lunes, 13 de abril de 2009

La resolución de la pobreza mundial

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CIUDAD DE MÉXICOLas estimaciones indican que en el mundo hay alrededor de 1,000 millones de personas en pobreza, viviendo con un gasto equivalente a un dólar real de 1993, según el Banco Mundial. Estas personas son rostros perdidos en la inmensidad de las noticias matutinas o nocturnas, caras de angustia y desconsuelo que claman ayuda. Vidas truncadas, que tienen poca o ninguna esperanza de existir con dignidad.

La propia miseria que se vive en las ciudades de las economías en desarrollo, también llamadas emergentes, es terrible. Las capacidades de los jóvenes yacen el sueño de los injustos, limpiando parabrisas, escupiendo fuego, limpiando la carrocería de los vehículos o vendiendo cualquier cosa.
Son ojos que te miran y te asustan cuando del fondo de la chaqueta sale un arma y una voz nerviosa exigiendo dinero o el vehículo. Son nuestras conciencias agitadas que lloran para olvidarse de la miseria y del desamparo.

Un gran pensador español, Ortega y Gasset, dijo "soy yo y mis circunstancias" para indicar que somos débiles seres viviendo el sueño llamado vida. El poeta John Donne escribió "ningún hombre es una isla...cada hombre que muere me disminuye..."
A este extracto se le puede atribuir más de una interpretación, sin embargo, se puede pensar que este fenómeno de las diferencias, donde la pobreza ocupa el primer lugar, tiene efectos más allá de los morales, del dolor y el abandono nos trasladamos hacia la precaria salud y la baja productividad, pasamos por la ignorancia de lo que pueden ser y nos situamos en los esquemas de ayuda que cada gobierno u otras instancias les brindan.

Los pobres son, económicamente, agentes periféricos de los circuitos de bienes y dinero. Participan marginalmente en los mercados, tienen una capacidad de ahorro prácticamente nula, pues en ocasiones llegan a tener ahorros precarios para necesidades especiales, que no necesariamente están en el circuito producción-ingreso-ahorro-crédito-gasto.

Los pobres reciben recursos para romper el círculo de la pobreza, sin que se tenga un éxito considerable en estos programas. La pobreza es recurrente, porque el alivio no modifica las capacidades efectivas de generación de riqueza de las personas que sufren de esta enfermedad social, y porque los portafolios de activos que poseen se circunscriben a su fuerza de trabajo, abundante en estos tiempos, o porque éstos están denominados en monedas que pierden valor repetidamente, por una razón fundamental: el ahorro interno es insuficiente para financiar el gasto agregado de la economía donde habitan.

Las fórmulas actuales para fomentar la estabilidad tanto de precios como financiera se circunscriben a manejar la tendencia en la variación de precios, pagar un costo financiero a inversionistas internacionales de acuerdo a los movimientos de capital y promover la libertad económica para los bienes y los capitales.

Todo esto se basa en el supuesto que la economía es un sistema autocontenido, donde existen respuestas a todos los problemas y tarde o temprano se converge a un estado único de bienestar global.
Nada más falso que esto, por razones tan sencillas como las amenazas ocultas referidas al clima de la tierra afectado por las emisiones nucleares del Sol y por la posibilidad latente de que un cuerpo celeste, meteorito, de cierto tamaño golpe la tierra y genere una extinción masiva de la humanidad. Con el nivel de desarrollo que hemos alcanzado estaríamos prácticamente condenados a desaparecer.

Una alternativa de solución a los problemas de corto y largo plazo que enfrentamos en lo económico se debe pensar en términos del abatimiento global de la pobreza.
Ello implicaría romper de manera definitiva el círculo de pobreza, empezando por la alimentación, seguida por la salud y terminada en la educación.
El modelo educativo se debe modificar, porque ha fallado, no sólo porque son pocos los que llegan a terminar una licenciatura, sino porque los objetivos o la misión del educador no debe ser el aprendizaje como tal, eso es sólo un medio, lo que debe buscar es un ser caracterizado por los valores, por el conocimiento de lo que es el hombre y de su historia y por el desarrollo de competencias, habilidades y actitudes que lo pongan en condiciones de competencia, bienestar y le den un lugar relevante en la sociedad.

Las implicaciones del abatimiento de la pobreza para las condiciones de desarrollo de la humanidad, traerían una nueva edad de oro para la humanidad en términos de experimentar el crecimiento, pero, esta vez con respeto al entorno, siendo sensibles a las necesidades de otros, no importando si esos son seres humanos, otros animales, plantas o el suelo que pisamos.
Si se medita sobre el planteamiento que se acaba de escribir, es fácil comprender tres cosas, primero, que el desarrollo planetario es en esencia una cuestión moral, segundo, que una vez superado el obstáculo de las diferencias, el desarrollo pasa al espacio de la superación o cambio de paradigmas y tercero, que es ese cambio impostergable, lo que garantizará la supervivencia de una atribulada y amenazada humanidad.

Como punto final se indicará, que a diferencia de lo que se creía "no hay fin de la historia" al menos no como lo planteo el filosofo Fukuyama, y segundo, no estamos escribiendo la historia de la humanidad, sino la prehistoria, donde el salvaje priva y somete a otros salvajes y a su entorno con fines básicos como la reproducción y la supervivencia, pero ¿hasta cuando? Eso cada uno lo puede decidir, pero, será el conjunto, el grupo, la muchedumbre, el pueblo, la humanidad quien escriba su epitafio o su renacimiento.

*El autor es director de las licenciaturas de Economía y Finanzas del Tecnológico de Monterrey (ITESM), Campus Santa Fe.

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