José Rafael Revenga
Una de las situaciones más explosivas en la secuela inimaginable de rebeliones civiles desatadas en el Norte de África y en el Medio Oriente a partir del 17.12.2010 es la correspondiente al pequeño islote de Bahréin. Con solo unos 720 km cuadrados de superficie, 800 mil pobladores y situada en el Golfo Arabigo sobre la costa oriental de Arabia Saudí y frente a las costas de Irán, Bahréin se ha convertido en la amenaza más directa a la estabilidad convencional del Medio Oriente y en particular a la de Arabia Saudí.
Si bien, el mundo occidental democrático ha compartido y facilitado la eclosión de las esperanzas populares de libertad y apertura de oportunidades frente a regímenes dictatoriales en Túnez, Egipto y Libia, la postura frente a acontecimientos similares en Bahréin presenta un caso anómalo.
A partir del 14 de febrero -un mes después de la renuncia y exilio del presidente Ben Alí en Túnez y coincidiendo con la remoción del presidente Mubarak en Egipto- centenares de ciudadanos deciden acampar en la plaza Pearl en Manama, capital de Bahrein en una demostración pacífica. De inmediato, miles de personas se concentran en la plaza, montan una ciudadela de carpas y tiendas de campaña y proceden a protestar públicamente frente a una monarquía dinástica cuya vigencia se remonta a unos 230 años.
Las exigencias por mayores libertades se suman al reclamo, suprimido desde larga data, por un acceso más representativo a las posiciones de mando en el gobierno y a las oportunidades reales de progreso económico concentradas exclusivamente en la facción de los sunnis a pesar de que estos representan el 30% de la población total.
Sin embargo,la inédita beligerancia pública de los chiís ha encontrado apoyo en muchos ciudadanos sunnis y especialmente en los jóvenes. Por lo tanto, hay que evitar caer en el reduccionismo interpretativo que la dinámica de protestas en Bahréin obedece únicamente a rivalidades religiosas.
Ahora, está claro que una vez en curso, los acontecimientos actuales y potenciales, sí se insertan en el tablero compartido por sunnis y chiís en el Medio Oriente. Así Irán y Arabia Saudita, -el primero predominantemente chií y el segundo con un gobierno netamente dominado por los sunnis- se veran enfrentados diametralmente a raíz de los sucesos en Bahréin.
Este antagonismo siempre latente ha emergido a la superficie en las últimas semanas: la monarquía saudí ha acusado a Irán de fomentar las protestas públicas en Bahrein con la finalidad de derrocar a una monarquía sunní en lo que de hecho es un protectorado saudí y a la vez, incentivar la población minoritaria chií concentrada en la provincia oriental de Arabia Saudí y especialmente alrededor de la ciudad de Qafti a fin de derrocar al régimen del rey Abdullah.
Están en juego el control religioso del mundo árabe, la postura frente a Israel, la facilitación de bases para el terrorismo internacional y la mano sobre el grifo de la mayor parte de la producción petrolera de la OPEP.
Arabia Saudí, al sentirse directamente amenazada, ha optado por una línea de mázima dureza. El 14 de marzo procede a invadir Bahrein con una larga columna de tanques y unos 1000 efectivos militares acompañados por una fuerza policial especializada de unas 500 personas aportada por los Emiratos Árabes. La ayuda cuenta con la bendición del Consejo de Cooperación del Golfo quienes adoptan la decisión de aplacar a la fuerza las manifestaciones en Bahrein. Dos días más tarde, los militares abren fuego a fin de desalojar a los manifestantes en la plaza Pear causando numerosas bajas entre los civiles desarmados.
La naturaleza de las protestas en Bahréin se ha limitado a enfrentamientos entre civiles desarmados y los militares. No se ha dado, como en el caso de Libia, una guerra civil de facto. Esta diferencia no aminora el grado de conflictividad presente ni la represión puesta en marcha por la monarquía de la familia al-Khalifa obedeciendo directrices saudís.En Manama hay decenas de víctimas y centenares de heridos.
LOS TANQUES SAUDITAS INVADEN A BAHRÉIN PARA EXTINGUIR LAS PROTESTAS
REPRESIÓN EN BAHREIN
La Plaza Pearl en el centro de Manama, Bahréin fue demolida por las autoridades a mediados de marzo para suprimir su carácter simbólico como territorio tomado por los disidentes.
02.04 La autoridad que vela por los "asuntos informativos" en el reinado de Bahréin prohibió la circulación del diario Al-Wasat. La medida fue rescindida dos días después cuando los dueños despidieron a tres personas responsables por la línea editorial.
11.04 El fiscal general de Bahréin informa que el fundador y editor-en-jefe- del principal diario opositor -al Wasat- asi como dos editores asociados serán acusados de "publicar informaciones fabricadas e historias inventadas".
12.04 La hija de Abdulhadi al Khawaja, director del Centro de Derechos Humanos de Bahréin, inicia una huelga de hambre en protesta por el encarcelamiento de su padre. El miércoles 20 suspende la huelga de hanbre a fin de poder hacer sentir su voz en defensa de los pedimentos de los manifestantes. Su padre sigue preso.
15.04 El gobierno suspende su decisión de ilegalizar a los dos principales partidos políticos representantes de la mayoría chií debido a presiones de Washington. Los dos grupos fueron acusados de violar la constitución y de "dañar la paz social y la unidad nacional".
17.04 Se ordena la destrucción de mezquitas y de casas de religión en Karzakan and Salmabad.
BAHRÉIN: EL RESORT DEL MEDIO ORIENTE ABANDONADO (CNN 11.04)
PROTESTAS EN ARABIA SAUDÍ
Centenares de personas protestan en Yida por fallos en la infraestructura a causa de inundaciones. (29.01)
Varios miles de efectivos de las fuerzas de seguridad son enviados al noreste para aplacar manifestaciones en Qatif y al-Awamiyah. También hay manifestaciones en Riad y Hofuf el 04.03
Durante 3 semanas, hasta el 01.04, se mantienen protestas alrededor de Qatif en la Provincia Oriental a favor de la liberación de prisioneros políticos y el retiro de los militares sauditas de Bahréin.
Organizadores de las protestas formulan una petición dirigida al Rey Abdullah para que inicie un proceso electoral que designe una asamblea con caráter consultivo y sustituya al Consejo de Estado integrado por 120 miembros designados por el rey. En el país no existen partidos políticos.
Frente a ese cuadro es comprensible que la familia real de Arabia Saudí haya instruído al Rey Hamad y a su hermano el primer ministro de Bahréin de mantener una línea represiva firme para impedir el acceso político a la mayorá chií en la isla por el temor del contagio con tierra firme.
El 19.04 el rey Abdullah declaró:
"La seguridad de Bahréin y Arabia Saudí es indivisible -ya que son dos cuerpos con un alma".
Además, el monarca rechazó cualquier interferencia extanjera y ordenó la destrucción de las mezquitas y casas religiosas en varias ciudades del reino.
El interrogante en la mente de muchos estratégas es: ¿Podrá Arabia Saudí resistir el efecto contagio de las rebeldías en el mundo arabe? Hasta el momento las protestas son de baja intensidad aunque presentes en diferentes ciudades lo cual genera el potencial de que una de ellas se convierta en un catalizador. La respuesta del rey ha sido la de organizar elecciones a corto plazo para la mitad de los puestos en los consejos municipales. Esto seguramente es poco satisfactorio pues las mujers siguen sin tener el derecho al voto.
Además, hay otros significativos factores de exclusión: todo el alto tren ejecutivo esta integrado por príncipes de la casa Saud y la tasa de desocupación en los jóvenes entre 20 y 24 años es superior al 40%. Los 6.000 príncipes que configuran la Casa Real no tienen ese problema. El rey Abdullah instrumenta una estrategia de distribución de cuantiosos beneficios sociales por el orden de $130.000 millones de los cuales $58 mil millones están adjudicados a planes de educación, salud y vivienda. Además, $35.000 millones han sido asignados como compensaciones salariales a los pobladores de Bahréin. A la vez, el rey ha autorizado incorporar a 60.000 efectivos adicionales en las fuerzas de seguridad. ¿El pronóstico? Estable pero con una alta dósis de incertidumbre debido al desenlace potencialmente engorroso de la situación en Bahréin y el activismo desestabilizador de Irán.
El canciller de Bahréin dijó hace pocos días:
"Nunca hemos visto una campaña tan sostenida por parte de Irán en cuanto a Bahréin y el golfo como hemos presenciado durante los dos últimos meses. Usualmente es de corta duración y luego cesan. Esta vez es diferente".
"Hemos dirigido una carta al secretario general de las Naciones Unidas y a ella hemos anexado un documento completo sobre las amenazas y toda la evidencia que tenemos en contra de Irán y Hezbolá":
La estrategia de Irán se ha dividido en tres dimensiones: la tradicional que se refiere a Israel como un blanco por aniquilar; aquella mediante la cual pretende convertirse en un poder con capacidad nuclear y la activada recientemente que busca socavar las estructuras monarquicas de sus enemigos vía la sublevación de chiís como mayoría marginada. Hay que tener en cuenta que Irán siempre ha reclamado el territorio del islote de Bahréin como suyo y ocupa tres pequeñas islas en el centro del golfo Arábigo. Todo esto en función de controlar el paso de los tanqueros por el estrecho de Ormuz.
LOS ESTADOS UNIDOS ENFRENTAN UN DILEMA
Los Estados Unidos se encuentran en un dilema: defensa y promoción de los derechos humanos en Libia y Siria mientras que en el caso de Bahrein y Arabia Saudí solo aconsejan prudencia. Los actos violentos en Siria son calificados como "aborrecibles" mientras que la indicación para los gobernantes de Bahréin es que actúen con mesura. En verdad, el rey Abdullah de Arabia Saudí ha manifestado su profunda incomodidad por el repentino retiro del apoyo estadounidense al presidente Mubarak de Egipto quien había sido su consecuente aliado por más de 30 años.
La secretaria de estado Hillary Clinton trato de reconciliar la evidente incoherencia en la ocasión de participar en el importante encuentro "U.S.-Islamic World Forum" que tuvo lugar del 12 al 14.04 en Washington.
En relación a Bahréin, la señora Clinton hilvanó unas frases propias de una diplomacia todavía sin cuajar:
"Hemos dejado claro que las respuestas basadas en la seguridad no pueden resolver los desafíos que enfrenta Bahréin. La violencia no es ni puede ser la solución. Lo es un proceso político. Hemos llevado nuestras preocupaciones en torno a las medidas actuales directamente a los oficiales de Bahréin y continuaremos haciéndolo".
En cuanto a Siria:
"Y como el presidente Obama ha dicho, nosotros condenamos fuertemente la violencia aborrecible en contra de manifestantes pacíficos por parte del gobierno sirio durante las últimas semanas. El presidente Assad y el gobierno sirio deben respetar los derechos universales del pueblo sirio quien con razón exige las libertades básicas que le han sido negadas".
La conclusión operacional a corto plazo es que Bahréin y Arabia Saudí intentarán aplicar una formula mixta de gasto social y represión firme. El vaticinio se resume en una equilibrio propenso a la inestabilidad generada por las amenazas reales del terrorismo internacional y la psicosis parcialmente justificada de que Irán ha activado sus "operaciones negras" en Kuwait, Bahréin y en la propia Arabia Saudí.
LA ESTRATEGIA DEL PENTÁGONO
El Departamento de Defensa ha conceptualizado la estrategia a seguir en función de la turbulencia de la región como una de dos pistas: 1) articulación repetitiva de los principios básicos de los derechos humanos incluyendo "la absoluta obligación de ambas partes -fuerzas de seguridad y manifestantes- de no caer en la violencia y 2) la ruta hacia las reformas y el tempo de las mismas varía en cada caso:
"lo que es posible, lo que es realista, lo que la oposición pide, lo que cae dentro de lo concebible. En muchos de estos casos, realmente es un enfoque evolucionario opuesto a uno revolucionario el que puede ser el más apropiado".
LOS ESTADOS UNIDOS ENFRENTAN UN DILEMA
Los Estados Unidos se encuentran en un dilema: defensa y promoción de los derechos humanos en Libia y Siria mientras que en el caso de Bahrein y Arabia Saudí solo aconsejan prudencia. Los actos violentos en Siria son calificados como "aborrecibles" mientras que la indicación para los gobernantes de Bahréin es que actúen con mesura. En verdad, el rey Abdullah de Arabia Saudí ha manifestado su profunda incomodidad por el repentino retiro del apoyo estadounidense al presidente Mubarak de Egipto quien había sido su consecuente aliado por más de 30 años.
La secretaria de estado Hillary Clinton trato de reconciliar la evidente incoherencia en la ocasión de participar en el importante encuentro "U.S.-Islamic World Forum" que tuvo lugar del 12 al 14.04 en Washington.
En relación a Bahréin, la señora Clinton hilvanó unas frases propias de una diplomacia todavía sin cuajar:
"Hemos dejado claro que las respuestas basadas en la seguridad no pueden resolver los desafíos que enfrenta Bahréin. La violencia no es ni puede ser la solución. Lo es un proceso político. Hemos llevado nuestras preocupaciones en torno a las medidas actuales directamente a los oficiales de Bahréin y continuaremos haciéndolo".
En cuanto a Siria:
"Y como el presidente Obama ha dicho, nosotros condenamos fuertemente la violencia aborrecible en contra de manifestantes pacíficos por parte del gobierno sirio durante las últimas semanas. El presidente Assad y el gobierno sirio deben respetar los derechos universales del pueblo sirio quien con razón exige las libertades básicas que le han sido negadas".
La conclusión operacional a corto plazo es que Bahréin y Arabia Saudí intentarán aplicar una formula mixta de gasto social y represión firme. El vaticinio se resume en una equilibrio propenso a la inestabilidad generada por las amenazas reales del terrorismo internacional y la psicosis parcialmente justificada de que Irán ha activado sus "operaciones negras" en Kuwait, Bahréin y en la propia Arabia Saudí.
LA ESTRATEGIA DEL PENTÁGONO
El Departamento de Defensa ha conceptualizado la estrategia a seguir en función de la turbulencia de la región como una de dos pistas: 1) articulación repetitiva de los principios básicos de los derechos humanos incluyendo "la absoluta obligación de ambas partes -fuerzas de seguridad y manifestantes- de no caer en la violencia y 2) la ruta hacia las reformas y el tempo de las mismas varía en cada caso:
"lo que es posible, lo que es realista, lo que la oposición pide, lo que cae dentro de lo concebible. En muchos de estos casos, realmente es un enfoque evolucionario opuesto a uno revolucionario el que puede ser el más apropiado".
En la práctica semejante formulación es una petición de principio la cual obliga a estar a la zaga de los acontecimientos. Si algo caracteriza la dinámica de los últimos 4 meses en el norte de África es la aceleración súbita de los eventos combinada con un status quo militarizado como en Libia o un vaivén entre represión y protestas como en el caso de Siria y Bahrein. El único caso en que se ha ejercido un control relativamente programado sobre los cambios es Egipto.
EL CONFLICTO POR VENIR: ARABIA SAUDÍ vs IRÁN
El ambiente de amenazas ("threat environment") en la región es tan impredecible como peligroso. Algunos hablan de una "nueva guerra fría" pero olvidan que en el desierto del Medio Oriente no existe esa forma de conflicto. Irán no se queda tranquila y ha decidido que es la oportunidad para expandir su influencia en la región. Su titán rival: nada menos que Arabia Saudí. Como dijo un vocero del Departamento de Defensa USA: "todos nuestros ojos están puestos sobre Irán".
Las consecuencias de dicha confrontación son innumerables. Por una parte, Irán acelerará sus planes de contar con un arsenal nuclear, tratará de incitar al nuevo parlamento egipcio a virar a una posición menos neutral en cuanto a la existencia de Israel, generará incidentes militares en el Golfo Arábigo para demostrar su capacidad naval misilística y eventualmente enfrentar a Arabia Saudí.
Es lógico considerar que Arabia Saudí no va a permanecer inerte: las seis naciones que integran el Consejo de Cooperación del Golfo ( Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Omán) acordaron desarrollar políticas de seguridad comunes y un pacto de defensa estilo OTAN o "Confederación del Golfo". Ya han dirigido una comunicación a Irán en esos términos.
Es probable que Arabia Saudí decida desarrollar su propia capacidad nuclear ofensiva. Un comentario del príncipe Turki al Faisal, ex-jefe de inteligencia durante un cuarto de siglo y actual presidente de la junta directiva del Centro del Rey Faisal para la Investigación y Estudios Islámicos pronunciado en Abu Dabi el 21.03 l anuncia el nuevo criterio: "Debemos ser efectivos en relación a los principales asuntos internacionales e impedir que otros nos dicten las opciones".
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, juega con astucia su carta para aumentar su radio de influencia y se propone como mediador entre los sunnis y los chiís el pasado 18.04, día del ejército irani. A la vez, acusa a USA de animar el conflicto entre las dos interpretaciones del Islam.
La estrategia de Irán cuadra con su objetivo de establecer relaciones con Egipto, de hecho suspendidas desde 1969. El 09.04 el jefe del consejo militar egipcio, mariscal de campo Tantawi, le dio luz verde a la iniciativa irani: " Irán es una nación islámica y no es enemiga de Egipto".
El asesor principal del presidente Obama para la seguridad nacional, Tom Donilon, emprendió viaje a Riad para reunirse con el rey y hacerle entrega de una carta del presidente Obama cinco días después que lo visitara el secretario de defensa Robert Gates. La monarquía saudita está particularmente alarmada por la falta de apoyo por parte de USA al entonces presidente Mubarak de Egipto, un aliado por 30 años. También incide muy negativamente la decisión de USA de retirarse de la ofensiva aérea de la OTAN contra Gadafi mientras que Qatar y los Emiratos han facilitado aviones Mirage y F-16s respectivamente.
Arabia Saudí anunció la ampliación de su contrato de compras inicialmente por $60.000 millones para la adquisición de 85 aviones F-15S y la modernización de 70 aparatos similares. Seguramente influyó en la decisión saudí la declaración del general iraní Yahya Rahim Safavi a raíz de la invasión de tropas sauditas a Bahréin:
"La presencia y la actitud de Arabia Saudí establece un precedente incorrecto para eventos similares en el futuro y Arabia Saudí debe considerar el hecho de que algún día el mismo acontecimiento puede tener lugar en su territorio y que ella puede ser invadida por esa misma excusa".
La situación corre el riesgo de ponerse al rojo vivo por cualquier incidente marítimo en el Golfo. Un alto oficial iraní profirió la siguiente amenaza el 20.04: Irán e Iraq deberían formularle a Arabia Saudí un ultimátum para el retiro de sus fuerzas militares de Bahréin. De no hacerlo, ambos países pueden inspeccionar los cargamentos de armas dirigidos a Arabia Saudí los cuales están obligado a navegar por el estrecho de Ormuz. De tal manera, se impediría el tránsito de armas destinadas a suprimir al pueblo de Bahréin.
El 14.04 el secretario de defensa USA en ocasión de la inauguración de la Biblioteca Nacional en honor del estudio de George Washington ubicada en Mount Vernon, Virginia formuló lo que eventualmente pudiera llegar a conocerse como "la doctrina Obama" en política internacional:
"Un tema fundamental de la historia estadounidense que se remonta a Washington es que nosotros estamos obligados a defender nuestra seguridad y nuestros intereses en manera que a largo plazo conduzcan a valores e instituciones democráticas... Cuando planteamos abiertamente nuestro deseo que los valores democráticos queden enraizados a lo largo del globo, estamos describiendo un mundo que puede estar largos años o décadas en el futuro".
El asesor principal del presidente Obama para la seguridad nacional, Tom Donilon, emprendió viaje a Riad para reunirse con el rey y hacerle entrega de una carta del presidente Obama cinco días después que lo visitara el secretario de defensa Robert Gates. La monarquía saudita está particularmente alarmada por la falta de apoyo por parte de USA al entonces presidente Mubarak de Egipto, un aliado por 30 años. También incide muy negativamente la decisión de USA de retirarse de la ofensiva aérea de la OTAN contra Gadafi mientras que Qatar y los Emiratos han facilitado aviones Mirage y F-16s respectivamente.
Arabia Saudí anunció la ampliación de su contrato de compras inicialmente por $60.000 millones para la adquisición de 85 aviones F-15S y la modernización de 70 aparatos similares. Seguramente influyó en la decisión saudí la declaración del general iraní Yahya Rahim Safavi a raíz de la invasión de tropas sauditas a Bahréin:
"La presencia y la actitud de Arabia Saudí establece un precedente incorrecto para eventos similares en el futuro y Arabia Saudí debe considerar el hecho de que algún día el mismo acontecimiento puede tener lugar en su territorio y que ella puede ser invadida por esa misma excusa".
La situación corre el riesgo de ponerse al rojo vivo por cualquier incidente marítimo en el Golfo. Un alto oficial iraní profirió la siguiente amenaza el 20.04: Irán e Iraq deberían formularle a Arabia Saudí un ultimátum para el retiro de sus fuerzas militares de Bahréin. De no hacerlo, ambos países pueden inspeccionar los cargamentos de armas dirigidos a Arabia Saudí los cuales están obligado a navegar por el estrecho de Ormuz. De tal manera, se impediría el tránsito de armas destinadas a suprimir al pueblo de Bahréin.
El 14.04 el secretario de defensa USA en ocasión de la inauguración de la Biblioteca Nacional en honor del estudio de George Washington ubicada en Mount Vernon, Virginia formuló lo que eventualmente pudiera llegar a conocerse como "la doctrina Obama" en política internacional:
"Un tema fundamental de la historia estadounidense que se remonta a Washington es que nosotros estamos obligados a defender nuestra seguridad y nuestros intereses en manera que a largo plazo conduzcan a valores e instituciones democráticas... Cuando planteamos abiertamente nuestro deseo que los valores democráticos queden enraizados a lo largo del globo, estamos describiendo un mundo que puede estar largos años o décadas en el futuro".
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