Rogelio Nuñez Castellano
La abrumadora victoria de Juan Manuel Santos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia y su previsible triunfo en las segunda el 20 de junio permiten empezar a analizar cuál puede ser el efecto que tenga sobre la región el triunfo del heredero del legado de Álvaro Uribe.
En primer lugar, la probable llegada de Santos al Palacio de Nariño refuerza y consolida la tendencia centroderechista que experimenta la región tras la victoria de Sebastián Piñera en Chile. Una tendencia que podría ir in crescendo si José Serra gana los comicios de octubre en Brasil y Luis Castañeda Lossio en Perú ya en 2011.
La abrumadora victoria de Juan Manuel Santos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia y su previsible triunfo en las segunda el 20 de junio permiten empezar a analizar cuál puede ser el efecto que tenga sobre la región el triunfo del heredero del legado de Álvaro Uribe.
En primer lugar, la probable llegada de Santos al Palacio de Nariño refuerza y consolida la tendencia centroderechista que experimenta la región tras la victoria de Sebastián Piñera en Chile. Una tendencia que podría ir in crescendo si José Serra gana los comicios de octubre en Brasil y Luis Castañeda Lossio en Perú ya en 2011.
No es que la región viva ahora "un giro a la derecha" (las victorias de José Mujica en Uruguay, la reelección de Rafael Correa y Evo Morales o el triunfo del PLD en las legislativas de la República Dominicana demuestran que la región es más compleja y variada), pero sí es cierto que la tendencia derechista ha ganado terreno frente a las predominantes, hasta ahora, corrientes de izquierda moderada e izquierda radical.
Para muchos analistas el triunfo de Santos supone la conformación de un eje Santiago-Bogotá que podría verse reforzado según lo que ocurra en Brasil y Perú. No en vano Santos es heredero del legado político y económico de Uribe y el actual candidato oficialista colombiano defendió en los años 90 las reformas "neoliberales" chilenas: "allí (en Chile) tuve mi primer contacto con José Piñera.
Para muchos analistas el triunfo de Santos supone la conformación de un eje Santiago-Bogotá que podría verse reforzado según lo que ocurra en Brasil y Perú. No en vano Santos es heredero del legado político y económico de Uribe y el actual candidato oficialista colombiano defendió en los años 90 las reformas "neoliberales" chilenas: "allí (en Chile) tuve mi primer contacto con José Piñera.
Me impresionó su recuento sobre la reforma previsional en Chile. Me gustó la lógica de sus planteamientos para enfrentar el problema de la deuda pensional, el cual apenas se empezaba a discutir en Colombia, y eso casi exclusivamente en los medios académicos. Pero sobre todo me llamó la atención la contundencia de los resultados de la reforma chilena que presentó José Piñera". Incluso, su proyecto de liderar un gobierno de unidad nacional recuerda a lo hecho en Chile por Sebastián Piñera.
En segundo lugar, la Colombia de Santos augura nuevas tensiones con Hugo Chávez y dificultades, al menos a medio plazo, con Rafael Correa en Ecuador. Santos es la bestia negra para ambos gobiernos pues como ministro de defensa ordenó en 2008 el bombardeo del campamento de las Farc en territorio ecuatoriano. Además, como periodista en los años 90 Santos fue un crítico del chavismo y todo indica que reforzará la colaboración y vinculación con Estados Unidos.
En segundo lugar, la Colombia de Santos augura nuevas tensiones con Hugo Chávez y dificultades, al menos a medio plazo, con Rafael Correa en Ecuador. Santos es la bestia negra para ambos gobiernos pues como ministro de defensa ordenó en 2008 el bombardeo del campamento de las Farc en territorio ecuatoriano. Además, como periodista en los años 90 Santos fue un crítico del chavismo y todo indica que reforzará la colaboración y vinculación con Estados Unidos.
Chávez recurre siempre para sustentar su retórica a un enemigo externo (Bush u Obama o Uribe y Santos) por lo que el presidente venezolano no dudará en atizar los diferendos cada vez que haya problemas internos en su país (la crisis económica tiende a gravarse por la espiral de inflación más recesión en la que se vive) o procesos electorales (en septiembre hay comicios legislativos donde se prevé una victoria chavista con un importante avance opositor). Poco importa que Santos llegue con propósitos de acercamiento a Chávez ya que éste podrá abrir la mano en los temas comerciales pero nunca en los político-ideológicos.
Chávez necesita la permanente movilización de sus seguidores en pos de un enemigo común (EE.UU.), cuanto más cercano (Colombia) más útil para sus propósitos. Además, Santos es un convencido de que Colombia debe empezar a rearmarse no sólo para afrontar el conflicto con las Farc, algo que ya hace este país desde hace años, sino para prepararse ante posibles ataques externos, léase Venezuela.
Chávez necesita la permanente movilización de sus seguidores en pos de un enemigo común (EE.UU.), cuanto más cercano (Colombia) más útil para sus propósitos. Además, Santos es un convencido de que Colombia debe empezar a rearmarse no sólo para afrontar el conflicto con las Farc, algo que ya hace este país desde hace años, sino para prepararse ante posibles ataques externos, léase Venezuela.
Frente a una posible escalada de la tensión con Venezuela, destaca la relación con Ecuador que a corto plazo puede encontrar escollos (el juicio pendiente de Santos en Quito, que con éste en la presidencia es inviable). Sin embargo, todo indica que el pragmatismo de Correa y la más que nunca necesaria habilidad santista deberían lograr pasar página sobre un asunto muy incómodo para ambos.
* Rogelio Nuñez es Doctor en Historia de Iberoamérica. Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
* Rogelio Nuñez es Doctor en Historia de Iberoamérica. Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
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