martes, 17 de abril de 2012

CUMBRE AMERICAS: ANALISIS: VI Cumbre de las Américas expone divergencias entre EEUU y América Latina

CARTAGENA, Colombia, (Xinhua) -- La VI Cumbre de las Américas concluyó este domingo sin consenso para la aprobación del borrador de declaración final, exponiendo las divergencias que oponen a Estados Unidos y a países latinoamericanos y caribeños en torno a temas como la relación con Cuba, la revisión de la política antidrogas y las estrategias ante la crisis económica internacional.


La existencia de diferencias importantes se reveló también en la decisión de mantener los debates de la plenaria presidencial a puertas cerradas, en contraposición con las cumbres anteriores, con el claro objetivo de evitar una mayor exposición de los desacuerdos.

El punto más controvertido y en torno del cual giró la polémica fue la propuesta de los latinoamericanos de invitar a Cuba a la próxima cumbre hemisférica.

El tema de la inclusión de Cuba en las cumbres hemisféricas se había anunciado como una cuestión central, a partir de la exigencia pronunciada por la brasileña Dilma Rousseff en los días previos de que ésta debía ser la última sin la participación de La Habana.

El reclamo cuenta con el apoyo de todas las naciones de América Latina y el Caribe, y fue reafirmado incluso por el anfitrión, el colombiano Juan Manuel Santos, en su discurso de apertura de la VI Cumbre.

Sin embargo, EEUU y Canadá vetaron los puntos 17 y 18 del borrador de declaración, que incluían la invtación a Cuba a participar de la VII Cumbre en Panamá, y una mención a las recientes resoluciones de las Naciones Unidas relativas a poner fin al bloqueo económico y comercial impuesto a la isla.

El rechazo provocó el repudio de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), que amenaza no participar de cumbre futuras en esas condiciones, y fue recibido con disgusto por otros mandatarios, que llevó a países latinoamericanos y caribeños a afirmar que existe una "rebelión" de los países latinoamericanos y caribeños.

Con relación a la cuestión de la demanda argentina de soberanía sobre las islas Malvinas, la VI Cumbre transcurrió con escasas referencias al tema, revelando la decisión de Buenos Aires y sus aliados latinoamericanos de dejar en un segundo plano el implícito apoyo por parte de EEEUU a Gran Bretaña, su aliado histórico.

De hecho, el tema no fue mecionado en el discurso inaugural a cargo de Santos, ni fue tratado práctiamente en la reunión bilateral solicitada por Obama con la argentina Cristina Fernández de Kirchner, en la que fueron analizados diferendos de orden comercial.

El colombiano Santos explicó que, durante los debates, todos los países se apoyaron en las diversas declaraciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre el tema, y que todos los presidentes se pronunciaron por una soluciòn pacìfica al diferendo entre Argentina y Gran Bretaña.

Sobre el debate de la política antidrogas considerada fallida por muchos países, al que los EEUU se prestaron por primera vez, los mandatarios llegaron a un acuerdo para dar el mandato a la Organización de Estados Americanos (OEA) de que inicie un proceso de análisis de nuevos enfoques alternativos.

Obama, al igual que otros mandatarios, fue tajante en descartar la propuesta del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, de atacar el problema descriminalizando el consumo y regularizando la producción y el comercio, endureciendo a la vez las penas para narcotraficantes.

De conjunto, un factor que influenció el desarrollo de las discusiones y estuvo como su trasfondo fue la circunstancia de que en noviembre próximo será realizada una nueva elección presidencial en EEUU, en la cual Obama intentará un segundo mandato.

Por ese motivo, la Casa Blanca abordó su participación en la Cumbre alrededor de una agenda positiva, vinculada a promover los vínculos comerciales y la conectividad energética, ofreciendo a los países con menos recursos ayuda para reducir la brecha digital.

Mientras países como Colombia celebraron las perspectivas de una mayor integración económica y comercial -traducida en la entrada en vigencia próximamente del Tratado de Libre Comercio con EEUU-, otros, como Brasil, la mayor economía de Suramérica, criticaron la política monetaria expansionista del vecino del norte.

En su intervención al cierre de la Cumbre Empresarial, la brasileña Rousseff reivindicó el derecho de los emergentes de implementar medidas de defensa para no permitir que "nuestros sectores manufactureros sean canibalizados", y reclamó que los países desarrollados aumenten sus inversiones.

Rousseff pidió a "relaciones entre iguales", recordando que "en el pasado, relaciones asimétricas entre norte y sur han sido responsables por procesos muy negativos".

Al final de la VI Cumbre, el colombiano Santos buscó minimizar las divergencias afirmando que la reunión fue la "del diàlogo y de la sinceridad, de los temas que coincidimos y de los que tenemos posiciones distantes", y que demostró que "no hay temas vedados".

El anfitrión rechazó la interpretación de que los países de que en la región todo el mundo le echa la culpa de sus problemas a EEUU, y por el contrario, subrayó, ese país salió más conciente de la necesidad de un mayor acercamiento a América Latina, aludiendo a que el presidente Obama dijo que se iba "excitado" con las oportunidades de integración.

El espíritu de conciliación de Santos no pudo esconder, sin embargo, que algunas de las históricas diferencias que separan a EEUU de América Latina están lejos de ser superadas.

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