35%
del total del mundo en este sector.
Finalmente, se debe señalar
que a Estados Unidos le preocupa el ascenso de China y la expansión de su influencia en el mundo, especialmente en América Latina, ya que es la única potencia con la capacidad de disputarle el dominio en el aspecto
económico, científico y tecnológico.
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