jueves, 9 de abril de 2009

¿Por qué Canadá no?

Radio Nederland
Hugo Copes

Mientras que el mundo industrializado enfrenta quiebras bancarias, planes de rescate e intervenciones estatales al sistema financiero, Canadá no sólo se ha mantenido firme, sino que sus instituciones financieras florecen. ¿Milagro? No, simplemente sentido común.

El Foro Económico Mundial coloca a Canadá en el primer puesto entre los sistemas bancarios más sólidos del mundo. Estados Unidos debe conformarse con la posición 40, y Gran Bretaña con la 44.

La respuesta a este notable actuación no parece ser tan complicada: simplemente sentido común. Mientras que en los pasados quince años, Estados Unidos y Europa distendían las regulaciones del sistema financiero, Canadá se negó a seguir estas tendencias, considerando que las regulaciones existentes proveían una buena amortiguación a posibles desequilibrios económicos.

Desregulación

La desregulación de los bancos y el sistema financiero en general llevó a que se extendieran las operaciones simplemente para obtener más ganancias. Esta ofensiva en los mercados dio lugar a la proliferación de productos derivados, como las hipotecas basura, inversiones que son difíciles de evaluar y controlar.

Mientras que otros sistemas financieros se sobrecargaban de hipotecas basura en un desenfrenado afán de lucro, los bancos canadienses mantuvieron sus exigencias para otorgar préstamos, a la vez que evitaron lo más posible las hipotecas de alto riesgo.

Deducción impositiva

Un punto importante que diferencia a Canadá de su vecino Estados Unidos, es este sistema hipotecario. El código tributario canadiense no ofrece los enormes incentivos fiscales que brinda Estados Unidos a aquellos que compren una vivienda.

El afán de este país por que todo ciudadano posea su casa propia, cuesta al Gobierno federal unos cien mil millones de dólares al año. En Canadá no pueden deducirse los intereses aplicados a las hipotecas. Sin embargo, el porcentaje de propietarios de viviendas en Estados Unidos es del 68%, frente al 68,5% de los canadienses.

Modelo financiero

Canadá se ha transformado así en un modelo financiero para el resto del mundo. Mark Carney, director del Banco de Canadá, resumió la situación diciendo que los bancos canadienses han demostrado mayor prudencia.
Considera que es urgente reestructurar el sistema financiero mundial, pero para ello es necesario tener una visión clara de los objetivos perseguidos. Y el principal, sostiene Carney, es que el sistema sirva para el crecimiento económico, ofreciendo oportunidades a los consumidores, y que a la vez sea lo suficientemente estable y robusto para resistir choques, en vez de acentuar los efectos negativos en la economía real, como está sucediendo en la crisis actual.

Ahora que Canadá vuelve a tener voz en el mundo del dinero, y que está usando como prueba su experiencia concreta para imponer nuevas reglas a las instituciones financieras, es de esperar que el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, aprenda de su vecino norteño. Al menos sería bueno cortarle un poco las alas a los buitres que, en su desmedida ambición, han sumergido al mundo en la peor crisis de las últimas décadas.

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