Por
Juan González
El
acuerdo nuclear arribado entre Irán y las principales seis potencias mundiales
(EEUU, China, Francia, Reino Unido, Alemania y Rusia), es un acontecimiento
trascendental para la geopolítica del Medio Oriente y de los mercados
energéticos a nivel global.
Cabe
destacar que en el acuerdo, Irán se compromete a desahecerse del 98% de su
material nuclear y a enriquecer uranio como máximo al 5%, así como eliminar el 75%
de las centrifugadoras que tiene instaladas a cambio de que Occidente y
Naciones Unidas levanten las sanciones que perjudican considerablemente
su economía.
Este acuerdo abrirá las puertas para
que las multinacionales occidentales puedan invertir recursos en los campos
petroleros de la nación Islámica lo que provocaría un aumento sustancial en la
producción de crudo de ese país, que actualmente es de alrededor de 3 millones
de barriles diarios.
Es importante señalar que el aumento de
la producción de petróleo y gas en Irán
en los próximos meses contribuiría notablemente a una mayor sobre oferta
del mercado petrolero que se encuentra
saturado desde hace alrededor de dos años por el aumento de la producción de
esquito (petróleo no convencional) en EEUU, el creciente consumo de gas natural
y carbón alrededor del mundo, así como el uso cada vez mas frecuente de fuentes
energéticas amigables al medio ambiente como la energía eólica, solar e
hidráulica.
Se debe agregar también, la crisis económica en Europa y la
desaceleración de la economía china como
factores que inciden en el mercado energético y en la importante reducción de
los precios del oro negro.
Es oportuno recordar que Irán es el Estado
más antiguo en esa región, que surgió a partir del 1501, cuando la dinastía
Safaví llegó al poder. Su posición geográfica lo convierte en un Estado
estratégico: ubicado entre Medio Oriente y Asia Central, controla gran parte de
la rivera del Golfo Pérsico y del Mar Caspio. Además, es un importante actor
energético por tener la segunda reservas de gas del mundo y la cuarta de
petróleo del mundo.
Además,
cuenta con una población que supera los 75 millones, lo que lo convierte en un
mercado atractivo para las potencias mundiales. Y un territorio de 1 millón 600
mil kilómetros cuadrados.
Cabe
señalar que durante el régimen del Sha, Mohammad Reza Pahlevi, Irán era el
Estado más poderoso del Oriente Medio y el mejor aliado islámico de Occidente
en esa región. Sin embargo, a partir de la Revolución Islámica en 1979,
las relaciones con EEUU se rompieron por la toma de su embajada en ese mismo
año, en la que sesenta miembros del personal diplomático norteamericano
estuvieron secuestrados por 444 días.
Los
líderes de la Revolución Islámica establecieron su política exterior
teniendo a EEUUU e Israel como los principales enemigos. El fundador de la
República Islámica de Irán, Ruhollah Jomeini, llamó a EEUU: "el gran
satán".
Después
de la Revolución, EEUU reforzó su alianza con Arabia Saudita y los Estados del
Golfo (Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Kwait, Bahrein, entre otros). Además, de
Egipto, Jordania, Turquía e Irak.
EEUU
apoyó ampliamente a la Irak de Saddam Hussein durante la Guerra con Irán que
duró ocho años (1980-1988). Las relaciones con Saddam llegaron a su fin cuando
invadió a Kwait en 1990.
Arabia
Saudita, por décadas ha sido considerada una aliada clave de EEUU por ser la
principal exportadora mundial de petróleo, con una gran incidencia en los
precios del oro negro. Los atentados del 11 de Septiembre del año 2001,
generaron mucho malestar en algunos círculos de poder en EEUU al ver que la
mayoría de los participantes eran de origen saudí. Cuando se ampliaron las
investigaciones se determinó que la Casa Al Saud, estaba financiando radicales
islámicos en distintas partes del mundo.
EEUU
trató de detener el financiamiento de los sauditas. Pero su influencia en el
mercado petrolero mundial impedía aplicar sanciones a los miembros de la
familia real.
Por
otro lado, en el año 2002, Presidente de EEUU creó una lista de países a las
que llamó: Eje del Mal. La cual estaba integrada por Corea del Norte, Irak e
Iràn. El término eje del mal vino a ser una crónica de una invasión
anunciada.
Al
año siguiente, Irák fue invadida y derrocado Saddam Hussein y posteriormente
enjuiciado por crímenes contra su pueblo y condenado a la horca.
Tanto
Irán como Corea del Norte, viéndose en el espejo de Irák, aceleraron sus
programas nucleares. En el caso de Corea del Norte, en el año 2006 realizó su
primera prueba de una arma nuclear.
Las
presiones sobre Irán aumentaron para que abandonara su programa nuclear. Al
llegar en el 2005 al poder Mahmud Ahmadinejad un laico
ultraconservador, hizo caso omiso a las presiones y sanciones de
Occidente. Admadinejad fue reelecto en el 2009, bajo acusaciones de fraude y
protestas de la oposición, las cuales fueron apoyadas por Occidente.
La
sorpresiva victoria electoral en el 2013 de Hassan Rohani, un clérigo moderado,
trajo consigo esperanzas de un cambio en las relaciones entre Irán y Occidente.
Las esperanzas se convirtieron en realidad cuando Rohani participó en la
Asamblea General de las Naciones Unidas donde
aprovechó la oportunidad para lanzarle un ramo de olivo a EEUU.
Israel
que venia presionando a EEUU, desde el 2007 para lanzar un ataque
conjunto a las instalaciones nucleares de Irán, con el fin de detener el
programa nuclear. Vio su "sueño" truncado con el acuerdo al que
llegaron la República Islámica y las seis potencias mundiales.
El
acercamiento de EEUU a Irán es una jugada riesgosa porque Israel y Arabia
Saudita son dos aliados importantes en esa región, y están muy enojados por la
movida, por lo que ya están buscando aliados alternativos a la súper potencia
mundial.
Es
importante destacar que tanto Arabia Saudita como Israel, temen que Irán
adquiera un amplio dominio de esta tecnología que le permita construir en
cualquier momento un arma nuclear.
Irán
como principal Estado chiita y Arabia Saudita como promotor del sunismo
conservador en el mundo islámico, luchan por aumentar su influencia en Medio
Oriente, los intereses de ambos países han chocado ya en: Siria, Yemén y
Bahréin.
Una
pregunta que debemos hacernos: ¿Por qué EEUU se está acercando a Irán, bajo la consecuencia de
perder influencia en Israel y Arabia Saudita ?.
Sin
lugar a dudas, el poder hegemónico de EEUU en el mundo está en declive, de
manera que es hora de reorganizar los recursos y las relaciones en el mundo.
EEUU está concentrando sus fuerzas militares en Asia Pacífico donde necesita
mantener a raya a China y tiene en sus planes fortalecer sus relaciones con
América Latina, que se evidencia con las negociaciones para restablecer
relaciones diplomáticas con Cuba.
Además,
la Agencia Internacional de Energía en un informe reciente pronostica que EEUU
antes del 2020 será independiente del petróleo importado, ya que aumentará su
producción interna y su consumo irá descendiendo. Sin embargo, la
dependencia del petróleo importado seguirá en aumento en los casos de China e
India.
Por
otro lado, ante el aumento del radicalismo en el mundo islámico, financiado
mayormente por Arabia Saudita, EEUU ve a un Irán chiita como un muro de
contención que permite mantener el equilibrio en Medio Oriente y Asia Central
que seguirán siendo importantes regiones productoras de petróleo y gas.
EEUU
está acercándose a Irán para mantener su influencia en Medio Oriente sin tener
que involucrarse directamente en esa región, sino a través de terceros.
El gran reto de EEUU es convencer a Israel y Arabia Saudita, de que seguirá siendo un aliado importante y protector frente a cualquier amenaza militar que se presente para evitar que busquen refugio en China que desea aumentar su influencia en Medio Oriente para garantizar el acceso a las fuentes energéticas que necesita su creciente maquinaria industrial.
El autor es politólogo, analista de temas
internacionales.
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