martes, 15 de marzo de 2011

El plan secreto de Estados Unidos y Gran Bretaña


Niko Schvarz

El gobierno de EEUU le pidió a Arabia Saudita que entregue armas a los opositores en Benghazi; militares británicos son detenidos en Libia con armas, mapas y explosivos. El jefe de la OTAN renueva sus amenazas contra Kadafi; Rusia y China se oponen decididamente a la invasión.

Enfrentamientos. Tropas leales a Kadafi se enfrentan a los rebeldes en varias zonas. A sí se mueven las piezas en torno al complejo tablero norafricano, donde las maniobras militares se suceden, las ciudades cambian de mano y no se vislumbra una definición precisa del curso inmediato de los acontecimientos. Con el agregado de que también cambia el escenario en Túnez y Egipto ­cuyos pueblos en reclamo de libertad echaron por la borda a sus añejos dictadores Ben Alí y Mubarak­ pero a la vez en Yemen, en Jordania, en Bahréin (sede de la V Flota), en Omán e incluso en Arabia Saudita.

Y a propósito de Arabia Saudita. El periódico londinense The Independent reveló el lunes 7 que el gobierno de Estados Unidos solicitó a Arabia Saudita que suministre armas a los opositores a Kadafi en Benghazi, la segunda ciudad del país, en el este, que sigue en sus manos. Arabia es el único aliado árabe de EEUU y está estratégicamente situada y con capacidad de suministrar armas a los opositores en Libia. El periódico dice que de esa manera EEUU enmascararía su participación directa en la contienda, a pesar de que las armas provienen de dicho país y fueron pagadas en petrodólares contantes y sonantes por la monarquía saudí. Según el informe, los adversarios de Kadafi solicitan cohetes antitanques, morteros y misiles para enfrentar a los bombarderos del gobierno libio.


El corresponsal en Medio Oriente dice que los suministros deberían llegar a Benghazi en las 48 horas siguientes, y entregados en las bases aéreas en Libia o en el propio aeropuerto de Benghazi. Agrega dos precisiones fundamentales: que militares de EEUU dejaron claro que establecer una zona de esta naturaleza requiere ataques aéreos de su aviación contra Libia, y que durante varios días aviones de vigilancia Awacs de EEUU han estado volando alrededor de Libia, manteniéndose en contacto con el control de tránsito aéreo de la isla de Malta para conocer todos los detalles de vuelo de los aviones procedentes de Libia. Sugestivamente se dice que este operativo responde al esquema de Bahía de Cochinos.

El pasado viernes en la madrugada llegó subrepticiamente en helicóptero una supuesta misión diplomática británica de 8 integrantes a Libia, desembarcando en las afueras de Benghazi, sin autorización ni documento alguno. Pero en realidad eran siete oficiales del Servicio Especial Aéreo (SAS), fuerzas especiales del Ejército británico, y un agente secreto del servicio de espionaje M16, portando todos ellos armas, mapas y explosivos. De inmediato fueron rodeados por milicianos rebeldes. Alegaron que estaban desarmados, pero se comprobó que era falso y sus armas fueron confiscadas, yendo a parar esposados a un cuartel en Benghazi. Intervino el embajador británico en Libia, Richard Northern, que al parecer tiene buenas relaciones con los insurrectos, y pidió hablar con ellos. Lo hizo con un portavoz del ex ministro de Justicia Mustafá Andel Jalil, que se pasó a la oposición, pero la conversación fue interceptada y retransmitida por la TV estatal, en manos del gobierno. El bochorno fue total. El embajador pidió disculpas, dijo que se trataba de un "malentendido".


El canciller tory William Hague tuvo que dar la cara ante el Parlamento y disculparse a su vez por el fiasco de la presunta misión diplomática a Libia escoltada por las fuerzas especiales de los servicios de inteligencia. Finalmente, el domingo por la tarde atracó en el puerto de Benghazi el HMS Cumberland y se llevó a los espías a Malta, que es la actual base de operaciones de la nave y que complementa a los portaaviones, buques de guerra y helicópteros yankis destacados en la zona.

En el Consejo de Seguridad de la ONU está circulando un borrador propuesto por EEUU, Gran Bretaña y Rusia que bajo forma de establecer una zona de exclusión aérea plantea de hecho una intervención militar en Libia, lo cual fue reafirmado por el secretario general de la OTAN, Fogh Rasmussen, en reiteradas amenazas contra el régimen libio. Rusia y China se oponen de plano a este planteo, que por lo tanto es inviable en el Consejo.


El canciller libio Moussa Koussa dijo que EEUU lidera una conspiración internacional contra Libia, uno de cuyos objetivos sería la partición del país. El canciller Serguei Lavrov explicitó el lunes la posición de Rusia contra toda injerencia militar extranjera en Libia. "No consideramos la injerencia extranjera, en especial militar, como un medio para resolver la crisis en Libia. Los propios libios deben resolver sus problemas", manifestó.

A todo esto, y ante los peligros renovados, crece en el mundo la aspiración de no intervención en Libia. Ya mencionamos la toma de posición de los países del ALBA, que será seguida esta semana por la reunión de los cancilleres de Unasur. Un documento de gran interés en ese sentido es un "Llamado franco-árabe contra la injerencia en Libia", que analiza el caso en todos sus pormenores, en el marco del proceso de independencia de los países árabes.

No hay comentarios: