Juan Carlos Pérez Salazar
En los 40 años que han transcurrido desde que China y México iniciaron relaciones diplomáticas, en 1972, el intercambio comercial ha saltado de magros US$13 millones en ese entonces a US$36.680 millones en 2012, según reporta la agencia de noticias china Xinhua.
En términos comerciales, China es el segundo socio de México (después de Estados Unidos), mientras que México es el segundo socio de China en América Latina (detrás de Brasil).
Todos esos datos seguramente los trae en la cabeza el presidente chino, Xi Jinping, cuando este martes a las 13:30 (hora local) el avión que lo trae de Costa Rica aterrice en el hangar presidencial del aeropuerto de Ciudad de México.
O es posible que tenga los datos que revela el Banco Central de México, que son aún mayores que los de Xinhua: el año pasado éste país importó US$57.000 millones en mercancías de China, pero sólo exportó US$5.721 millones.
Y ahí es donde se empiezan a evidenciar los desequilibrios en la relación entre ambos países.
Demandas
"Totalmente de acuerdo", afirma el doctor José Luis León Manríquez, experto en temas de Asia, cuando se le dice que, en el plano comercial, China es vista en México como un socio incómodo.
"Toda relación comercial donde existe un superávit tan grande es conflictiva, independientemente de la voluntad de los actores", le comenta a BBC Mundo este investigador y profesor la Universidad Metropolitana de México.
"Es incómoda también si uno la compara con las relaciones que tiene China con algunos de los principales países latinoamericanos. Como se trata de países exportadores de materias primas, hay en muchas ocasiones un saldo positivo en la balanza comercial para estos países".
"En el caso de México no es así, porque el tipo de exportaciones que China hace son mucho más complejas en valor agregado y compiten con las propias manufacturas mexicanas", dice a BBC Mundo.
Es algo en lo que concuerda Julio Faesler, ex diplomático y el primer director general del Instituto Mexicano de Comercio Exterior, entre otros cargos.
"Lo que no puede ocultarse -y espero que el presidente Enrique Peña Nieto sea muy firme- es una inconformidad general con las ventas de productos chinos a precios por abajo de costo, lo que está dañando severamente a muchas industrias mexicanas".
Previamente le había dicho a BBC Mundo: "Llevo dos, tres años de estar presenciando e incluso participando en quejas contra la importación a México de productos chinos terminados que se venden a precios que son inexplicablemente bajos respecto de sus costos fundamentales".
Agrega que las exenciones y los subsidios que el gobierno chino da permite que esos productos "lleguen al mercado mexicano en condiciones que podemos calificar de desleales y que dan origen a procesos de antidumping o imposición de impuestos de compensación".
En la actualidad México es, junto a Estados Unidos y la Unión Europea, uno de los países que más demandas tiene contra China en la Organización Mundial de Comercio (OMC), con cuatro querellas.
Es posible que esa sea una de las razones por las que México, la nación con más tratados de libre comercio del mundo, no tenga aún uno con China.
Acuerdos bilaterales
Según medios mexicanos, se espera que en la visita oficial de tres días, el mandatario chino firme al menos diez acuerdos con su similar mexicano, en temas como comercio, inversión, infraestructura, ciencia y educación.
También se espera que adelanten conversaciones sobre la posibilidad de un tratado de libre comercio entre ambos países.
Enfriamiento
En 2009, durante la crisis por la gripe porcina, las relaciones entre los dos países sufrieron un enfriamiento cuando China decidió poner en cuarentena a 70 turistas mexicanos, aunque ninguno de ellos tenía síntomas del virus.
La entonces secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinoza, calificó la decisión de "inaceptable".
Citado por la agencia Reuters, Dan Erikson, de Diálogo Interamericano, dijo en ese momento que "de todos los grandes países latinoamericanos, China tiene la relación más tensa con México".
"La crisis de la gripe porcina ha mostrado, una vez más, que no han construido la relación que ambos países desean. Hay mucha ignorancia mutua y ningún marco estratégico. Esto muestra que todavía hay mucho trabajo por hacer", agregó.
En septiembre de 2011, el entonces secretario de Comercio de México, Bruno Ferrari, envió una carta al Ministerio de Comercio chino exigiendo medidas contra el comercio desleal y amenazando con represalias comerciales.
La reunión entre el entonces presidente Felipe Calderón y el Dalai Lama, también en septiembre de 2011, no contribuyó a mejorar las relaciones.
"Yo creo que esta relación, que de por sí no es fácil, se ha ido complicando más por el manejo impropio que se le ha dado desde el punto de vista diplomático, sobre todo desde el lado de México, en los últimos doce años", indica a BBC Mundo José Luis León Manríquez.
"En general me parece a mi que la clase política mexicana no ha leído bien lo que significa el reposicionamiento de China en la política internacional y ha terminado por circunscribir el problema de la relación con China al asunto del déficit y no ha buscado suficiente alternativas para crear una relación de carácter multidimensional".
Querellas
En la actualidad, la Organización Mundial del Comercio atiende cuatro querellas de México contra China. Son por:
-Determinadas medidas por las que se conceden devoluciones, reducciones o exenciones de impuestos y de otros pagos.
-Donaciones, préstamos y otros incentivos.
-Medidas relativas a la exportación de diversas materias primas.
-Medidas relativas a la producción y exportación de prendas de vestir y productos textile
El último gran debate en México por un tema relacionado con China está caliente: el proyecto de construir un Dragonmart -un enorme centro comercial- en Cancún, similar a uno que existe en Dubai.
El proyecto ha sido fuertemente cuestionado por razones ambientales, pero también por quienes temen que se convierta en una cabeza de playa para inundar de productos chinos no sólo a México, sino a Centroamérica y Estados Unidos.
Además, el anuncio de que se traerá a trabajadores chinos ha despertado sospechas de que no se utilizará mano de obra local, igual a como ha ocurrido con algunos proyectos chinos en África.
Las personas involucradas en el Dragonmart han tratado de despejar las dudas diciendo que la participación china en el proyecto no será mayoritaria, que otros países serán invitados a exhibir y que se generará empleo.
Sin embargo, el pasado 24 de abril el Dragonmart mexicano sufrió un revés cuando el ayuntamiento de Cancún le negó la licencia de construcción. Aunque los empresarios han dicho que no todo está dicho y han recurrido a otras instancias judiciales, el proyecto ya ha sufrido varios meses de atrasos.
Julio Faesler se pregunta si, durante su visita, el mandatario chino tocará el tema del proyecto Dragonmart al presidente Enrique Peña Nieto.
Por supuesto eso aparece en la agenda oficial. Ni lo han mencionado los funcionarios de ambos países, que han tratado de destacar los aspectos positivos de la relación bilateral.
Pero tanto ellos, como los dos mandatarios, saben que esas relaciones requieren de mucho trabajo. Y de más claridad.
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