lunes, 11 de abril de 2011

Ecuador en ruta de mafia

LA HORA.COM.EC

La anunciada muerte hace un mes del ‘padrino’ de las FARC, como se conocía a Olidem Rommel Solarte Cerón, destapó nuevamente lo que ya se sabía: luego de incursionar en varios países, los cárteles de la droga están utilizando ahora a Ecuador como centro de acopio y reexportación.


Las temibles organizaciones mexicanas del Golfo y de Sinaloa, aliados con paramilitares y guerrilleros, le están ganando la guerra a sus pares colombianos y manejan ahora el multimillonario negocio desde la selva ecuatoriana.


En otras palabras, las acciones de la guerrilla continúan desbordando las fronteras y amenazando la seguridad de la región. Solo que ya no lo hacen por ideología política, sino por el dinero que produce el narcotráfico.


Y Ecuador, por su vecindad con Colombia, sigue siendo el más susceptible de todos los países. Solarte era el hombre clave en estos asuntos. Prácticamente en todos los 720 kilómetros de frontera limítrofe hay problemas de presencia de grupos armados, incursiones, redes financieras, abastecimiento, cultivos de coca y relaciones políticas.


Poblaciones como Nueva Loja, General Farfán, Puerto Nuevo, Puerto Mestanza, El Conejo, San José de Bella Flor, La Bermeja, Nueva Santa Rosa, La Bonita, San Miguel y Puerto El Carmen, en la provincia de Sucumbíos que limita con el Putumayo, son utilizadas por miembros de las FARC, vestidos de civil, para buscar descanso, vituallas o refugio ante el asedio de los militares colombianos. En esa región, Solarte era o, como en la canción, sigue siendo el rey.


Secreto a voces

A varios de estos lugares llega la base de cocaína procedente del Putumayo y el Caquetá para transformarla en clorhidrato de cocaína. Hasta hace pocos días era un secreto a voces que por Nueva Loja y localidades adyacentes como La Pinta y Puerto Nuevo -donde tenía su casa- se paseaba como Pedro por su casa Solarte Cerón, alias ‘Oliver’ o ‘El Ingeniero’, uno de los dos jefes de finanzas del Bloque Sur y negociador de los embarques de cocaína entre las FARC y los carteles mexicanos de la droga.


“Aquí la única ley somos nosotros”, se comenta que aseguraba desafiante este hombre, uno de los más ricos de la región y quien organizaba el acopio de cocaína y armas para enviar los cargamentos a los rebeldes. Durante los últimos tres años, Solarte incrementó sistemáticamente a sus colaboradores en la mayor parte de la frontera norte ecuatoriana.


Su red incluía a gente de seguridad, informantes, personal de inteligencia, transportistas, sicarios, policías, comerciantes de armas y hasta médicos. Además de manejar el flujo de drogas al mundo exterior, Solarte era el principal contacto de las FARC con algunas autoridades judiciales ecuatorianas.


Así mismo, era quien disponía del dinero para pagar sobornos para liberar a cualquier miembro que fuera capturado o que tuviera problemas con la justicia en Ecuador. “Permanentemente recibía visitas de narcotraficantes nacionales y extranjeros, principalmente ciudadanos mexicanos, centroamericanos, ecuatorianos y brasileños con quienes, luego de la negociación de droga y armamento para las FARC, organizaba suntuosas fiestas”, señala un informe de Inteligencia.


Los negocios

Para llevar a cabo sus grandes movimientos, Solarte y sus colaboradores se aliaron primero con los jefes de los cárteles de Cali y del Norte del Valle, pero luego los abandonaron e incluso los delataron ante las autoridades por lo que importantes capos de esos grupos fueron capturados y extraditados a Estados Unidos, como en el caso de Diego Montoya Sánchez, ‘Don Diego’ considerado el sucesor de Pablo Escobar.


Ahora los mexicanos trabajan apoyados por mafiosos ecuatorianos, así como por las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, y las FARC que operan en la línea fronteriza de la Amazonia. Curiosamente, las dos organizaciones irregulares que se supone son enemigas declaradas, terminaron siendo socias al otro lado de la frontera sur colombiana en la exportación de estupefacientes. Un trabajo que le valió felicitaciones a Solarte por parte del Secretariado de las FARC.


Así era el asunto

De acuerdo con fuentes dignas de entero crédito, el negocio con los cárteles mexicanos lo realizaba Solarte en Ecuador directamente con Jefferson Ostaiza, quien ahora se encuentra en la clandestinidad y al parecer bajo la protección de las FARC.


Los Ostaiza, amigos del subsecretario de Gobierno José Ignacio Chauvín, fueron descubiertos a raíz del operativo policial denominado ‘Huracán de la Frontera’ en septiembre de 2008, luego del decomiso de 4,7 toneladas de clorhidrato de cocaína en San Lorenzo (Esmeraldas). La droga, que era enterrada bajo tierra para evitar que fuera detectada, tenía como destino Estados Unidos, México y Europa.


Días después en otro operativo, se encontraron en la localidad de Jambelí, en la provincia costera de El Oro, fronteriza con Perú, seis toneladas de droga en una piscina de cultivo de camarones. Los Ostaiza, a excepción de Jefferson, están presos por el delito de lavado de activos que hacían en una compañía multinacional de su propiedad.


Sacando tajada

De todos modos, en el negocio liderado por Solarte siguen participando los frentes 48 y 29 de las FARC, así como el Bloque Libertadores del Sur, de las AUC, que operan en los departamentos limítrofes de Putumayo y Nariño. Desde varias partes del territorio ecuatoriano y por numerosas rutas terrestres, fluviales y marítimas transportan la cocaína y la heroína a diversos países y, de paso, sacan una mayor tajada del negocio del narcotráfico.


Las provincias de Sucumbíos, Esmeraldas y Carchi, que limitan con los departamentos colombianos de Putumayo y Nariño, son el escenario para estos negocios. Aparte de los irregulares de las FARC y las AUC, las autoridades ecuatorianas han denunciado la presencia de miembros del grupo denominado ‘Águilas Negras’, en localidades de la zona costera de la frontera, cerca a las poblaciones de Mataje (en Ecuador) y Tumaco (Colombia).


“El hecho es grave y nos pone frente a otro aspecto del problema colombiano que no es solamente la presencia de las FARC, sino la presencia de paramilitares” , afirmó el ministro de Defensa, Javier Ponce, en una entrevista radial.


Otros personajes

Otro de los ‘duros’ en la zona era hasta hace poco ‘Fabián Ramírez’, el alias de José Benito Cabrera Cuevas, dirigente del llamado Comando 14 o Bloque Sur y otro de los “duros de las finanzas, es decir, el segundo, después de Solarte, en manejar la plata de la droga. En noviembre pasado se dijo que ‘Ramírez’ habría muerto en un bombardeo a un campamento subversivo en Caquetá, pero su cadáver no se encontró.


Su paradero es desconocido.


De todos modos, los hombres de Solarte y ‘Ramírez’ se mueven entre los ríos Caguati y Yari, cercanos a la provincia de Sucumbíos y a unas horas del Perú. También permanecen varios días al mes en Puerto Asís. Solarte y ‘Ramírez’ incluso, según las fuentes que suministraron la información a La Hora, tienen residencia en Quito a donde se trasladaban varias veces al año. Freddy Castillo, guerrillero e informante de las FARC, es otro personaje conocido en Sucumbíos.


Hasta hace poco transitaba con toda tranquilidad, pues formaba parte de la Brigada Simón Bolívar, bajo el mando de José Ignacio Chauvín. No han faltado tampoco las visitas a esta región de Francisco Sierra, apodado ‘El Cuy’, de quien se asegura que es proveedor de droga de la insurgencia, cuyos tentáculos se extienden por el río Putumayo hasta los límites con el Perú. Otros involucrados en el negocio son los llamados “camaradas’ ‘Chano’ y ‘Cachi’ quienes tienen a su cargo el transporte de la droga, especialmente a nivel fluvial, así como el reclutamiento de menores.


El nuevo paraíso

Con estos ‘comandantes’ al frente, la mafia mexicana del narcotráfico organiza desde Ecuador los grandes envíos de droga, dejando una parte de ellos en el país, lo que ha elevado el consumo interno. “Aquí se están organizando los grandes envíos de droga. Este incremento también significa que se queda una parte de estas drogas en el país”, señaló un alto funcionario, del Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep).


Añadió que el “fenómeno ha sorprendido a las autoridades internacionales”, obligando a los organismos internos a reajustar su estrategia de lucha. El año pasado, las autoridades ecuatorianas decomisaron un récord de 68 toneladas de droga, de las cuales 64 eran de cocaína. Y descubrieron submarinos artesanales, fabricados ingeniosamente, para el transporte de la droga.


País vulnerable

El Departamento de Estado de EE.UU. señaló en un informe anual sobre la lucha antinarcóticos en la región, que Ecuador es un país “vulnerable” a las mafias. “Ecuador sigue siendo vulnerable al crimen organizado por sus instituciones públicas históricamente débiles y por la corrupción”, estimó el informe.


La droga se traslada por diferentes rutas fluviales y terrestres. Las FARCy los ‘paras’ pagan con cocaína a las autoridades ecuatorianas, que los dejan trabajar tranquilamente. Todo esto lo manejaba Solarte sin problemas porque, como el mismo decía ufanándose, “Ecuador es el nuevo paraíso para nuestros negocios y no va a dejar de serlo en mucho tiempo”.


Un investigador dijo a este diario que los carteles mexicanos tienen contactos con 43 grupos de narcos en Colombia y los que están siendo investigados en Ecuador. “Es claro: ni un kilo proveniente de Colombia, Perú o Ecuador puede ingresar a Estados Unidos sin los mexicanos. Por eso se convirtieron en aliados de los colombianos. Sólo que ahora los peruanos empezaron a procesar la pasta que ellos mismos producen. Y la envían a Ecuador”, señaló.


Identificados los capos y las rutas, las autoridades de Estados Unidos, México, Perú, Colombia y hasta Chile iniciarán en los próximos días una vasta operación encaminada a desbaratar -hasta donde sea posible- a los contactos de los cárteles de Juárez y Sinaloa, señalados de introducir el 40% de la droga que se consume en Estados Unidos. Lo grave es que ahora esas poderosas organizaciones delictivas también están en Ecuador.


Olidem Solarte no ha muerto


A pesar de que el presidente Juan Manuel Santos confirmó la muerte de Olidem Romel Solarte Cerón, alias ‘Oliver Solarte’, en San Miguel (Putumayo), familiares de este aseguran que está vivo. Añadieron que el hombre no fue dado de baja y además pidieron que se aclaren los hechos, ocurridos el 14 de marzo en el sitio denominado Caucana, al margen del río San Miguel (Putumayo), en límites con Sucumbíos. El Gobierno colombiano, no obstante, insiste en decir que sí fue abatido. Pero en algunas poblaciones fronterizas, también hay gente que dice lo contrario: Solarte sigue vivo.

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