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El Talibán y Osama
Las relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo se han basado en la conveniencia, sea por un fondo económico o ideológico, lo que le ha llevado a aceptar a algunos "amigos" que con el paso del tiempo se han transformado en sus principales "enemigos".
Es el caso de Osama bin Laden y el Talibán. La invasión de la Unión Soviética a Afganistán en 1979 provocó la reacción de EE.UU., que en su intento por evitar que Moscú expandiera su dominio hacia Medio Oriente y el sur de Asia, apoyó la resistencia de las milicias muyahidin, de las que formó parte Bin Laden.
El retiro de las fuerzas soviéticas en 1989 dio paso a una guerra civil en la que los muyahidin fueron expulsados del país. En el exilio fue que surgió el Talibán, movimiento basado fundamentalmente en imponer la Sharia o ley islámica, que tomó el poder en Afganistán en 1996.
Dos años después Osama bin Laden declaraba la guerra a EE.UU. y se convertía en el hombre más buscado por Washington.
Saddam Hussein
Molesto por el triunfo de la revolución islámica de 1979, Estados Unidos aprovechó la guerra entre Irak e Irán para reforzar su alianza con un antiguo amigo: Saddam Hussein.
Washington apoyó la caída del regimen hachemita en 1958 y la ascensión al poder en 1968 del partido árabe socialista Baaz, al que pertenecía Hussein, quien asumió el control del país en 1979 y un año después lideró la invasión sobre Irán, que detonó una guerra que duró ocho años.
Pese al acuerdo de la Unión Soviética y EE.UU. de no involucrarse en el conflicto, ambos países suministraron armamento a Bagdad, en particular Washington, que facilitó la construcción de un arsenal químico y de destrucción masiva.
Hussein dejó de ser "amigo" a partir de 1991 cuando lideró la invasión a Kuwait. A partir de allí se convirtió en uno de los objetivos de EE.UUy varios países de occidente, que impulsaron una guerra contra Irak en 2003 que generó la caída de su régimen. Hussein fue capturado y enjuiciado por crímenes contra la humanidad, por lo que fue ejecutado en 2006.
Manuel Noriega
Una de las figuras más polémicas de la política latinoamericana por su cercana alianza con EE.UU. y su posterior desavenencia con el gobierno de Washington.
Trabajó con la CIA desde los años cincuenta hasta mediados de los ochenta, época en la que asumió el control de las fuerzas armadas en Panamá y la política interna del país. Noriega se fue distanciando de EE.UU. a medida que imponía un control totalitario en Panamá, siendo acusado de vínculos con el narcotráfico y violaciones a los DD.HH. contra movimientos opositores.
El ex hombre fuerte de Panamá fue detenido tras la invasión de tropas estadounidenses a Panamá, en 1989.
Estuvo preso en Miami luego de haber sido condenado en 1990 por tráfico de drogas, asociación ilícita y conspiración. Recibió una condena de 30 años, que más tarde fue reducida a 17 años por buena conducta. En 2010 fue extraditado a Francia.
Ferdinand Marcos
El líder filipino contó con el apoyo de Estados Unidos durante los casi 21 años que estuvo al frente del país, de 1965 a 1986. Incluso en el período en el que implementó la ley marcial para desmantelar a grupos opositores que se estaban levantando en su contra.
Pese a que Marcos fue acusado repetidamente de corrupción y de violar los derechos humanos, sus reformas económicas siempre contaron con el apoyo de Washington. La posición de la Casa Blanca quedó en evidencia con una declaración de Ronald Reagan en 1984.
"Sé que en Filipinas pasan cosas que no se ven bien para nosotros desde el punto de vista de los derechos democráticos. ¿Pero cuál es la alternativa? Creo que es mejor mantener nuestra amistad y ayudarlos a corregir los errores que dejarlos a merced de los lobos y enfrentarnos a un poder comunista en el Pacífico".
Pero este apoyo se fue debilitando, en especial tras el asesinato del líder opositor Benigno Aquino Jr. en 1983, en el que se considera hubo participación del gobierno. En 1986 Marcos y su familia abandonaron Filipinas para exiliarse en Hawai, donde murió en 1989. Desde entonces su régimen ha sido sometido a juicio en varias oportunidades en EE.UU., declarado culpable y ordenado a compensar a los familiares de
El Sha de Irán
Mohammad Reza Pahlevi fue uno de los principales aliados de Estados Unidos en Medio Oriente desde que comenzó su reinado en Irán en 1941.
Su relación se intensificó con la participación de Washington en el golpe de Estado de 1953 para derrocar al entonces primer ministro Mohammad Mosaddegh, quien durante su gobierno buscó nacionalizar la industria petrolera del país, perjudicando los intereses del Reino Unido y la Casa Blanca.
El primer golpe de Estado fracasó y forzó el exilio del Sha, pero un segundo intento tuvo éxito permitiendo su regreso al país hasta la revolución de 1979, cuando se abolió la monarquía e Irán pasó a ser una república islámica.
Nuevamente en el exilio, el Sha deambuló por varios países y hacia fines de ese año llegó a Nueva York para un tratamiento médico, lo que molestó a Teherán. Irán demandó su extradición inmediata, que si bien no prosperó, sirvió para que Estados Unidos se distanciara de su antiguo aliado. El Sha murió en 1980 en El Cairo.
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