En el emirato árabe de Abu Dhabi, la monarquía comenzó a tomar recaudos contra la “Primavera Arabe”. El temor a los reclamos populares por más democracia y derechos en países musulmanes gobernados con mano de hierro hizo que el príncipe heredero de Abu Dhabi, el jeque Mohamed bin Said al Nahjan, tome precauciones para no verse sorprendido por la potente ola de cambios que sacudió a países como Túnez, Egipto y Siria.
Según consigna el diario The New York Times, el millonario fundador de la firma de seguridad estadounidense Blackwater, Erik Prince, llegó a un acuerdo con el jeque para formar una fuerza paramilitar de 800 efectivos, conformados por mercenarios colombianos y sudafricanos, para sofocar cualquier intento de revolución social que pueda sucederse en el Emirato Arabe, como efecto dominó de las revueltas árabes.
La compañía de seguridad Blackwater cuenta entre sus filas con empleados que enfrentan cargos penales por asesinato de civiles en Irak. Esto sucedió a raíz de la colaboración de la empresa con el ejército norteamericano durante la invasión al país del golfo en 2001. Sin embargo, las hábiles maniobras de su fundador, Erik Prince, lograron escapar del control y la persecución judicial al vender la empresa, que pasó a llamarse Xe, y ahora parece ver un nuevo potencial de negocio en Abu Dhabi, debido a su amistad con el jeque Mohammed.
El acuerdo para este ejército secreto sería de 529 millones de dólares, y si bien Erik Prince no figuraría en contratos y documentos, sería un hecho que es quien se encuentra atrás de este proyecto. Según los documentos recabados por The New York Times, el gobierno de Abu Dhabi accedió a proveer artillería y equipamiento a la fuerza paramilitar, ya sea desde fusiles M-16 a morteros, cuchillos Leatherman y camionetas Land Rover.
En el emirato árabe, los dirigentes sunnitas le temen al descontento popular expresado en la “Primavera Arabe”, además de una posible amenaza del Irán chiíta. El jeque Mohammed bin Said, verdadero líder de Emiratos Arabes Unidos, tiene poca confianza en las fuerzas regulares de sus propios Estados. Será por eso que la nueva fuerza paramilitar no tendrá integrantes musulmanes entre sus filas. Los reclutas serán colombianos y sudafricanos, y algunos ya fueron puestos en aviones hacia Abu Dhabi, para un reconocimiento del terreno. Los reclutas colombianos fueron contratados por su gran experiencia en un país calificado de conflictivo como el caribeño.
Según consigna el diario The New York Times, el millonario fundador de la firma de seguridad estadounidense Blackwater, Erik Prince, llegó a un acuerdo con el jeque para formar una fuerza paramilitar de 800 efectivos, conformados por mercenarios colombianos y sudafricanos, para sofocar cualquier intento de revolución social que pueda sucederse en el Emirato Arabe, como efecto dominó de las revueltas árabes.
La compañía de seguridad Blackwater cuenta entre sus filas con empleados que enfrentan cargos penales por asesinato de civiles en Irak. Esto sucedió a raíz de la colaboración de la empresa con el ejército norteamericano durante la invasión al país del golfo en 2001. Sin embargo, las hábiles maniobras de su fundador, Erik Prince, lograron escapar del control y la persecución judicial al vender la empresa, que pasó a llamarse Xe, y ahora parece ver un nuevo potencial de negocio en Abu Dhabi, debido a su amistad con el jeque Mohammed.
El acuerdo para este ejército secreto sería de 529 millones de dólares, y si bien Erik Prince no figuraría en contratos y documentos, sería un hecho que es quien se encuentra atrás de este proyecto. Según los documentos recabados por The New York Times, el gobierno de Abu Dhabi accedió a proveer artillería y equipamiento a la fuerza paramilitar, ya sea desde fusiles M-16 a morteros, cuchillos Leatherman y camionetas Land Rover.
En el emirato árabe, los dirigentes sunnitas le temen al descontento popular expresado en la “Primavera Arabe”, además de una posible amenaza del Irán chiíta. El jeque Mohammed bin Said, verdadero líder de Emiratos Arabes Unidos, tiene poca confianza en las fuerzas regulares de sus propios Estados. Será por eso que la nueva fuerza paramilitar no tendrá integrantes musulmanes entre sus filas. Los reclutas serán colombianos y sudafricanos, y algunos ya fueron puestos en aviones hacia Abu Dhabi, para un reconocimiento del terreno. Los reclutas colombianos fueron contratados por su gran experiencia en un país calificado de conflictivo como el caribeño.
Los mercenarios serán entrenados por soldados retirados de nacionalidad estadounidense, francesa, británica y alemana. El ejército secreto realizará acciones de comando en el exterior e interior del país, protegerá oleoductos y rascacielos de ataques terroristas, y reprimirá revueltas de ciudadanos e inmigrantes. También se encontrará a disposición ante un eventual conflicto con Irán. Esta fuerza paramilitar estará estacionada en una parte separada y oculta del campamento militar de los Emiratos Arabes Unidos, en la ciudad de Zayed, en medio del desierto a las afueras de Abu Dhabi.
Con respecto a la legalidad de esta fuerza, la legislación estadounidense es clara. La ley federal prohíbe a ciudadanos norteamericanos entrenar fuerzas extranjeras, a menos que cuenten con una licencia del Departamento de Estado. Mark Toner, vocero de esa cartera, no confirmó si la compañía de Erik Prince obtuvo dicha licencia, pero afirmó que el Departamento de Estado lleva a cabo una investigación para dilucidar si esas acciones violaban o no las normativas de Estados Unidos.
Con respecto a la legalidad de esta fuerza, la legislación estadounidense es clara. La ley federal prohíbe a ciudadanos norteamericanos entrenar fuerzas extranjeras, a menos que cuenten con una licencia del Departamento de Estado. Mark Toner, vocero de esa cartera, no confirmó si la compañía de Erik Prince obtuvo dicha licencia, pero afirmó que el Departamento de Estado lleva a cabo una investigación para dilucidar si esas acciones violaban o no las normativas de Estados Unidos.
Mark Toner señaló que Blackwater pagó 42 millones de dólares de multa el año pasado, por entrenar tropas extranjeras en Jordania y otros países. El embajador de Emiratos Arabes en Washington, Yousef al Otaiba, se negó a hacer declaraciones, al igual que un vocero de Erik Prince. “Los países del Golfo, y concretamente los Emiratos Arabes Unidos, no tienen mucha experiencia militar. Tendría sentido que hubieran buscado ayuda en el exterior para mejorar este aspecto”, aseguró un vocero de la administración Obama con conocimiento de este proyecto.
Los Emiratos Arabes Unidos son un aliado clave de Washington en el Golfo Pérsico, y ya comenzaron a reaccionar ante las revoluciones en los países musulmanes. Las autoridades clausuraron la Junta de Directores electa de la Asociación de Maestros. Esta medida fue adoptada luego de que fuera disuelta la Asociación de Juristas.
Los Emiratos Arabes Unidos son un aliado clave de Washington en el Golfo Pérsico, y ya comenzaron a reaccionar ante las revoluciones en los países musulmanes. Las autoridades clausuraron la Junta de Directores electa de la Asociación de Maestros. Esta medida fue adoptada luego de que fuera disuelta la Asociación de Juristas.
En un intento por tranquilizar a Emiratos Arabes y otros países del Golfo ante la “Primavera Arabe”, el jefe de Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mike Mullen, había viajado a Qatar, Arabia Saudita y al Emirato para pedir que se resuelva cualquier conflicto de forma pacífica. En abril, el heredero de la corona , Bin Said, fue recibido en Washington por Barack Obama en la Casa Blanca.
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