Dmitri Kósirev, RIA Novosti
“China afronta un dilema: ¿qué se puede hacer con tres billones de dólares?”, escribió el diario The Washington Post el pasado 15 de abril.
Al rotativo estadounidense le preocupan las reservas de divisas de China que subieron 200 mil millones de dólares en el primer trimestre de 2011 para ubicarse en 3.05 billones de dólares, superando el récord histórico del país.
Esta noticia no tuvo repercusión. Todo el mundo sabe que el Imperio Celeste posee la mayor cantidad del dinero. Además, cuando salió a la luz pública que China se había convertido en la segunda economía mundial, al desbancar a Japón, la comunidad internacional comenzó hacer la vista gorda ante ese tipo de noticias.
¿Por qué China se sienta tan bien?
Sea lo que sea, es digno de respeto que este periódico estadounidense mencionó el hecho, así como los esfuerzos de los autores del artículo de ocultar la envidia y el orgullo nacional herido.
Esta edición de The Washington Post asimismo publicó la información sobre la deuda pública de EEUU. El periódico menciona que el pasado 18 de marzo, la agencia calificadora internacional de riesgos crediticios, Standard & Poor's, cambió de “estable” a “negativa” su proyección con respecto a la economía estadounidense.
No obstante, los resultados de las encuestas de opinión pública revelaron que la mayoría de los estadounidenses no apoya las medidas del gobierno contra el déficit presupuestario. Es lógico. La aplicación de medidas de austeridad no le gusta a nadie.
Se puede entender los sentimientos de los estadounidenses que se han acostumbrado al liderazgo global de EEUU en todos los ámbitos. E inesperadamente resulta que el país también lidera en materia de la deuda pública que alcanzó su máximo histórico tras superar los 14 billones de dólares, mientras que los chinos están sentados sobre una montaña de oro de sus reservas de divisas.
Es evidente que muchos en EEUU preferirían que el Imperio Celeste sufra un colapso. Este deseo se manifiesta frecuentemente en los artículos analíticos.
Tanta cantidad de dinero causa problemas
En realidad, las reservas chinas de divisas representan problemas serios para la economía del país que hoy en día están abordando activamente. Los resultados económicos del primer trimestre de 2011 recientemente publicados provocaron una serie de declaraciones en Pekín, a las que a su turno está dedicado el artículo anunciado de The Washington Post.
El presidente del Banco Central de China, Zhou Xiaochuan, anunció que las reservas del país en divisas extranjeras “ya sobrepasaron el nivel razonable que China necesita", y se convirtieron en un problema.
Según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), unos 1,5 billones de reservas en divisas serían suficientes para China para prevenir una posible crisis. Pero es difícil liberarse de la excesiva cantidad de reservas.
La inyección de este dinero en la circulación nacional provocaría una subida de precios y la devaluación de la moneda nacional.
En consecuencia, el Banco Central de China continúa retirando las divisas extranjeras de la circulación y acumulándolas.
El problema principal del gigante asiático consiste en lo que otros países calificarían como un indicador de la fuerte economía nacional, es decir, las exportaciones en China continuamente exceden las importaciones. Y como el gobierno retira las divisas extranjeras de los negocios las pilas acumuladas seguirán creciendo.
En general, esta política es necesaria para controlar la moneda nacional china, yuan, para prevenir que se haga completamente convertible. Gracias a esta política, China pudo superar dos mayores crisis económicas mundiales pero parece que hoy por hoy tropezó contra una barrera.
Ahora el gobierno chino reporta con orgullo que en el primer trimestre del año en curso el crecimiento económico sólo fue de un 9,7%. Se prevé desacelerar este crecimiento para evitar la inflación.
Un 6% del crecimiento se debe al consumo interno y, durante los próximos cinco años, China destinará sus enormes reservas para estimular su crecimiento. Este hecho pasó a ser el resultado clave del reciente Foro de Boao para Asia que se celebró en la isla china de Hainan.
En general, en China está llevandose a cabo una transición hacia la sociedad de consumo de tipo europeo.
Reservas y el vacío
EEUU y Europa que sufren graves problemas financieros apoyan esta políica esperando que la creciente demanda en China acelere la recuperación de la industria europea y estadounidense.
Además, en el primer trimestre de 2011, por primera vez en un largo período de tiempo China registró la balanza comercial negativa, lo que evidencia un crecimiento de las importaciones y la reducción de reservas en divisas extranjeras respectivamente.
Pero aquí aparece otro problema. El eje principal de la economía global estremecida por la crisis de 2008 tuvo el siguiente aspecto: China fabrica productos para el consumidor estadounidense que toma créditos que superan sus ingresos reales para comprarlos.
En esta situación, China pudo acumular las reservas que, de hecho, no son tan sólidas como pudieran parecer, ya que consisten de los dólares, euros y los bonos del gobierno de EEUU que forman parte de la deuda pública estadounidense que nunca será devuelta.
Además, Washington devalúa paulatinamente el dólar para estimular las exportaciones y depreciar la deuda. Es decir, el valor real de las reservas en divisas extranjeras de China se reduce a pesar del crecimiento de su valor nominal.
Todo esto muestra que sería oportuno fornar un sistema financiero más justo y razonable, lo que se discutió en la cumbre del Grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que se celebró recientemente en China. Pero la creación de tal sistema llevará mucho tiempo.
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