jueves, 23 de abril de 2009

México y EE.UU. buscan sellar acuerdo petrolero


AMERICAECONOMIA.COM
Alejandra Clavería

“La explotación conjunta tiene beneficios para ambas partes. Las compañías estadounidenses tendrán que poner casi toda la inversión y la tecnología, pero las refinerías de EE.UU. recibirán todo el crudo que se podría producir. México pondría muy poco en términos de recursos financieros, humanos y tecnológicos, pero recibiría en efectivo el ingreso que corresponde a la venta de su parte del crudo”, comentó a AméricaEconomía.com el experto en asuntos energéticos, David Shields.

Un nuevo foco de cooperación bilateral, esta vez energético, pretenden desarrollar los Gobiernos de México y Estados Unidos, tras establecer una agenda oficial de trabajo que tiene como fin concretar la firma de un tratado que permita la explotación conjunta de yacimientos transfronterizos ubicados en el Golfo de México.

Así lo reveló el subsecretario mexicano de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía (Sener), Mario Gabriel Budebo, quien explicó que con el acuerdo se busca dividir equitativamente el petróleo de los yacimientos que se encuentran en ambos lados de la frontera. Esto, considerando que sólo faltan unos meses para que venza el plazo de 10 años acordado para que ninguna empresa estatal o privada explote las aguas profundas que dividen a México y EE.UU.

El fin de la moratoria abre la posibilidad de que, a partir de enero de 2010, las compañías petroleras que operan en territorio estadounidense inicien la explotación de yacimientos fronterizos en zonas del Golfo sin ninguna limitación.

En una de las regiones marítimas, conocida como Cinturón Plegado de Perdido, ambos países compartirían bloques con un potencial superior a los 3.000 millones de barriles de petróleo. Y el hecho de que en la actualidad no exista ningún acuerdo que evite la explotación del sector, donde además una parte le pertenece a México, habría sido la razón que movilizó al Gobierno de ese país a iniciar las negociaciones para alcanzar un acuerdo de explotación conjunta.

“La explotación conjunta tiene beneficios para ambas partes. Las compañías estadounidenses tendrán que poner casi toda la inversión y la tecnología, pero las refinerías de EE.UU. recibirán todo el crudo que se podría producir. México pondría muy poco en términos de recursos financieros, humanos y tecnológicos, pero recibiría en efectivo el ingreso que corresponde a la venta de su parte del crudo”, comentó a AméricaEconomía.com el experto en asuntos energéticos, David Shields.

Pero además de tratarse de un tema energético, el especialista enfatizó que, desde un punto de vista político, a EE.UU. también le convendría la firma de un tratado para continuar recomponiendo las relaciones bilaterales entre ambos países.

“A EE.UU. le conviene la explotación conjunta, ya que cualquier decisión unilateral daría la impresión de que estaría despojándole a México de su recurso, creando un conflicto entre los dos países. La soberanía sobre el petróleo es un tema muy sensible en México”, manifestó.

Según el especialista, este tipo de arreglos son susceptibles de ser aplicados entre todos los países que tengan fronteras marítimas compartidas, donde se prevé la posibilidad de que existan recursos petroleros o minerales que crucen esa línea fronteriza.

Potenciando la eficiencia energética . Hasta ahora se habían llevado a cabo tres reuniones informales entre México y EE.UU. para conversar sobre el tema. De hecho, hace unas semanas, la secretaria de Energía de México, Georgina Kessel Martínez, y su homólogo estadounidense, Steven Chu, se reunieron en la ciudad de Washington para debatir la situación.

En la oportunidad, ambos funcionarios acordaron impulsar además acciones de promoción de eficiencia energética y energías renovables, en la lucha por disminuir el cambio climático. Sin embargo, el lunes se realizó el primer encuentro formal entre los departamentos de Estado y Energía de ambos países, instancia que buscó abrir el diálogo y la discusión sobre la necesidad de firmar un tratado de tal envergadura.

Tras el encuentro, Budebo precisó que los funcionarios estadounidenses son conscientes del potencial de yacimientos petroleros en las aguas profundas del Golfo de México, así como de la necesidad de explotar los recursos eficientemente y a bajo costo.

El secretario de Hidrocarburos recalcó que cualquier acuerdo internacional en materia de yacimientos transfronterizos requerirá tiempo, pero se mostró confiado en que éste pueda concluir en un tiempo razonable, debido al interés que existe entre ambas partes.

En la misma línea, Shields enfatizó que “aún podría tomar unos años para que México y EE.UU. lleguen a firmar un acuerdo de unitización o desarrollo conjunto para yacimientos transfronterizos. No está plenamente comprobado que existan tales yacimientos en la Franja de Perdido, aunque Pemex dice que cuenta con estudios sísmicos que apuntan a que existen. Por eso, creo que podrían pasar todavía 10 años, antes de que se obtenga la primera producción de crudo en un proyecto de este tipo”.

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