martes, 25 de mayo de 2010

Con las redes sociales, atrás quedó la manera de hacer política a la antigua


Por Pedro Rivas Ugaz

Organizar eventos en la vida real es bastante complicado. Basta con hacer una fiesta de cumpleaños: solo elegir qué música vas a tocar en la celebración puede ser un dolor de cabeza por las distintas preferencias musicales de tus invitados.

¿Me creería si le digo que el colombiano Oscar Morales Guevara organizó una protesta global en contra de las FARC con la ayuda de las redes sociales, en febrero del 2008? Solo quiso alzar su voz de protesta en Facebook y terminó llevando a cabo una demostración mundial de rechazo a la organización terrorista.


“En ese momento yo era un ciudadano más, indignado y asqueado por tanta maldad de las FARC. La gente en las calles realmente quería hacer sentir su voz de protesta, pero nadie hacía nada, nadie tomaba la iniciativa. Lo que hice una noche, de rabia, fue entrar a Internet y averiguar si existía una organización que hiciera la voz de protesta. No encontré nada. Ahí es cuando decido lanzar “Un millón de voces contra las FARC”, sin prever nada – de hecho no tenía en mente hacer una marcha, era algo como más bien virtual – , y decido hacerlo en Facebook porque ahí está toda la gente que yo conozco. Oh sorpresa, funciona y a las pocas horas se unen miles de personas”, cuenta.

El ingeniero de profesión nuevamente está en Perú para participar de la segunda versión del Congreso Internacional sobre Redes Sociales que inició hoy y continúa hasta mañana. Conversamos con él sobre cuán comprometida es la Generación Y, cómo las redes sociales han cambiado la forma de hacer política y da consejos a quienes deseen utilizar estas plataformas para organizar movimientos como el suyo.

Una de las características de las herramientas web 2.0 es permitirte organizar algo sin gastar demasiados recursos. – Exacto. Primero la posibilidad de trabajar con personas en tiempo real en distintas partes del mundo. Dos la velocidad con la que lo haces. Usas Skype, unes a 4, 5 o 100 personas en un video chat en tiempo real. Eso fue lo que empezamos a hacer. El proceso logístico es mucho más complejo. En el camino comenzamos a descubrir grandes capacidades de la gente que nos acompañaba. No era una cabeza que daba órdenes, era un trabajo totalmente colaborativo y todos daban ideas de cosas que podían hacerse mejor. La masa de toda esta gente comenzó a crear productos reales: comunicados de prensa, yo diseñé la web, hicimos alianzas con otros grupos en Facebook y portales web, conseguimos correos de gente de la prensa, enviamos mails, pero no conseguimos nada.

Hasta que se dio. Una de las principales cadenas de radio, Caracol, nos escuchó. Un periodista se hizo miembro del grupo y estaba viendo con sorpresa el avance del mismo. Esta persona nos dio un espacio al aire y lanzamos la iniciativa a nivel nacional. A partir de ahí fue un matrimonio con la prensa: una labor de publicidad online, pero obviamente requerimos de la prensa tradicional para llegar a más gente. Eso fue un 9 de enero – la marcha estaba convocada para el 4 de febrero – y ahí comenzamos en una dinámica imparable, donde todo se juntó.

Para futuras organizaciones, no es algo que tu puedas proponer de la nada y que va a funcionar. Necesariamente tiene que responder a una historia previa y esa fue la liberación de rehenes. Eso fue lo que dio la gasolina para que la gente quisiera formar parte de esto.

Claro, no todas las iniciativas funcionan… – Por un tema de momento, en inglés eso se llama timing: el día y el contexto en que lo propongas es lo que va a garantizar el que sea visible o no.

Y por primera vez le dabas rostros a quienes protestaban… – Estábamos protestando contra una organización asesina y terrorista. La gente también tenía mucho miedo que una sola persona dé la cara y alce la voz, porque las consecuencias podrían ser que te mataran, secuestraran o amenazaran. Nosotros, de alguna manera, empoderamos a la red. Toda la gente con la que compartimos una invitación era como darle una protección de masa: “únete a nosotros y nada nos va a pasar porque somos muchos”. Ese fue el concepto que usamos y la gente se unió sin miedo.

¿Y cómo ha cambiado tu vida tras la marcha? – Hay una frase que lo definiría: “Dios trabaja en formas misteriosas”. De la nada, sin pensarlo, me convertí en una persona que no solo es abanderada del uso de las redes sino también un activista por la libertad, exigiendo la liberación de secuestrados, el fin del conflicto y exigiendo a las FARC que comprendan que un país entero ya está cansado de ellos y que con sus métodos de lucha no van a llegar a ninguna parte. Estos dos años han sido de una dinámica bastante activa, no solo haciendo trabajo de base en Colombia, previniendo el reclutamiento entre estudiantes y universitarios, sino también mandando mensajes a las FARC solicitando su desmovilización y que se unan a la sociedad. También participando en distintos eventos donde no era el único, había mucho más jóvenes usando las redes sociales.

¿Crees que esta generación que está creciendo con estas herramientas es mucho más comprometida? – Claro y mucho. La tecnología es el matrimonio perfecto con ese chip de la generación Y que existe hoy. La tecnología nos ha permitido una gran conversación global. Donde quiera que tú necesites algo, vas, averiguas quién es, le escribes, lo contactas, te unes, comentas, armas bulla, pides voluntarios; se te unen. Eso ha permeado no solo las libertades de la sociedad civil sino también la política. Hay una nueva forma de hacer política. Estados Unidos fue, de alguna manera, la pionera con Estados Unidos y ahora en Colombia, que tiene elecciones dentro de un mes, todo está ocurriendo en las redes sociales.

Atrás quedó esa manera de hacer política a la antigua, de discurso de plazas públicas y de promesas incumplidas. La política también se está viendo influenciada por este boom de las redes sociales, donde a los candidatos les toca dar la cara y responder, no solo a las promesas, sino cómo van a llevar a cabo sus propuestas. Si no son satisfactorias, la gente ya no las compra.

Es muy interesante ver este fenómeno y ver cómo los jóvenes, que han recuperado una voz que no tenían. Es lo que marca a esta generación con la anterior. Esta es la generación del libre acceso a la información y donde tenemos voz, podemos quitar y poner líderes de acuerdo a un consenso que se logra, precisamente, en esta megaconversación global.

Hay quienes sostienen que no son las tecnologías las que producen los grandes cambios en la sociedad. Son las modificaciones en el comportamiento de los grupos humanos, producto de la utilización de estas tecnologías, los que sí originan estas grandes revoluciones. – Así es, así es. Todo cambio obviamente parte de la gente y así ha sido siempre, la tecnología es solo un vehículo, estoy convencido de eso, solo un vehículo, no es un fin en sí mismo, ni es el último, ni directo responsable. O sea que existan las redes no es como que estuviéramos esperando que llegaran las redes para nosotros transformar nuestra forma de pensar, no, una manera, un vehículo que la gente misma lo agilizó, la gente ya quería y en toda generación siempre vas a encontrar personas que están insatisfechas con su entorno.

Yo soy uno de ellos, soy uno que en mi país y en cualquier país, esto se refleja en toda Latinoamérica, estoy muy inconforme cómo se maneja la política, nuestros líderes de gobierno son corruptos, hay muchos, pero y qué hacía yo al respecto, nada quejarme en silencio. Ahora no, ahora me puedo quejar con una manada de amigos y con esta manada de amigos podemos organizar algo. Oye no todo se trata de protestas, también se tratan de propuestas, de llegar a estos líderes o de ser también nosotros líderes y contribuir al mejoramiento de nuestro entorno. Entonces la tecnología lo que hizo fue agilizar y unir pensamientos similares y esa es la magia por ejemplo cómo las redes como Facebook, gente que piensa igual, sencillamente se encuentra, se ponen de acuerdo y toman acciones, pero siempre las debe conducir una acción que parte de abajo.

*Facebook y Google están en el ojo de la tormenta por el tema de la privacidad… * – Ha mejorado mucho…

¿Cuál es tu posición al respecto? ¿Crees que debemos renunciar a nuestra privacidad para estar más interconectados? – Ni una ni la otra, de repente ha faltado didáctica de cómo usar bien estas redes. Hay mucha ingenuidad. O sea la gente, he escuchado incluso comentarios como: yo nunca voy a abrir un perfil en Facebook porque yo no quiero que se enteren donde vivo. Bueno, yo le digo no pongas dónde vives, tan sencillo como eso. O sea, hasta donde quieres compartir tu información, o sea tu no vas a poner en Facebook donde estás tú bañándote o en el baño o tus paseos íntimos con tu novia.

O sea hay cosas que tú decides que puedean ser públicas o privadas y aún así estas herramientas te permiten el cerrar ciertos contenidos que tú publicas para un grupo exclusivo de personas, que son los únicos que tú quieres dejar ver. Yo por lo menos en Facebook, el 80% es contenido público porque así lo he decidido yo y quiero que sea así y hay un 20% que está restringido solamente para mi familia y nadie más que mi familia lo puede ver. Pero ¿por qué? Porque yo sé usar la herramienta, entonces no es un tema de malo o bueno, es un tema de aprende a hacerlo bien. O sea aprende a ajustar tus opciones de privacidad porque ahí están.

De hecho de alguna manera ha sido positivo que haya habido cierta preocupación al respecto porque los dueños de Facebook, de Google, de YouTube y todo esto han tomado medidas y han dado todas las garantías para que tus cuentas y tus perfiles en sean tan seguros como tú decidas. Hay otras acusaciones que son totalmente inválidas como que si tú publicas una foto se la van a robar los de Facebook porque le van a dar un uso para terceros. Mira no han pasado en seis años y no va a pasar y por una razón: en números, se publican mil millones de fotos al año.

¿En qué momento vas a procesarlas? Necesitarías otros 50 años para procesar mil millones de fotos. A nadie le interesa hacer nada con tus fotos, a nadie le interesa hacer nada con tu perfil, somos tantos ya. Nada más Facebook tiene 400 millones de usuarios, en qué momentos tú lidias con tanta gente, eso es imposible. Hay mucha paranoia, teoría a la conspiración. No, no, yo no compro eso.

¿Qué le dirías a alguien que quiere organizar un movimiento o una protesta? – Se necesita primero que todo el compromiso, eso es algo que nace, no diría de la persona, sino del ciudadano. O sea que primero es descubrir que somos ciudadanos y que tenemos un compromiso y que queremos cambiar. Hay una serie de recomendaciones como te decía logísticas, de momento.

No es proponer por proponer porque serías uno más entre un millón de propuestas que hay que no llegan, que no conducen a ningún lado. Entonces, en ese sentido te diría ser inteligente. Si tienes las ganas de hacer algo en algún sector como la no violencia, política o pobreza o la educación, las distintas áreas donde la sociedad está sufriendo, estudia bien qué quieres hacer, cuál es tu grado de compromiso, qué cambio quieres lograr. Cuando tengas eso claro, lánzate. Hay que escoger un buen momento. Busca amigos, de eso trata la red, busca quién te acompañe, sé un buen líder. Y eso requiere también dotes de liderazgo, en el sentido de que mucha gente lanza propuestas en Facebook y al día siguiente las deja abandonadas.

Un buen líder es el que ahí está con paciencia, importante también es la solidaridad, encontrar quién se una a tu causa. En la medida que se unen 10 se unen 15, luego se unen 20, luego se unen 1000. Con mil personas que creen en la misma misión es más fácil luego llegar a dos mil y de eso se trata: de hacer total casería de voluntarios que te quieran acompañar, que sientes va a tener una consecuencia, va a tener un cambio.

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