sábado, 11 de abril de 2009

Los árabes y la crisis financiera internacional


MUNDO ARABE.ORG
Ibrahim Mohamed, Al-Hayat
Traducción: Al-Fanar,www.boletin.org

En principio, los inversores locales y responsables están de acuerdo en que el mundo árabe puede contener las repercusiones de la crisis financiera internacional que sufrimos hoy más que en otras zonas del mundo, con excepción de pocos países como China, India y Brasil.
No obstante, dicho consenso convierte en fuertes enfrentamientos y diferencias en los puntos de vista, las oportunidades de inversión de las que deben aprovecharse los hombres de negocios y fondos de soberanía árabes, tanto públicos como privados, que seguirán gozando de grandes reservas financieras en el futuro próximo.

Entre las oportunidades más importantes, según el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones financieras, figura la adquisición de acciones de las principales empresas y bancos europeos y estadounidenses, acciones que han caído más de la mitad entre los meses de septiembre y diciembre de este año.
Sin embargo, olvidan que Estados Unidos y los países de la Unión Europea, encabezados por Alemania y Francia, han impedido que los inversores extranjeros, entre ellos los árabes, se hiciesen con acciones de empresas y bancos, lo que según ellos podría amenazar la seguridad económica nacional en dichos países. A esta medida le precedió un drástico control de las inversiones árabes en el extranjero tras los atentados del 11 de septiembre.

De esta manera, los inversores árabes, tanto particulares como instituciones, han pasado a invertir de forma creciente en los países árabes, lo que ha ayudado, por su parte, a la atracción sin precedentes de inversiones extranjeras a dichos países (Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Marruecos y Túnez entre otros). Estas inversiones han demostrado ser más eficaces que otras experiencias parecidas fuera de los países árabes.
Los inversores árabes tienen que aumentar sus inversiones en el mundo árabe y diversificarlas de forma que engloben otros sectores más allá del sector inmobiliario, como la industria y la agricultura. El hecho de contar de forma exagerada con el sector servicios no promueve el desarrollo sostenible, tal y como ha quedado de manifiesto en Gran Bretaña, España y otros países.
A diferencia de estos países, Alemania ha podido contener la crisis porque su economía sigue contando con la producción en técnicas industriales más que otros grandes países de la Unión Europea.

Si los inversores árabes tienen que seguir invirtiendo en nuevos sectores más variados y seguros, los bancos árabes deben ir a la par y no ser menos eficaces que en su seguimiento de las inversiones en el sector inmobiliario de los últimos años.
Afortunadamente, la mayoría de las instituciones financieras árabes han salido de la crisis con leves pérdidas, lo que significa que poseen liquidez suficiente para contribuir a la financiación de nuevos proyectos aunque el temor a los riesgos podría impedirles a dar este paso a corto plazo en el marco de la crisis financiera internacional.
Aquí surge el papel de los gobiernos y los bancos centrales que deben apoyar las decisiones de las entidades bancarias mediante liquidez y créditos con tipos de interés razonables.

En este contexto, el Estado puede entrar como propietario o inversor directo, en algunas inversiones de carácter estratégico como las de energía, transporte aéreo, ferrocarril, autovías, telecomunicaciones así como en las industrias básicas. Esta intervención estatal no tendrá efectos negativos en las tasas de inflación, a cuya disminución a corto y medio plazo apuntan las previsiones.
Los resultados de tal medida sobre los presupuestos públicos van a ser más positivos que las repercusiones de la política de reducción del gasto público. En cuanto a los bancos centrales árabes, deben seguir con su política conservadora, que ha demostrado un éxito que hay que seguir a nivel de hipotecas, y con su control sobre las actividades de los bancos comerciales.
Para mejorar su actuación tienen que elaborar mecanismos más drásticos en lo que atañe a los seguros de créditos y la imposición de más transparencia sobre el sector financiero para evitar lagunas de control, uno de los factores más destacados del estallido de la crisis financiera internacional.

No hay comentarios: