Los precios de las acciones y los commodities se desplomaron a escala global el lunes en medio de una profundización de la crisis que la semana pasada golpeó a los mercados financieros. La turbulencia también afectó el valor del dólar y ahora disminuye las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos aumente en septiembre sus tasas de interés de referencia.
La ola vendedora se inició con las acciones chinas, que sufrieron su peor caída en un solo día en más de ocho años, acentuando la atención sobre la situación financiera del país en momentos en que sus líderes se preparan para dos grandes eventos destinados a mostrar la posición global de China.
La fuerte venta a escala global es impulsada por los temores de que la economía china se esté desacelerando drásticamente. La inesperada devaluación del yuan hace dos semanas hizo sonar la alarma de que la segunda mayor economía del mundo pudiera estar en peor forma de lo que muchos habían pensado. Desde entonces, los datos de un débil desempeño económico han alimentado los temores de que una caída en el crecimiento de China provoque una desaceleración global.
Los medios de comunicación de Beijing bautizaron la jornada como “lunes negro”, una descripción sorprendentemente sombría por parte del Diario del Pueblo, la publicación oficial del Partido Comunista, que normalmente trata de amortiguar las malas noticias. La pérdida de 8,5% en el Índice Compuesto de Shanghai fue la mayor en términos porcentuales desde febrero de 2007, para dejar al mercado con un descenso de 0,8% en el año y de 38% desde su máximo de mediados de junio. En ese momento las acciones acumulaban un alza de 60% en el año, después de haber duplicado su valor durante los 12 meses anteriores.
El derrumbe de los mercados chinos extendió su influencia a los commodities y los mercados del resto del mundo.
En EE.UU., el Promedio Industrial Dow Jones llegó a perder más de 1.000 puntos —el mayor declive durante una sesión— antes de recuperarse más tarde y cerrar con una pérdida de 3,57% con respecto del viernes. El S&P 500 cayó 3,94% y el índice Compuesto Nasdaq se deslizó 3,82%. El Dow había entrado en zona de corrección el viernes, al acumular una caída de 10% desde su máximo reciente, tras su peor semana desde 2011.
En Europa, el Stoxx Europe 600 perdió 5,3%, el descenso más grande en un día desde diciembre de 2008. El índice registra ahora una pequeña pérdida en el año, y refleja el desvanecimiento del impacto que pudo haber tenido el programa de estímulo del Banco Central Europeo.
En Alemania, el DAX cayó 4,7% y acumula una pérdida de más de 20% desde su máximo en abril. El mercado de valores de Alemania, que incluye a fabricantes de automóviles y empresas industriales que generan gran parte de sus ventas en China, ha sido uno de los más afectados por la reciente ola de ventas. En el Reino Unido, el FTSE 100 cayó 4,67% a su cierre más bajo desde finales de 2012, mientras que el francés CAC 40 perdió 5,35%.
Los precios del petróleo cayeron el lunes a su menor nivel desde principios de 2009. El Brent, la referencia del mercado global, se hundió 6,1% para situarse a US$42,49 el barril, su precio más bajo desde marzo de 2009. El WTI, el crudo de referencia en EE.UU., descendió 5,5%, para ubicarse por primera vez debajo de US$40 el barril desde febrero de 2009, con contratos a US$38,24 el barril.
Las acciones de las principales empresas mineras fueron duramente golpeadas en medio de las crecientes preocupaciones sobre la salud económica de China, el mayor comprador de commodities desde cobre a mineral de hierro. El castigo comenzó en Australia, dondeSouth32 Ltd., que opera minas que van de carbón a manganeso, retrocedió 7,6%, acumulando un declive de 34% desde que se escindió de BHP Billiton Ltd. en mayo.Fortescue Metals Group Ltd., el cuarto mayor productor mundial de mineral de hierro, cayó 15% después de informar de una caída de 88% en sus ganancias anuales.
El pesimismo de los inversionistas se extendió a Londres, donde las acciones de las grandes mineras sufrieron fuertes golpes: Anglo American PLC y Glencore PLC cerraron con bajas de 7,2% y 13%, respectivamente.
“Tenemos intensa debilidad en los commodities y los mercados emergentes, además de las preocupaciones generales sobre el crecimiento global”, dice Nick Gartside, director de renta fija de J.P. Morgan Asset Management, que gestiona US$1,8 billones en activos.
Los inversionistas trasladaron sus apuestas a activos relativamente seguros, como la deuda del gobierno estadounidense. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años descendió a 1,997%, perforando el piso de 2% por primera vez desde abril. Los rendimientos caen cuando los precios suben.
Las turbulencias en los mercados alimentaron el creciente el escepticismo de los inversionistas de que la Fed suba las tasas de interés de corto plazo en su reunión del próximo mes.
Los futuros de fondos de la Fed, que inversionistas y corredores utilizan para realizar apuestas sobre la política del banco central estadounidense, indicaron el lunes una probabilidad de 28% de un aumento de la tasa de interés de referencia en septiembre, según datos de CME Group. Hace un par de semanas, la probabilidad era de alrededor de 50%.
Un aumento de la tasa de la Fed en septiembre sería “una decisión muy valiente”, afirma Gartside.
Las fuertes caídas en los mercados europeos y japoneses ayudaron a impulsar una ola de ventas del dólar frente a otras monedas importantes, un reflejo del cambio de expectativas sobre el aumento de la tasa de referencia de la Fed.
No obstante, aunque la divisa estadounidense se desplomó frente al yen japonés, el euro y el franco suizo, se apreció frente a las monedas de países productores de materias primas como Australia y Brasil, en medio de otra demoledora ola vendedora de materias primas que llevaron a mínimos a todos los commodities, desde el petróleo al cobre. Además de la caída del crudo, los precios del cobre tocaron su nivel más bajo desde julio de 2009. El aluminio también se estrelló con su mínimo en seis años, mientras que el zinc y plomo tocaron sus mínimos en cinco años.
—Josie Cox, Min Zeng, Ira Iosebashvili, Chao Deng, Anjani Trivedi y Rhiannon Hoyle contribuyeron a este artículo.
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