Por Rana Foroohar
¿Que pueden enseñar los europeos a los estadounidenses sobre incrementar el empleo? Hasta la crisis financiera y la recesión de los últimos dos años, la respuesta clara habría sido “nada”. El modelo socialdemócrata europeo tiene muchas virtudes, pero dar trabajo a la gente y mantenerla trabajando nunca fue una de ellas. Hasta ahora.
Se escribió mucho sobre el hecho de que las tasas de desempleo europeas y estadounidenses ahora están más o menos iguales, en cerca de 10 por ciento, aunque varias economías del norte de Europa —Alemania (7,5 por ciento), Dinamarca (7,4 por ciento), Austria (5,4 por ciento) y los Países Bajos (4 por ciento)— están muy por debajo. Incluso, a medida que las multinacionales de EE. UU. envían empleos al extranjero, las grandes compañías europeas, como Siemens, los generan localmente.
Pero ¿cuánto puede durar el “milagro”? A diferencia de otras crisis, las naciones europeas mantuvieron esta vez el desempleo bajo en comparación con EE. UU., ya que los mercados laborales de Europa evolucionaron para depender menos de subsidios que mantienen a la gente con planes de beneficencia. Y en vez de enfocarse sólo en echar a andar sus economías por medio de estímulos, como EE. UU., el norte de Europa apostó sus recursos para conservar empleos por cualquier medio.
Los países escandinavos, por caso, implementaron esquemas de capacitación grandes y exitosos para que los trabajadores despedidos vuelvan a un empleo pronto. En esas y otras naciones, como Alemania, diversas compañías también optaron por recortar los horarios de tiempo completo en un tercio o más, como parte de esquemas gubernamentales para evitar despidos masivos. Las compañías ahorran dinero en salarios porque el Estado absorbe el costo de los recortes salariales, incluidos los impuestos sobre la nómina.
Es un recurso exitoso, pero aumenta la deuda nacional, y podría distorsionar los mercados laborales europeos. “Estos esquemas son exitosos ahora, pero podrían volverse muy arriesgados si la recuperación es prolongada”, dice el economista Paolo Guerrieri, de la Universidad de Roma. Más aún, avisan los economistas: el aumento europeo del desempleo tiende a seguir al de EE. UU., lo que significa que aunque la desocupación estadounidense probablemente llegue a su máximo este año, las grandes economías europeas verán que las cifras siguen creciendo en 2011. Alemania, por ejemplo, está en camino de subir 2 puntos, llegando a un desempleo de 9,5 por ciento en 2011, según el Deutsche Bank.
Se espera que la tasa de EE. UU. caiga más o menos por la misma cifra en ese período. En tanto, la economía estadounidense crecerá cerca de un 3 por ciento por año y la de la zona del euro cerca de un 2 por ciento. Entonces, ¿quién resolvió mejor el problema de crear empleos y crecimiento? La comparación Europa-EE. UU. también se queda corta en otros ramos. Para empezar, las naciones que tuvieron burbujas inmobiliarias sufrieron más pérdidas de empleos porque los sectores de la construcción y la vivienda son grandes empleadores y, en este aspecto, el Reino Unido, España e Irlanda tienen más en común con EE. UU. que con el resto de Europa. Además, ciertas naciones pequeñas de Europa disfrutan de nichos inusualmente cómodos en la economía global.
La minúscula Noruega puede mantener un alto crecimiento y un desempleo bajo porque está bendecida con petróleo, gas y un enorme fondo de riqueza soberana, por lo que no sirve de ejemplo para otros. Suecia, en tanto, se convirtió en un gran proveedor de bienes capitales clave, como infraestructura de telecomunicaciones para grandes mercados emergentes en crecimiento. La abundancia en China, junto con algunos subsidios estatales bien estructurados, explica que Suecia crezca entre un 2 y un 3 por ciento en los próximos dos años.Todo esto subraya el hecho de que aunque el norte de Europa manejó la crisis relativamente bien hasta ahora, el futuro no parece tan brillante.
Los economistas dicen que la tendencia europea de crecimiento más lento y de desempleo alto resurgirá en los próximos años, no sólo porque Europa avanza más rápido para atacar su deuda relacionada con la crisis (que limitará su capacidad para crecer en el corto y el mediano plazo), sino también por los factores demográficos. Como dice Holger Schmieding, jefe de economía europea de Merrill Lynch: “Los estadounidenses tienen más bebés que los europeos, y seguirán teniéndolos en el futuro, lo que los mantendrá creciendo más rápido durante mucho tiempo”.
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